Uber y Lyft no dejan de operar en California… por ahora
El proceso legal que enfrentan se alargará por lo menos hasta noviembre, lo que les permitirá definir mejor una defensa judicial
Uber y Lyft ganaron un recurso contra la orden que les ordenaba a contratar como empleados, antes del viernes, a sus chóferes. El documento fue aceptado poco antes de vencer el plazo para que la cumplieran.
Ambas compañías habían anunciado que dejarían de operar si el recurso no prosperaba, alegando que les resultaba imposible contratar a sus conductores en los 10 días de plazo que se les ofrecía y que su modelo no es viable con conductores en plantilla.
La pugna es clave porque una legislación similar podría replicarse en otros estados y países y replantear las relaciones en la economía colaborativa, tumbando el modelo de operar con choféres independientes.
La decisión de una corte de apelaciones californiana supone un alivio para las plataformas. Antes de la pandemia este mercado suponía casi un 10% de los viajes y envíos de comida a nivel mundial de Uber y el 21% de los trayectos de Lyft, ahora sobre el 16%. Las empresas han ganado tiempo, ya que el proceso se alargará varios meses, en los que seguirán operando sin limitaciones. Al menos hasta octubre, cuando está programada una vista oral para exponer posturas, y seguramente hasta noviembre, cuando coincidiendo con las elecciones los ciudadanos votarían en un referéndum –impulsado por las propias empresas en una campaña millonaria– si quedan exentas de cumplir una ley que rige desde el pasado enero.
Las compañías, que amenazaban con dejar de ofrecer servicio, confían su futuro a una votación popular
“Aunque no tenemos que suspender las operaciones, hay que seguir luchando por la independencia de los conductores”, destacaba un portavoz de Lyft, dejando entrever que no todo está finiquitado. “El acceso a unos servicios esenciales no se impedirá mientras abogamos por la voluntad de los conductores de trabajar con la libertad que quieren”, planteó en un comunicado Uber.
El argumento de que los conductores prefieren no ser empleados fijos y poder desconectarse y conectarse cuando quieran es una de las grandes apuestas de las compañías. En cualquier caso, la corte de apelaciones que ha puesto en espera el caso les impone como condición que entreguen un plan detallado de cómo incluirán en sus plantillas a los trabajadores independientes si se falla contra ellos. Uber afirmó que necesitaría meses para hacerlo y se enfrentaría costos millonarios.
La alternativa que quieren las empresas es un punto medio en el que ofrecerían más protección a los chóferes, como garantizarles ingresos por encima del salario mínimo, fondos para cuidados médicos para los que trabajen más de 15 horas semanales y acceso a seguros para cubrir accidentes y enfermedades laborales, pero bajo ningún concepto quieren tenerlos como empleados. Es lo que se votaría en noviembre. La postura recibió incluso apoyos desde la campaña del presidente Donald Trump. En una declaración arremetió contra los demócratas por apoyar la ley californiana, un “asalto total contra los trabajadores”.
La noticia también es un respiro para los miles de conductores que trabajan con las plataformas, en medio de una crisis en la que les garantiza ingresos. “Estoy indignado de que simplemente fueran a abandonar a sus conductores, a sus pasajeros, sus obligaciones y deberes como una empresa que se fundó en California”, decía a AP Jerome Gage, conductor en Lyft. El desenlace está por escribirse.