Diferencia entre fondos mutuos y ETFs
Los fondos de inversión son una buena opción para invertir tus ahorros, pero unos tienen unos costos de mantenimiento más altos que otros
La bolsa de valores puede ser un mundo difícil de entender. De hecho, eso es lo que la mayoría cree y por lo mismo no se atreve a invertir. Y no los culpo, hay que ser paciente y al mismo tiempo hábil, pero para eso hay herramientas que nos pueden ayudar.
Hoy, por ejemplo, quiero hablar del mercado como una pizza. Sí: una redonda y diversa pizza. Pensemos que esa enorme pizza representa a todo el mercado. Y es una pizza que tiene champiñones, salami, piña, jamón, chorizo y una infinidad de ingredientes. No nos queremos perder del mejor, por eso vamos a buscar la rebanada que contenga la mayoría de ingredientes.
Sin embargo, hay varios establecimientos donde puedes ordenar una pizza completa (sin tanta variedad de ingredientes) y otros donde puedes comprar una rebanada. La pregunta aquí es: ¿qué es lo que estás buscando? Así que lo que propongo es comparar los fondos de inversión con establecimientos de pizza por rebanada, por lo tanto, lo que hay que preguntarnos es: ¿cuál establecimiento te da más ingredientes en una misma rebanada y a menor costo?
Los fondos de inversión son esos mecanismos con los cuales pones a trabajar tu dinero para que genere… más dinero. Y, para ello, hay diferentes tipos de fondos que te permiten acceder a acciones o bonos de mercados nacionales o internacionales para que ese dinero se mueva mejor.
Hay dos tipos de inversiones muy populares y comunes: los fondos mutuos y los ETFs (Exchange-Traded Funds). Pero, siguiendo con la analogía de la pizza, ¿por qué si hay establecimientos que ofrecen “lo mismo”, hay algunos que nos convienen más que otros?
Los fondos mutuos tienen costos administrativos porque hay personas eligiendo en qué empresas y valores invertir tu dinero. En la metáfora de la pizza: son quienes van al supermercado a escoger los ingredientes. A este proceso se le llama administración activa y tiene un costo, ya que le pagas a alguien más por hacer el trabajo que te tocaría a ti. Es una rebanada más cara que en realidad podrías conseguir por otros medios.
Los fondos cotizados o ETFs también tienen una tarifa de administración pero es pasiva; es decir: no hay nadie eligiendo, sino que los fondos siguen un índice. Es algo automatizado y controlado por las tendencias estadísticas, por lo tanto, son menos costosos. Estos índices leen lo que pasa con el mercado y ante esto reaccionan. Si sube un índice en el que tú tienes inversión, sube también tu dinero.
Por ejemplo, con los fondos mutuos necesitas un mínimo de $500 para comenzar a invertir. Son rebanadas de pizza costosas que te cobran por un trabajo que podrías hacer tú o buscar otro establecimiento más amable. No cualquiera puede comprar esa rebanada de pizza.
Mientras que los ETFs funcionan con acciones sueltas y puedes comenzar tu cuenta con un pedazo pequeño de la pizza. Por ejemplo, en Finhabits puedes invertir desde $20 a la semana en una cartera diversificada con varios ETFs. Esta opción es más barata que los fondos mutuos y a la larga reducen tu riesgo de pérdida por estar diversificada.
La principal diferencia entre ambos es que los fondos mutuos los maneja un experto y por tanto tienen un costo mayor. Y, además, pueden tener una tarifa de compra-venta que cobran los brokers (agentes que se dedican a hacer este servicio a cambio, claro, de una comisión). Esas comisiones van desde el 1% al 3%. Vamos poniéndolo en un ejemplo: si tienes $10 mil en un fondo mutuo con un rendimiento del 6%, lograste conseguir $600 más. Pero, debes restar el 3% entre lo que te cobraron el administrador y el broker; es decir, solo obtendrás $300: la mitad de tu ganancia. Con estas tarifas adicionales lo lógico es que tu dinero crezca de una manera mucho más lenta. Harás que toda la pizza que no te comiste se guarde en el refrigerador y, quizá, la termines tirando.
Por otro lado, los ETFs tienen costos administrativos muy reducidos, alrededor del 0.25%. Esto, obviamente, hará que tu ganancia sea mayor y así recibas más dinero en menos tiempo. Si nos basamos en esto, lo más inteligente será invertir en carteras con varios ETFs ya que son accesibles y sus costos de mantenimiento son más bajos. Es decir, comprar rebanadas de pizza en diferentes establecimientos para disfrutar más, recibir los mejores ingredientes y solo comer lo que te satisface.
Sobre el autor
Carlos García es el presidente y fundador de Finhabits, aplicación móvil en los Estados Unidos para aprender hábitos financieros inteligentes en inglés y en español.