¿Por qué los bidés te hacen ahorrar dinero en papel higiénico?
Cada vez es más frecuente el uso de este artículo en los baños de las casas estadounidenses
Uno de los hábitos más arraigados es el uso del papel higiénico para el inodoro, pero pocas veces nos ponemos a pensar el gasto que implica durante todo un año o plantearnos si hay alguna otra alternativa que lo pudiera sustituir, dando por sentado que es un artículo indispensable y que no impacta la economía.
Un hogar promedio puede gastar alrededor de 400 rollos de papel al año bajo un promedio de 2.6 habitantes por casa, lo que equivaldría a más de 150 rollos regulares por persona durante 365 días, cifra que incluso este 2020 podría incrementarse luego de los largos periodos de confinamiento que se han experimentado a causa de la pandemia por COVID-19 y que desató una compra descontrolada del papel higiénico.
Las estimaciones arrojan que al año se gasta cerca de $15 dólares al mes o $180 al año por hogar rollos; sin embargo, aun y cuando no parece un gasto significativo, hay una alternativa para incluso reducirlo en un 75%, además de representar una opción más amigable en su impacto ecológico.
Se trata del bidé, accesorio que permite el aseo íntimo a través de un chorro de agua y que si bien cada vez gana más terreno en las preferencias de los estadounidenses, sigue estando lejos del uso que tiene en otras regiones del mundo como Europa y Asia, en particular Japón, donde es de uso común.
Durante mucho tiempo se mantuvo la creencia que el bidé representaba una fuerte inversión y adecuaciones al ser un accesorio por separado respecto al WC, pero en la actualidad, existen modelos económicos en menos de $80 que se adaptan en el asiento del inodoro, además de que también ya hay tutoriales para instalar bidés “caseros”.
La adquisición de un bidé de bajo costo y fácil instalación podría compensarse en el gasto por papel higiénico entre cuatro y seis meses, mientras que en el tema del impacto ecológico, la fabricación de un rollo de papel involucra la utilización de 37 galones de agua y 15 millones de árboles para extraer la celulosa en su manufactura.