El uso del cubrebocas, ¿rebeldía, egocentrismo o manifiesto político?

La discusión por el uso de la mascarilla en medio de la pandemia ha rebasado el ámbito público y se ha instalado también en el seno familiar

People wearing face masks wait in line to shop at Ikea in Carson, California on July 4, 2020 the US Independence Day holiday. (Photo by Robyn Beck / AFP) (Photo by ROBYN BECK/AFP via Getty Images)

People wearing face masks wait in line to shop at Ikea in Carson, California on July 4, 2020 the US Independence Day holiday. (Photo by Robyn Beck / AFP) (Photo by ROBYN BECK/AFP via Getty Images) Crédito: ROBYN BECK | Getty Images

El uso de la mascarilla cubrebocas se ha convertido en un deber cívico y un acto de salud pública para prevenir contagios del coronavirus, pero para otro sector de la población esta medida se vuelve una imposición que trasgrede ideologías y coarta su libertad.

A lo largo de Estados Unidos ambas posiciones han llevado a pleitos, agresiones verbales, y muestras de descontento que han sido documentadas en centros comerciales, supermercados o lugares públicos donde se pide el uso obligatorio de la máscara para protección general.

Pero no sólo se tiene que lidiar con este problema en las comunidades. En el propio núcleo familiar la controversia entre usar o no el tapabocas se ha vuelto motivo de discusión.

“En nuestras propias familias tenemos diferentes maneras de pensar acerca de cómo mantenernos seguros, por lo que se recomienda tener una conversación previa antes de las reuniones para llegar acuerdos de seguridad y no enfrentar discusiones”, señala terapeuta clínica Cheryl Nadine Aguilar, fundadora de Hope Center for Wellness (Centro de Esperanza para el Bienestar).

Esta acción de rebeldía (no usar mascarilla) conlleva un tinte político, avivado por la iniciativa del presidente Donald Trump, quien ha buscado ejercer una imagen de superioridad e invencibilidad al no utilizar el cubrebocas.

“Tenemos un líder que minimiza el impacto de la pandemia, si nos alineamos con estas ideologías y las seguimos, nos enfrentamos a actos de vulnerabilidad e ideas catastróficas que pueden dañar nuestra salud”, comenta. “El presidente de una manera inconsciente representa modelos para otras personas. Miran su modelo, lo ven sin máscaras en mítines y eventos, es así como reciben un mensaje inconsciente de no usarlas”, expresó.

Las cifras diarias de contagios de COVID-19 en el país se han disparado a raíz del rebrote en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California, Arizona, Georgia y las Carolinas.

“Estamos viendo a personas que no respetan las reglas, hay comportamientos que no son de nuestro agrado. El egocentrismo es parte de esto, la falta de empatía para conectarse con las necesidades de otras personas”, indica Aguilar.

La agresividad que han manifestado algunas personas cuando se les objeta por el uso del cubrebocas, obedece al temor de perder el control de sus emociones.

“Todos tenemos una necesidad de algo que podemos controlar, pero en la pandemia muchas cosas están fuera de nuestro control, hay emociones como el miedo que se salen de nuestras manos”, explica.

Aguilar detalla que algunas personas viven una etapa de negación y además enfrentan una situación de adaptación, depresión, irritabilidad, “luego viene la razón, la integración y nos adaptamos al cambio”, comenta.

“La pandemia es una situación que el cerebro denomina como retadora, la respuesta de esas personas que no se ponen esas máscaras son comprensivas, piensan que sus derechos son violados”, señaló la hondureña.

Aguilar considera interesante ver como durante la pandemia la racionalización de las personas es distinta, y los valores se manifiestan en acciones, “me sorprende ver como muchas personas se amparan en Dios y es un argumento muy difícil de contradecir, firmemente lo creen, todos tenemos ideales, buscamos la evidencia para apoyar estas ideas y superar esta pandemia”, finaliza.

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