Ciudadanos expresan frustración por el receso del Congreso sin haber alcanzado un acuerdo de estímulo
Cientos de personas se han comunicado con el portal CBC Make It para manifestar su desencanto por la falta de apoyos
Mientras el Congreso se fue a su receso de verano sin llegar a un acuerdo de estímulo, decenas de millones de estadounidenses se preguntan cómo pagarán sus facturas.
Aunque el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell ha dicho que los miembros volverán a Washington a votar si se llega a un acuerdo, podrían faltar semanas para eso.
Mientras tanto, alrededor de 28 millones de estadounidenses reciben beneficios por desempleo y hasta 40 millones podrían enfrentar el desalojo si el Congreso no aprueba pronto un proyecto de ley de ayuda, dice Emily Benfer, experta en vivienda.
El portal CNBC Make It ha recibido cientos de testimonios de lectores que detallan cómo el fracaso del Senado para aprobar otro paquete de ayuda los afecta a ellos y a sus familias. Muchos expresaron su indignación por la inacción del Congreso. Otros, simplemente se querían desahogar.
“Cuando los vi ignorar la necesidad de un nuevo estímulo durante casi dos meses, me quedé atónito”, escribió Hugh Wasson, de 66 años, a CNBC Make It. Wasson actualmente no puede encontrar trabajo y vive de sus pagos del Seguro Social y de los beneficios por desempleo de Florida, que no cubren todas sus facturas. “Todavía soy incapaz de creer que alguien pueda ser tan insensible”.
‘Tomaría cualquier cosa’
Antes del COVID-19, Jane, que pidió ser identificada con un seudónimo por motivos de privacidad, se ganaba la vida como mesera en el sur de Indiana y se llevaba a casa entre $600 y $800 dólares por semana. Ahora, con su restaurante aún cerrado, recibe $141 semanales, después de impuestos, en beneficios estatales por desempleo.
Con tan poco dinero, sus facturas de alquiler, electricidad y cable no han sido pagadas este mes, y dejó que sus pólizas de seguro de automóvil y alquiler caduquen. Esperar a que el Congreso haga algo, dice, la ha convertido en “un manojo de estrés”.
“Literalmente, lo único en lo que pienso es en dinero, facturas, dinero, deudas, comida”, dice. “Me despierto pensando en estas cosas y me voy a la cama, luchando por conciliar el sueño, pensando en estas cosas”.
La mujer de 33 años, que trabaja desde los 15, dice que este es el período más prolongado de su vida en desempleo. Agrega que si algún miembro del Congreso estuviera en su lugar, sin estar seguro de cómo pagaría el alquiler o podría comprar alimentos, llegaría a un acuerdo rápidamente.
“Entiendo que (la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes) Nancy Pelosi quiere beneficios extendidos de $600 dólares, me encantaría. Cuando ganaba eso, podía mantenerme al día con todas mis facturas, pero en este punto, tomaría cualquier cosa”.
‘Lo perderemos todo’
Sin los $600 dólares adicionales por semana en beneficios por desempleo que el gobierno federal dio durante los primeros meses de la pandemia, Jessica Moreno, de 36 años, dice que su cheque bajó a $239 dólares semanales en el estado de Washington, lo cual no es suficiente para cubrir todos sus pagos.
Uno de sus hijos tiene una enfermedad cardíaca poco común, dice Moreno, y su médico le ha dicho que trabajar podría “poner en riesgo la seguridad” de su hijo. Ella trabaja en el sector salud y correría un mayor riesgo de exposición al virus.
“Algunos de nosotros no tenemos la opción de trabajar y lo perderemos todo en las próximas semanas”, dice Moreno. “No tenemos mucho para empezar. Creo que es muy egoísta por parte de la gente en el Congreso no pensar en los niños y las familias que ya estaban atados”.
Esta es la primera vez que Moreno solicita beneficios por desempleo en su vida, dice, y buscaría trabajo si pudiera. Pero la salud de su hijo tiene prioridad.
‘¿Cómo voy a alimentar a mis hijos?’
Jon Meadows, de 28 años, padre de dos hijos, en Mississippi, perdió su trabajo en el Mississippi Coast Coliseum hace unos meses. Sin el beneficio mejorado, su pago por desempleo se ha reducido a $34 dólares por semana. sólo de alquiler paga $800 dólares por mes.
