¿Por qué pagar tus compras en efectivo te puede servir para ahorrar?

El uso de la tarjeta de crédito en las tiendas favorece la adquisición de artículos por impulso

Según estudios, los pagos en efectivo son psicológicamente más dolorosos.

Según estudios, los pagos en efectivo son psicológicamente más dolorosos. Crédito: Jack Sparrow | Pexels

Los supermercados y las grandes cadenas de tiendas en general gastan millones de dólares al año en desarrollar e implementar diversas estrategias para inducir sutilmente a los consumidores para que sean más susceptibles a realizar compras consideradas como innecesarias. Desde la distribución de los productos en los pasillos hasta esos artículos de último minuto colocados justo en la parte final de las cajas previo a pagar, son solo algunos ejemplos de estas prácticas; sin embargo, podemos encontrar formas de autorregularnos para no caer en la tentación.

El portar efectivo para pagar nuestra despensa u otro tipo de productos paradójicamente es una herramienta para ahorrar, ya que traer dinero reduce las llamadas compras por impulso comparado con el uso de las tarjetas de crédito, en particular, con los alimentos considerados como no sanos.

Según los investigadores Manoj Thomas, Kalpesh Kaushik Desai y Satheeshkumar Seenivasan, de las Universidades de Cornell y Estatal de Nueva York, hay dos factores que contribuyen a este fenómeno del comportamiento de consumo.

“En primer lugar, existe una correlación entre la insalubridad y la impulsividad de los alimentos: Los alimentos no saludables también tienden a provocar respuestas impulsivas. En segundo lugar, los pagos en efectivo son psicológicamente más dolorosos que los pagos con tarjeta, y este dolor de pago puede frenar las respuestas impulsivas para comprar alimentos no saludables”, se explica en el estudio titulado “Cómo los pagos con tarjeta de crédito aumentan las compras de alimentos no saludables: Regulación visceral de los vicios”, elaborado hace una década por estos académicos y que ha servido de punto de partida para varios trabajos posteriores en el mismo sentido.

En dicha investigación se realizó un análisis de comportamiento real de compra en mil hogares durante seis meses, encontrando que los carritos de supermercado tenían una mayor proporción de alimentos calificados como impulsivos y poco saludables cuando los compradores usaban tarjetas de crédito o débito en lugar de efectivo.

“La noción de que el modo de pago puede frenar la compra impulsiva de productos alimenticios poco saludables es sustancialmente importante…El aumento epidémico de la obesidad sugiere que la regulación de las compras impulsivas y el consumo de productos alimenticios no saludables es un desafío considerable para muchos consumidores”, se lee en el documento.

Dichos estudios se suman a otras investigaciones que se han realizado respecto al comportamiento de los consumidores en los centros comerciales o los supermercados, como el hecho de que realizar las compras después de comer, ya que la sensación de apetito aumenta la intención de adquirir no solo alimentos, también otros objetos no comestibles; no obstante, estos fenómenos estarían próximos a cambiar su tendencia a raíz a la pandemia por COVID-19, la cual ha modificado los hábitos de consumo y comportamiento en buena parte de la población estadounidense, en cambios que incluso podrían ser permanentes.

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