Repunte de contagios manda de nuevo al desempleo a miles de trabajadores
El golpe ahora será más fuerte para las personas que dejarán de recibir la ayuda de $600 dólares semanales que les proporcionaba el gobierno
Millones de trabajadores estadounidenses sufren una nueva y severa crisis económica. Cuando pensaban que finalmente volverían a trabajar, han sido enviados a casa nuevamente debido al repunte de contagios de coronavirus en algunos estados.
Las tiendas, restaurantes, gimnasios y otros negocios minoristas que reabrieron hace semanas han cerrado una vez más y esta vez parece que el Congreso no les brindará ayuda adicional.
Otras compañías que habían comenzado a trabajar con el levantamiento de las restricciones, como los hoteles, las empresas de construcción y los cines, han comenzado a reducir las horas de trabajo, mientras que las fechas de reapertura económica se retrasan indefinidamente.
Varios gobernadores, incluidos algunos que han sido objeto de críticas por minimizar los riesgos del coronavirus, han emitido nuevas restricciones para evitar contagios.
En las últimas semanas, California, Florida y Texas, han implementado políticas que restringen el servicio de restaurantes o bares. Otros nueve, Arkansas, Delaware, Idaho, Luisiana, Michigan, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México y Carolina del Norte, han pospuesto sus planes de reapertura.
Miles de trabajadores han quedado en el desamparo con estas medidas que cambian de un día a otro, la mayoría son empleados por hora y con bajos salarios que ahora enfrentan al desempleo por segunda vez en los últimos cuatro meses.
Por ello, muchos aseguran que están en una situación financiera más inestable a medida que se se acercan a otro periodo sin trabajo. Se enfrentan a lo que los expertos han comenzado a llamar un “precipicio fiscal”, porque a finales de julio dejarán de recibir los $600 dólares de ayuda complementaria semanal que ha ayudado a mantener a flote a muchas familias, de acuerdo con una nota publicada por The Washington Post.
Golpe para restaurantes y bares
Para muchos propietarios y trabajadores de restaurantes y bares, las últimas semanas sólo han sido de malas noticias. Porque justo cuando comenzaban a reabrir después de meses sin trabajar, llegaron los nuevos contagios.
En Phoenix, por ejemplo, más de una docena de restaurantes cerraron a principios de junio después de que algunos clientes y empleados resultaron infectados con el COVID-19. Mientras que en Jacksonville, Florida, en el caso más sonado a lo largo del país, algunos establecimientos cerraon luego de que 16 amigos dieron positivo por el coronavirus después de celebrar un cumpleaños en un pub irlandés, donde siete empleados también se contagiaron.
En Houston, los dueños de restaurantes advierten que tal vez no sobrevivan a la nueva ronda de cierres. En California, el gobernador Gavin Newsom ordenó el cierre de bares en siete condados, incluido Los Ángeles.
La industria de servicios de alimentos y bares, que emplea a más de ocho millones de personas, alrededor del 5% de la fuerza laboral antes de la pandemia, perdió más de 6 millones de empleos en marzo y abril. Pero un fuerte repunte de 1,4 millones de empleos en mayo ayudó a reducir la tasa de desempleo del país, lo que aumentó las esperanzas de que una recuperación económica estaba en marcha. Pero ahora la incertidumbre crecerá hasta que se desarrolle un tratamiento o vacuna contra el coronavirus.
⭕️| #Noticias | Cines AMC, la mayor cadena de cines de Estados Unidos, retrasan dos semanas más la reapertura de sus salas. https://t.co/0Tjr4sXntW pic.twitter.com/NKv7uNMGKd
— Al Día Dallas (@AlDiaDallas) July 2, 2020
El creciente número de casos también ha generado miedo en otras industrias, no solo en aquellas directamente afectadas por los cierres. La nueva ronda de cierres hace pensar a la gente que la recuperación ya cuestionada pueda detenerse.
El Banco de la Reserva Federal de St. Louis emitió un informe reciente en donde las empresas señalaban que la disminución de la demanda de los consumidores era la principal limitación para su recuperación, antes de los requisitos de distanciamiento social y las preocupaciones sobre la salud de sus trabajadores.
“El ritmo de reapertura de negocios tiene que estar completamente sincronizado con la cantidad que aumenta la demanda”, dijo en una entrevista uno de los autores, Charles S. Gascon, economista del banco. “No es como si hubiera un interruptor de encendido o apagado en la economía que se activa y las cosas vuelven a la normalidad”.
Según un informe reciente de Goldman Sachs, solo cuatro estados, New Hampshire, Nueva Jersey, Dakota del Norte y Vermont, que representan solo el 4% de la población estadounidense, cumplen con todos los criterios federales para la reapertura.