¿Quién recibirá primero la vacuna contra el COVID-19?
Un comité federal debate dar acceso temprano a grupos que enfrentan un alto riesgo
Los funcionarios federales de salud ya se plantean quién recibirá las primeras dosis de cualquier vacuna eficaz contra el coronavirus, de acuerdo con una nota publicada por The New York Times.
El antídoto podría llegar al mercado este invierno, pero necesitará muchos meses para estar ampliamente disponibles para los estadounidenses.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y un comité asesor de expertos externos en salud comenzaron a trabajar en abril en un sistema de clasificación para lo que podría ser un despliegue extendido en los Estados Unidos.
Según un plan preliminar, las vacunas aprobadas se ofrecerían primero a funcionarios médicos y de seguridad nacional vitales, luego a otros trabajadores esenciales y aquellos sectores considerados de alto riesgo: los ancianos y personas con algún tipo de enfermedad, antes que pacientes relativamente sanos.
Los funcionarios de la agencia y los asesores también consideran lo que sería una opción muy polémica: dar preferencia a personas negras y latinas, que han sido comunidades desproporcionadamente afectadas por el COVID-19, por delante de otros grupos étnicos.
En reuniones privadas y en una sesión pública reciente, el tema de la justicia racial ha sido puesto sobre la mesa. Pero algunos expertos médicos no están convencidos de que exista una base científica para tal afirmación y prevén disputas judiciales o temen que priorizar a los grupos minoritarios erosione la confianza pública en las vacunas en un momento en que la inmunización se considera crucial para poner fin a la pandemia.
“No estoy segura de cómo sería percibido por el público proporcionar la vacuna a una raza inicialmente y no a otra, cómo afectaría eso a la forma en que las vacunas son vistas como una medida de salud pública confiable”, dijo Claire Hannan, directora ejecutiva del Asociación de Gerentes de Inmunización, un grupo representado en el comité.
Si bien existe un protocolo estándar para la introducción de vacunas, por lo general el CDC hace las recomendaciones y los departamentos de salud pública locales y estatales deciden si seguirlas. En algunas ocasiones, la Casa Blanca ha presionado a la agencia para que revise o postergue las propuestas que considera objetables.
El presidente Donald Trump, que ha presionado para reabrir escuelas, lugares de trabajo y realizar grandes eventos públicos, se ha centrado en las consecuencias políticas de la orientación de salud pública.
Desde el comienzo de la pandemia, casi todos los aspectos de la respuesta de la administración han involucrado recursos escasos, alta demanda y reclamos de que los privilegiados recibían una ventaja injusta.
La Casa Blanca creó recientemente la Operación Warp Speed, una iniciativa de múltiples agencias para acelerar el desarrollo de vacunas en el que se han invertido miles de millones de dólares de fondos federales. En la audiencia del comité asesor público, celebrada a mediados de junio, un representante del Departamento de Defensa dijo que se abordarían los planes de distribución en las próximas semanas.
Para acelerar la distribución, las vacunas con más posibilidades de éxito comenzarán a fabricarse incluso antes de que hayan finalizado las etapas finales de los ensayos clínicos y hayan sido autorizadas para uso público por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).