¿Que es el benchmarking personal y cómo aplicarlo para encontrar trabajo?

Revisa cuál es el propósito de este concepto, y cómo nos lleva a ser mejores y más aptos

El objetivo de este concepto es hacerte crecer como profesional y convertirte en un trabajador más apto para mejores puestos. 

El objetivo de este concepto es hacerte crecer como profesional y convertirte en un trabajador más apto para mejores puestos.  Crédito: Pexels

Tal vez hayas escuchado el término o tal vez no sepas de qué se trata, pero el benchmarking es un concepto que se define como la búsqueda de las mejores prácticas de la industria que conducen a un desempeño excelente. Y en el plano personal y laboral, no es otra cosa que ver lo que hacen los demás para mejorar en tu actuar.

Cierto que muchas personas mencionan que siempre son odiosas las comparaciones, pero este término que data de finales de los 70 es una clave para ver el campo competidor y tomar lo mejor a fin de ser un mejor competidor en el ambiente laboral.

El benchmarking personal es analizar la forma en que se desenvuelven aquellos que son más eficientes, tienen más reconocimiento y consiguen mayores logros para identificar actitudes, comportamientos o habilidades que pueden llevarte a crecer como profesional y convertirte en un trabajador más apto para mejores puestos.

A continuación te contamos los seis pasos para lograrlo.
1. Define tus objetivos
Reflexiona en qué podrías mejorar o qué objetivos te gustaría alcanzar en tu carrera. No caigas en establecer el punto de referencia antes que los objetivos porque puede llevarte a perder de vista tus verdaderas necesidades y posibilidades.

2. Determina el los sujetos que analizarás
Decide cuáles son tus modelos de referencia, gente que haya logrado con éxito aquello que tú persigues. Pueden tratarse tanto de compañeros dentro de tu misma organización como también de figuras externas de reconocido prestigio. Tus ‘competidores’ tienen siempre algo en común contigo: son personas con los mismos objetivos que tú.

3. Analízalos y analízate
En este proceso no solo deberás extraer los puntos claves del desarrollo profesional de tus modelos elegidos, sino que es importante que extraigas los tuyos para poder compararlos entre sí. No sirve de nada que tengas claro que, por ejemplo, tener habilidades sociales es necesario para conseguir llegar a donde quieres, si no analizas tus fortalezas y debilidades en ese área.

4. Interpreta los resultados
Ahora que tienes datos, toca analizarlos y ver cuáles son relevantes. Decide qué está a tu alcance emular y qué no tienes intención de replicar: una cosa es hacer benchmarking y otra perder tu propia identidad e imitar cada paso. Si tu modelo de referencia ha hecho fortuna vendiendo bonos basura, tú debes mantenerte fiel a tu ética y tus valores, ya encontrarás otro camino.

5. Ponte en marcha e implementa las mejoras que hayas decidido aplicar
Una vez qué has diseñado los pasos a dar, hay que implementar los cambios y mejoras progresivas en tu vida. No es un proceso instantáneo, sino que exige una planificación temporal. Márcate un tiempo límite para conseguir incorporar esas decisiones plenamente y estructura un programa para llegar a ello.

6. Mide los resultados
El benchmarking no debe ser un proceso transitorio, sino un análisis a largo plazo. El propósito es enriquecernos continuamente y crecer, haciéndonos mejores y más aptos. Revisa el plan de actuación compáralo con tus avances y determina si hay que introducir correcciones. Si vas comparando cada instante con el punto de partida, te sorprenderán los avances que vas realizando.

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