Ingreso básico universal de $1,000 dólares mensuales en Estados Unidos por el coronavirus: ¿es viable?

Conoce los puntos de vista de simpatizantes y detractores sobre un ingreso básico universal para enfrentar la pandemia

Durante diferentes contextos históricos se ha manejado la idea del ingreso básico universal (UBI, por sus siglas en inglés), conocido también como dividendo de la libertad, como una manera de enfrentar momentos difíciles, en esta ocasión la pandemia de coronavirus. Pero cuando se habla de entregar una suma similar a los $1,000 dólares mensuales a ciudadanos estadounidenses, es evidente que habrá una bipolaridad entre apoyo y detracción.

Desde 1795, el filósofo y político inglés Thomas Paine promovió la idea de este concepto que ahora, durante la pandemia de coronavirus, ciertos políticos de Estados Unidos han esbozado como una posibilidad ante lo millones de desempleados. Uno de ellos fue el precandidato presidencial demócrata, el empresario Andrew Yang, quien propuso enviar $1,000 dólares cada mes a todos los ciudadanos estadounidenses mayores de 18 años. ¿Qué tan viable puede ser llevar a cabo este apoyo gubernamental en nuestro país?

Entender más sobre el Ingreso Básico Universal

El Ingreso Básico Universal (UBI) “es un cheque del gobierno todos los meses para todos sin absolutamente ninguna justificación”, tal como lo define Wayne Winegarden, investigador principal de negocios y economía del Pacific Research Institute, un grupo de expertos de libre mercado con sede en San Francisco. En pocas palabras, es dinero distribuido por el gobierno a todos, independientemente de sus ingresos o necesidades.

Thomas Paine, defensor de la independencia estadounidense, planteó la propuesta por primera ocasión en un panfleto “El sentido común” en 1776. Dos décadas más tarde, en otro folleto titulado “Justicia agraria”, sugirió crear un fondo nacional para dar a cada persona 15 libras esterlinas una vez que cumplieran los 21 años y luego 10 libras cada después de los 50. Con ello, Paine buscaba compensar a las personas que no tenían tierras.

En la actualidad, este concepto se ha esbozado y llevado a cabo en muchos países como un medio para aliviar la pobreza y brindar seguridad económica. En Estados Unidos existen programas de concepto similar como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), en el cual se realizan depósitos mensuales a personas de bajos recursos para que los beneficiarios compren alimentos en tiendas y supermercados.

Observaciones pro UBI

Tal como lo menciona U.S. News, un beneficio clave de un sistema UBI es su simplicidad. Proporcionar pagos directos a todos elimina la burocracia asociada con los programas de asistencia actuales. No es necesario que el gobierno dedique tiempo y dinero a revisar las aplicaciones y monitorear los beneficios. La UBI también garantiza que nadie se quede atrás y elimina el estigma de recibir asistencia pública.

También una UBI puede impulsar el espíritu empresarial a medida que las personas se sientan cómodas para iniciar un negocio o cambiar de trabajo. “Crea una red de seguridad que permite a las personas ir de un trabajo a otro y volver a la educación”, aseguró al portal Charles Clark, profesor de economía en el Tobin College of Business de la Universidad de St. John en la ciudad de Nueva York.

Observaciones contra UBI

Si bien algunos abogan porque un UBI fomentaría el emprendimiento, otros suponen que podría afectar negativamente a la fuerza laboral. Tomando en cuenta que existen costos de vida tan disímiles entre los estados del país, algunas personas podrían vivir cómodamente sin trabajar. Esto provocaría que las empresas migren de regiones de bajo costo a otras de alto costo para encontrar mano de obra, lo que a su vez generaría aumentos en los costos y los precios para toda la nación.

Además sería cuestionable que el gobierno proporcione pagos indiscriminadamente a personas que tienen la suficiente riqueza para mantenerse. Winegarden afirma que no tiene sentido proporcionar pagos a quienes no requieren apoyo a los ingresos. “Si (el gobierno) pagara a todos los hogares en los Estados Unidos, todos los 128 millones, solo $1,000 dólares al mes, la factura total sería de $1.5 billones de dólares, que es casi el 35% del presupuesto federal actual”, concluye Winegarden.

Por el momento, apenas se entregaron dos cheques de estímulo, $1,200 dólares en la primera ronda y $600 dólares en la segunda, lo que generó muchas diferencias parlamentarias, aunque en el grueso de la población resultó ser un alivio, insuficiente incluso para muchos. En su momento, el empresario Mark Cuban habría abogado por pagos mensuales para dar verdadero movimiento económico al país.

No existe una propuesta vigente para pagos mensuales durante 2021, menos ahora que existen vacunas contra COVID-19 en circulación. Sólo queda esperar si con la toma de protesta de Joe Biden se puede sancionar su propuesta de un tercer cheque de estímulo de $1,400 dólares.

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