Asistencia alimentaria SNAP en riesgo: esto es lo que quieren recortar y quién saldría más afectado
Esta disputa de SNAP no solo afecta el bolsillo de millones de hogares de bajos ingresos, sino que también abre un debate profundo sobre el papel del gobierno
Los beneficios de SNAP llegaron a 41 millones de personas en todo el país en 2024. Crédito: N Universe | Shutterstock
Millones de familias en Estados Unidos están en riesgo de perder su acceso a alimentos básicos, en medio de una creciente tensión entre el Congreso federal y 23 estados que se han unido para frenar los recortes al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés). Esta disputa no solo afecta el bolsillo de millones de hogares de bajos ingresos, sino que también abre un debate profundo sobre el papel del gobierno en garantizar la seguridad alimentaria.
¿Qué está pasando con el programa SNAP?
SNAP es el principal programa de asistencia alimentaria en Estados Unidos, utilizado por más de 40 millones de personas. Proporciona tarjetas electrónicas con fondos mensuales para comprar alimentos esenciales en supermercados y tiendas autorizadas. Durante la pandemia, millones de familias se sumaron al programa debido al desempleo y el aumento del costo de vida.
Sin embargo, nuevos lineamientos propuestos a nivel federal buscan reducir la elegibilidad y los beneficios del programa, argumentando la necesidad de “control fiscal” y de fomentar el empleo. Esto podría traducirse en millones de personas sin acceso a alimentos subsidiados, especialmente adultos sin hijos y familias con ingresos variables.
23 estados levantan la voz
En una respuesta directa a estos planes, gobernadores y fiscales generales de 23 estados han emitido cartas formales y demandas judiciales para bloquear los recortes. Argumentan que las nuevas restricciones castigarían a personas vulnerables y aumentarían los índices de hambre infantil, pobreza extrema y dependencia de servicios de emergencia.
Entre los estados que encabezan esta oposición se encuentran California, Nueva York, Illinois, Oregón, Michigan y Massachusetts, donde una proporción significativa de la población depende de SNAP para cubrir sus necesidades alimentarias mensuales.
“Reducir SNAP no es solo una mala política social, es una amenaza directa para la salud pública”, expresó uno de los gobernadores en una conferencia reciente. “La alimentación no puede convertirse en un arma política”.
¿Quiénes serían los más afectados?
Los recortes propuestos incluyen el endurecimiento de los requisitos laborales para ciertos grupos, como adultos sin hijos entre 18 y 55 años, y limitaciones en los beneficios para familias que vivan justo por encima del umbral de pobreza.
Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, al menos 3.5 millones de personas podrían perder total o parcialmente su acceso a SNAP si se implementan los cambios. Muchas de ellas son trabajadores de bajos ingresos, personas con discapacidad leve no certificada y adultos mayores con ingresos mínimos.
Los estados también advierten que estos recortes afectarían la economía local, ya que cada dólar gastado en SNAP genera alrededor de $1.50 en actividad económica, según el Departamento de Agricultura de EE.UU.
¿Qué sigue?
Por ahora, los cambios están en discusión en el Congreso como parte de un paquete de reforma presupuestaria federal. Los estados opositores han solicitado al Departamento de Agricultura (USDA) una suspensión de los nuevos requisitos hasta que se evalúen sus impactos reales.
Mientras tanto, muchas organizaciones comunitarias y bancos de alimentos se están preparando para un aumento en la demanda, temiendo un escenario similar al de principios de la pandemia, cuando las estanterías se vaciaban en cuestión de horas.
¿Qué pueden hacer los beneficiarios actuales?
Las familias que actualmente reciben SNAP deben mantenerse informadas a través de las plataformas oficiales de su estado y del USDA. Cualquier cambio en los requisitos o beneficios será notificado por correo o en las aplicaciones móviles oficiales del programa.
También se recomienda reportar cualquier cambio en ingresos o situación familiar, ya que esto puede influir en la continuidad de la asistencia.
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