Los únicos trabajos disponibles cerca de él, dice, son en restaurantes de comida rápida. Pero la paga no sería suficiente para cubrir todas sus facturas y no ofrecen ningún otro beneficio, como seguro médico, que él, su esposa e hijos necesitan.
“Ahora estoy sentado aquí preguntándome, ¿cómo voy a alimentar a mis hijos? ¿Cómo voy a hacerme cargo de mis facturas? ¿Cómo se supone que voy a sobrevivir?”, dice. “Espero que obtengamos algo, cualquier cosa para ayudar a mi familia”.
‘No hay ayuda’
Desde marzo, Ashley Eldreth ha hecho malabares con la búsqueda de trabajo, la solicitud de beneficios por desempleo y el cuidado de sus dos hijos. El miedo a contagiarse por COVID-19 es una amenaza constante en segundo plano. Su realidad ahora le resulta familiar a millones de padres, y especialmente a las madres, en todo el país.
“En este momento soy maestra, doctora, chef, mamá, todo en uno”, le dice a CNBC Make It. “¡Un poco de ayuda sería completamente increíble ahora mismo! ¡Necesitamos la ayuda ahora más que nunca!”
La residente de Pensilvania, de 30 años, quiere que el Congreso “deje de discutir” y llegue a un acuerdo para ayudar a las personas que están luchando para que todo funcione. Otro cheque de estímulo y la continuación del programa de Asistencia por desempleo pandémico, para el que califica, la ayudarían a pagar sus facturas y aliviarían parte de la preocupación en los próximos meses.
“Honestamente, estoy completamente indignada por toda esta terrible experiencia en este momento”, dice ella. “¡La gente, como yo, está luchando! Y no hay ayuda”.
‘¿Qué voy a hacer?’
Sin beneficios mejorados, Adam Redmond, un viudo de Michigan de 45 años, trata de mantenerse a sí mismo y a su hija de nueve años, Chloe, con $160 dólares por semana.
Por lo general, gana lo suficiente con su negocio de mantenimiento de césped y trabajos ocasionales para salir adelante, pero todo su trabajo se acabó por la pandemia. “El dinero extra me ha salvado en todos los aspectos humanamente posibles”, le dice Redmond a CNBC Make It.
Para agravar sus preocupaciones, la escuela de su hija no tiene clases en persona, por lo que necesita estar en casa para cuidarla.
“¿Qué voy a hacer?”, dice. “Sé que tengo que cuidar a mi hija, pase lo que pase, y eso me vuelve loco, pero debo ser paciente”.
‘Al borde de la paciencia’
Troy Wilson, de 57 años, pensó que 2020 sería el año en que volvería a levantarse. Se había atrasado financieramente después de perder a su hijo y someterse a algunas cirugías, pero había programado algunos proyectos más grandes a principios de año que prometían grandes ganancias.
Luego llegó el COVID-19 y perdió todos sus trabajos. Ahora, el contratista ha estado sin ingresos desde marzo y recibe $150 dólares por semana en beneficios por desempleo en Indiana. Para llegar a fin de mes, ha vendido la mayoría de las herramientas que necesita para hacer su trabajo.
“Aunque siempre he sido resistente, debo admitir que personalmente estoy al borde de mi paciencia debido a la negligencia del Congreso”, dijo Wilson a CNBC Make It.
“Nunca había solicitado beneficios por desempleo”, dice, lo cual era un motivo de orgullo. “Eso hace que sea especialmente difícil escuchar a los críticos decir que las personas no quieren trabajar porque están ganando más dinero con el desempleo”.
“Me estremece la mención de que me pagan más por quedarme en casa que por trabajar. Rezo para que en el Congreso nunca se enfrenten a las dificultades en las que nos han colocado a todos y nunca experimenten los ataques degradantes que ahora estoy soportando”.
‘No hay trabajos’
En marzo, Cara Fry, de 55 años, fue despedida de su trabajo en la industria de dispositivos médicos, donde ganaba alrededor de $70,000 dólares por año. Le preocupa que los empleadores no la contraten debido a su edad y nivel de experiencia.
“Trabajo desde que era pequeña y he pagado mis impuestos. Nunca antes en mi vida había recibido beneficios por desempleo”, dijo la residente de Ohio. “Me hace reír cuando la gente dice que ganamos demasiado con el desempleo y evitará que la gente consiga un trabajo”, continúa Fry. “No hay trabajos”.