La escuela de la vida: cómo convertir las experiencias negativas en fortalezas
¿Qué aprendimos de ese jefe mezquino, de ese colega traicionero, de esos "mejores amigos" que te abandonaron?
Si quieres aprender una o dos cosas sobre la resiliencia emocional, sólo tienes que hablar con alguien a tu alrededor. Conozco gente que se le ha despreciado porque crecieron en un ambiente de pobreza y disfuncional, porque caprichosamente le despidieron de un empleo glamuroso, porque se divorció y se quedó sin sus ahorros para ser feliz. Sin embargo, aún después de todo eso son felices, tienen dirección, son exitosos y sienten armonía.
Esto es resiliencia emocional. La capacidad de experimentar momentos estresantes y no permitir que destruya nuestra determinación o sentido de propósito. Es poder reconocer las experiencias negativas, los muchos aprendizajes y convertirlos en capacidad para navegar situaciones difíciles con éxito. Es usarlos como compás para aquello que no podemos controlar o cuando sentimos que tenemos el cuarto lleno de agua.
¿Queremos saber cuánta resiliencia emocional podemos tener? Llenemos nuestro tanque mental, emocional y físico. Necesitamos revelarnos cuánto hemos aprendido de esas experiencias tortuosas. No lo veamos como experiencias negativas, sino como experiencias de aprendizaje y fortalecimiento. ¿Qué aprendimos de ese jefe mezquino e ineficiente, de ese colega o socio traicionero, de esos mejores amigos que no son leales y te abandonaron porque otros le ofrecieron oportunidades llanas y pasajeras? Al pensar en estas experiencias, podremos atribuirles un significado positivo y nuevas perspectivas sobre todo aquellas que ya pasaron hace unos años.
Usemos las experiencias del pasado como un “manual de instrucciones” en el presente y hacia el futuro. Ese manual nos sirve como amortiguador de esos sentimientos negativos que pueden aflorar cuando nos encontramos un bruto con iniciativa, un líder sin valores o principios, un sabe lo todo y una oportunidad que solo nosotros vemos.
Para beneficio del mundo, no todos somos iguales. Y de cada persona o evento negativo tenemos la capacidad de encontrar una mejor forma de comportarnos de vivir y de ser exitoso. Demos gracias por esas condiciones y emociones que la escuela de la vida nos llevó a vivir y sentir – pues cada necio o experiencia negativa que nos encontramos nos ha permitido saber más, vivir mejor y tener más herramientas para la próxima catatombe. La capacidad de convertir esos eventos estresantes en algo positivo nos permite maneras de evitarlo por completo en el futuro o manejarlo de manera diferente logrando que su impacto negativo sea minimizado. Encontremos y aprovechemos el impulso positivo que nos brindan las experiencias negativas.
La mejor escuela es la de la vida, es gratis, práctica y con enseñanzas que se pueden utilizar una y otra vez.