La línea más temida en un correo electrónico: “¿Cómo estás?”

Antes de enviar tu próximo e-mail, además de corregir los errores, activa el “corrector emocional”

Cómo arranquemos el texto de un correo electrónico es muy importante para marcar el tono del mensaje.

Cómo arranquemos el texto de un correo electrónico es muy importante para marcar el tono del mensaje. Crédito: Shutterstock

¿Cuántas veces has visto esa línea en un correo electrónico durante este año y has pensado responder: “Terrible, ¿Y tú?”.

La realidad es que son pocas las personas que hoy día sienten que todo está bien. Seis meses después de haber comenzado la pandemia seguimos sin ver la luz al final del túnel. Los contagios, las hospitalizaciones, los fallecimientos, la incertidumbre económica, la falta de oportunidades educativas y el racionamiento social brindan un ambiente sombrío – así que pretender lo contrario en un correo electrónico no ayuda.

Los correos electrónicos, aunque detestados por muchos, incluyéndome a mí pues prefiero el uso del teléfono por su agilidad – siguen siendo una parte fundamental de nuestra vida personal y profesional. Entonces, ¿cómo escribimos sin sonar insensatos?

El saludo en un correo electrónico es necesario pues dicta el tono de nuestro mensaje. Sin embargo, no puede proyectar insensibilidad, ni formalidad hueca. Los saludos genéricos y llanos deben erradicarse en estos momentos de ansiedad y crisis ya que podría afectar relaciones personales y profesionales.

Al saludar en nuestros mensajes, debemos incorporar empatía genuina y si es posible, el buen sentido del humor. Desde, “confiando estés en salud”, “enviando mis mejores deseos en estos tiempos de incertidumbre”, “espero que este correo electrónico te encuentre bien en lo que es sin duda un año récord de horrores”.

¿Qué es realmente apropiado? ¿Cómo podemos escribir un correo electrónico sin ser impersonales? ¿Debemos incorporar un poco de humor o positivismo? Siempre dependerá de a quién le escribimos y para qué estamos conectando. Cada persona vive circunstancias distintas. Por ejemplo, en Nueva Zelanda hasta los otros días las personas podrían salir libremente, por lo cual no hacía sentido decir: “Espero estés resguardado en tu casa”.

Practiquemos la honestidad y consideración, mostrando siempre nuestro lado humano. Esa vulnerabilidad, sirve para afianzar las conexiones con otras personas; puede ayudar a otros a entender mejor los problemas que están enfrentando; y ayuda a recordarnos que todos estamos navegando en un barco bien similar.

Antes de enviar tu próximo correo electrónico, aparte de corregir los errores gramaticales y de sintaxis, activa el “corrector emocional”. Asumamos el peor escenario. ¿Qué pasa si saludamos en un correo electrónico con una broma o un “espero estés bien” y esa persona está pasando por una crisis?

Pongámonos en los zapatos de quién recibe nuestros mensajes. Analiza lo que conoces de esa persona, tu relación con ella y lo que podrían estar atravesando. Los “check-in” amables y genuinos al comienzo de un correo electrónico es todo lo que se requiere para proyectar nuestra sensibilidad. Así que recuerda: “Confío estés tan bien como puedas en estos tiempos difíciles”.

· Notas sobre Trabajo y Empleo

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