Ante la falta de acuerdo en el Senado, millones de estadounidenses quedan a la espera de ayuda económica
Se estima que unos 40 millones de personas podrían ser desalojados durante la crisis de salud pública por la falta de recursos para pagar los alquileres
Mientras continúa una de las peores recesiones financieras en la historia de Estados Unidos, el Congreso no ha logrado llegar a un acuerdo sobre un segundo paquete de ayuda. El retraso en los beneficios de desempleo adicionales, los controles de estímulo y las protecciones contra el desalojo podría tener un impacto duradero en decenas de millones de estadounidenses que sin ayuda no pueden cubrir sus necesidades de alquiler o comida.
Se estima que unos 40 millones de estadounidenses podrían ser desalojados durante la crisis de salud pública. De acuerdo con una nota del portal CNBC, casi el 60% de los inquilinos corren el riesgo de ser desalojados en West Virginia y Tennessee, y de acuerdo con algunas encuestas, alrededor de 26 millones de adultos dijeron en julio que sus familias estaban luchando para pagar suficientes alimentos durante la pandemia.
“Si la crisis se prolonga lo suficiente y los desempleados no reciben ayuda, la recesión se profundizará y se convertirá en una verdadera depresión”, asegura Douglas Massey, profesor de la Universidad de Princeton.
La semana pasada el presidente Donald Trump dictó órdenes ejecutivas para aprobar un mosaico de ayuda que, según los expertos, brindará poco alivio significativo a los estadounidenses. El Senado concluyó su sesión el jueves sin un acuerdo, lo que significa que es posible que no se apruebe un paquete de ayuda hasta después del Día del Trabajo.
“Si el lapso se prolonga hasta septiembre, llegarán los incumplimientos de pago, cierres de empresas y quizás las quiebras personales que comiencen a repuntar”, añade Eric Zwick, profesor de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago.
La mayoría de las medidas de alivio en la Ley CARES, el primer paquete de estímulo amplio que el Congreso aprobó en marzo, se han evaporado. Su moratoria federal sobre los desalojos, que cubría alrededor de un tercio de las unidades de alquiler, expiró en julio. Mientras tanto, la mayoría de los estados que tenían sus propias prohibiciones sobre los desalojos han dejado que los procedimientos continúen por ahora.
“Los 30-40 millones de inquilinos que no pueden pagar el alquiler en todo el país están en peligro”, señala Emily Benfer, experta en desalojos y profesora visitante de derecho en la Universidad de Wake Forest. “Hasta que el Congreso tome el control, la crisis de desalojos continuará empujando a los inquilinos por el precipicio y afectará negativamente los mercados de vivienda, las escuelas, las tasas de empleo y la atención médica, además de retrasar la recuperación de la pandemia”.
A fines del mes pasado, alrededor de 30 millones de estadounidenses dejaron de recibir la ayuda semanal de desempleo federal de $600 dólares, mientras las tasas de desempleo se mantienen en niveles históricos.
Y los casos dramáticos se repiten por millones a lo largo del país. Por ejemplo, Philip Tuley, quien fue despedido de su trabajo como profesor asistente en California en marzo, solo recibe un cheque estatal de desempleo de $65 dólares a la semana. En algunos estados, el beneficio mínimo semanal es de tan solo $5 o $15 dólares.
Tuley señala que con frecuencia buscaba actualizaciones sobre noticias de otro paquete de estímulo. “Están jugando con la vida de las personas”, dijo Tuley, de 63 años. “Estamos gastando lo último de nuestros ahorros. He recortado nuestro presupuesto de alimentos tanto como puedo”.
William Vinci, quien fue despedido en marzo de su trabajo como supervisor en un resort en Vermont, expresa que los $600 dólares adicionales a la semana lo salvaron a él y a su esposa de la ruina financiera.
“Gastamos hasta el último centavo de esa ayuda”, dice Vinci, de 66 años, quien se postula a puestos de trabajo todos los días sin éxito. “Nadie me responde”, agrega con tristeza..
Para Vinci es ianudito que demócratas y republicanos no lleguen a un acuerdo durante un momento tan desesperante en la vida de Estados Unidos.
“Todo el mundo está realmente molesto por la forma en que nuestro país se está comportando en términos de gobierno”, dijo. “Están horrorizados”.