Fianza: qué es

En el sistema judicial actual, la fianza es uno de esos temas que siempre generan debate y, a menudo, controversia. Su objetivo es asegurar que una persona acusada de un delito se presente ante el tribunal, pero en la práctica, puede influir en quién queda en libertad y quién debe esperar su juicio tras las rejas.

Puntos clave

• Su objetivo es asegurar que el acusado se presente al juicio. Sin embargo, en la práctica, puede determinar quién queda en libertad y quién permanece detenido.
• Es una garantía económica (dinero o propiedad) entregada al tribunal. Se devuelve si el acusado asiste a todas las audiencias, pero se pierde si no comparece.
• Más del 60% de los presos en cárceles locales de EE.UU. están en espera de juicio, muchos por no poder pagar la fianza.
• Aunque la fianza pretende equilibrar libertad y justicia, su aplicación actual puede ser injusta para personas sin recursos.

Definición

La fianza es una especie de garantía económica que el acusado entrega al tribunal para poder ser liberado antes de que comience el juicio. Este monto, ya sea en dinero o en propiedad, actúa como un compromiso legal de que la persona se presentará a todas las audiencias judiciales. Si el acusado cumple con este requisito, la fianza se devuelve al final del proceso judicial. Pero, si no se presenta ante el tribunal, el dinero se pierde y se puede emitir una orden de arresto.

Existen diferentes tipos de fianza, entre ellas:

• Fianza en efectivo: el acusado paga el monto total directamente al tribunal.
• Fianza con garantía: puede ser una propiedad, como una casa o un vehículo, que se ofrece como respaldo.
• Fianza a través de un fiador: una empresa especializada paga la fianza en nombre del acusado, cobrando a cambio una tarifa (generalmente entre el 10% y el 15% del monto total), la cual no se devuelve.

Cómo se determina el monto de una fianza

El juez determina el monto de la fianza durante una audiencia conocida como lectura de cargos o audiencia de fianza. En esta decisión, se consideran varios factores:

• La gravedad del delito: Los delitos violentos o graves suelen implicar montos de fianza más altos o incluso la negación de esta.
• El historial criminal del acusado: Si tiene antecedentes penales, el juez puede considerar que representa un mayor riesgo.
• Riesgo de fuga: Si el acusado tiene recursos financieros o vínculos en otros países o estados, podría considerarse un riesgo de no comparecer.
• Peligro para la comunidad: Si se considera que el acusado representa una amenaza para otras personas, el juez puede negar la fianza por completo.

En algunos casos, especialmente en delitos menores y no violentos, el acusado puede ser liberado bajo reconocimiento personal (conocido como “personal recognizance”), lo que significa que no se exige un pago de fianza, pero sí se espera que se presente a las audiencias judiciales.

El impacto social de la fianza

A pesar de su papel como medida de aseguramiento judicial, el sistema de fianzas ha recibido críticas por acentuar las desigualdades socioeconómicas. Aquellos que no pueden pagar la fianza, incluso si enfrentan acusaciones por delitos menores, pueden terminar en la cárcel durante semanas o meses mientras esperan su juicio. Este tiempo tras las rejas puede resultar en la pérdida de empleo, vivienda, custodia de hijos, o incluso llevar a una persona a declararse culpable solo para poder recuperar su libertad.

Según estadísticas recientes del sistema judicial estadounidense, más del 60% de los reclusos en cárceles locales están allí a la espera de juicio, y muchos de ellos no han sido condenados formalmente. La mayoría de estos casos se deben a la incapacidad de pagar la fianza, no a la gravedad del delito en cuestión.

Casos emblemáticos y cuestionamientos éticos

El caso de Kalief Browder, un joven de solo 16 años que pasó tres años en la prisión de Rikers Island sin haber sido condenado, es uno de los ejemplos más desgarradores del abuso del sistema de fianza. Acusado de robar una mochila, no pudo reunir los $3,000 dólares necesarios para su fianza. Durante su tiempo en prisión, sufrió confinamiento solitario y, lamentablemente, se suicidó tras su liberación. Su historia ha desencadenado un debate a nivel nacional sobre la necesidad de reformar el sistema de justicia penal en Estados Unidos.

Casos como el de Kalief muestran cómo la fianza, en lugar de ser un medio para garantizar justicia, puede convertirse en un obstáculo que castiga a los más vulnerables. Varias organizaciones de derechos humanos y grupos de reforma legal han propuesto alternativas, como sistemas de evaluación de riesgos, que determinen la libertad condicional basándose en criterios objetivos y no en la situación económica del acusado.

Reforma al sistema de fianza

En los últimos años, varios estados y países han iniciado reformas profundas al sistema de fianzas. Por ejemplo:

• Nueva Jersey implementó en 2017 un sistema que elimina la fianza monetaria para la mayoría de los delitos menores, utilizando un algoritmo de evaluación de riesgos para determinar si un acusado debe permanecer detenido.
• California aprobó en 2018 la legislación para eliminar el uso generalizado de fianzas, aunque la medida ha enfrentado desafíos legales.
• México, en su nuevo sistema de justicia penal, prioriza la presunción de inocencia y la prisión preventiva solo en casos justificados.

Estas reformas buscan garantizar un acceso equitativo a la justicia, independientemente del nivel socioeconómico de la persona acusada, y reducir la población carcelaria preventiva.

La fianza como el derecho del acusado

En muchos países, la ley protege el derecho a obtener libertad bajo fianza. Por ejemplo, en la Constitución de Estados Unidos, la Octava Enmienda prohíbe que se impongan fianzas excesivas. Esto significa que los tribunales no pueden establecer montos que sean inalcanzables para los acusados solo para mantenerlos en prisión.

Sin embargo, este derecho no es absoluto. En situaciones de delitos muy graves, terrorismo, o cuando hay un alto riesgo de fuga o reincidencia, los jueces pueden decidir negar la libertad bajo fianza.

Conclusión

La fianza juega un papel fundamental en el sistema judicial actual. En teoría, busca equilibrar el derecho del acusado a disfrutar de su libertad con la necesidad del Estado de garantizar que se presente ante la justicia. Sin embargo, en la práctica, su implementación ha tenido un impacto desproporcionado en las personas de bajos recursos, lo que ha avivado el debate sobre su verdadera función y equidad.

La creciente atención de los medios, los movimientos por la justicia social y las reformas legales sugieren que el sistema de fianza está en un proceso de cambio. No se trata solo de una suma de dinero, sino de la esencia misma del principio de presunción de inocencia y del acceso equitativo a la justicia. La sociedad moderna se enfrenta al reto de cuestionar si es justo que el costo de la libertad dependa del saldo de una cuenta bancaria.

FAQs

¿Qué pasa si no me presento al tribunal después de pagar la fianza?

Si no te presentas a la corte, pierdes el dinero o la propiedad entregada como fianza. Además, el tribunal puede emitir una orden de arresto en tu contra.

¿La fianza siempre es en dinero?

No. Puede ser en efectivo, mediante una garantía como una propiedad o a través de un fiador que asume la responsabilidad a cambio de una tarifa.

¿Cómo se determina el monto de la fianza?

El monto lo decide un juez, considerando factores como la gravedad del delito, los antecedentes penales, el riesgo de fuga y si el acusado representa un peligro para la comunidad.

¿Puedo recuperar el dinero de la fianza?

Sí, si pagaste directamente al tribunal y cumples con todas las citaciones judiciales, la fianza te será devuelta al final del proceso. Si usaste un fiador, la tarifa pagada no se recupera.

Fuentes

• Investopedia
• BBVA
• Abogado.com