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Cláusula de fuerza mayor: qué es

La fuerza mayor es una cláusula incluida en los contratos para eliminar la responsabilidad por catástrofes que impidan a las partes cumplir con sus obligaciones

Las cláusulas de fuerza mayor generalmente cubren desastres naturales y catástrofes creadas por el ser humano.

Las cláusulas de fuerza mayor generalmente cubren desastres naturales y catástrofes creadas por el ser humano. Crédito: Uuganbayar | Shutterstock

La cláusula de fuerza mayor es una disposición contractual que protege a las partes cuando circunstancias excepcionales, ajenas a su control, les impiden cumplir con sus obligaciones. Este concepto, con raíces en el derecho romano y consolidado en el derecho civil francés, busca ofrecer una salida justa en situaciones de desastres naturales, guerras u otros eventos imprevistos. La inclusión de la cláusula de fuerza mayor en los contratos permite reducir disputas legales y establecer mecanismos claros para responder ante lo inesperado.

Puntos clave

  • La cláusula de fuerza mayor exime de obligaciones por eventos imprevistos y ajenos a las partes.
  • Debe cubrir hechos imprevisibles, externos y graves.
  • Puede suspender, modificar o terminar un contrato según lo pactado.
  • La cláusula de fuerza mayor requiere notificación y esfuerzos para mitigar daños.
  • Tribunales interpretan estas cláusulas de forma restrictiva.

¿Qué es una cláusula de fuerza mayor?

La fuerza mayor, también conocida como “force majeure”, es un concepto del derecho contractual que describe una cláusula incluida en muchos contratos que libera a las partes de sus obligaciones contractuales; en caso de circunstancias excepcionales e imprevistas. La cláusula de fuerza mayor entra en vigor por un acontecimiento extraordinario o la ocurrencia de un conjunto de circunstancias extremas completamente ajenas a la voluntad de las partes, que imposibilitan su cumplimiento.

Entendiendo la cláusula de fuerza mayor

La cláusula de fuerza mayor exime a las partes de cumplir sus obligaciones en determinadas circunstancias y su objetivo es brindar protección legal a las partes de un contrato cuando no pueden cumplir sus obligaciones debido a acontecimientos ajenos a su voluntad.

El concepto de fuerza mayor tiene sus raíces en el sistema jurídico romano. De acuerdo a este principio, una parte quedaba eximida del cumplimiento de un contrato si un acontecimiento extraordinario, como una guerra o desastre natural, imposibilitaba su cumplimiento.

Pero el término “force majeure” proviene del derecho civil francés, que codifico el concepto por primera vez en el siglo XIX. El código civil francés define a la fuerza mayor como un acontecimiento imprevisible, irresistible y externo a la parte que pretende invocarlo. A partir de esto muchos otros sistemas jurídicos en el mundo han adoptado esta definición. La cláusula de fuerza mayor debe cumplir con 3 elementos:

  • El acontecimiento debe ser imprevisible.
  • Las circunstancias deben ser externas a las partes del contrato.
  • El acontecimiento debe ser lo suficientemente grave como para imposibilitar a la parte el cumplimiento de sus obligaciones contractuales.

La cláusula de fuerza mayor ofrece una solución justa y equitativa a las partes en situaciones en las que acontecimientos imprevistos les impiden cumplir con sus obligaciones contractuales, a la vez que ayuda a reducir el riesgo de disputas y litigios, mientras facilita la continuidad del negocio. Estos eventos o circunstancias a menudo se denominan “actos de Dios” o actos de la naturaleza y pueden incluir desastres naturales, guerras, huelas y otros.

Cómo funciona la cláusula de fuerza mayor

Cuando una de las partes de un contrato desea invocar una cláusula de fuerza mayor el primer paso es identificar claramente el evento desencadenante. Este evento debe ser imprevisible y estar fuera del control de ambas partes, como un desastre natural, un conflicto bélico o una crisis sanitaria, que haga imposible o impracticable cumplir con las obligaciones pactadas.

Tras identificar el evento las partes deben revisar el contrato para confirmar si existe una cláusula de fuerza mayor y qué situaciones específicas cubre. Es fundamental analizar las consecuencias previstas en el contrato en caso de que se active esta disposición, ya que podría contemplar la suspensión, modificación o incluso la terminación de las obligaciones contractuales.

La parte que busca ampararse en la fuerza mayor debe notificar a la otra parte lo antes posible. En dicha notificación se debe explicar cómo el evento ha afectado el cumplimiento del contrato y qué medidas se están tomando para mitigar los efectos negativos. De hecho, es responsabilidad de esa parte adoptar acciones razonables para reducir el impacto del evento y limitar los daños ocasionados.

Por último ambas partes deben trabajar en conjunto para negociar una resolución adecuada a la nueva situación; esto puede incluir ajustes en los términos del contrato, aplazamientos de plazos o, si no hay otra alternativa, la rescisión del acuerdo. Es importante que todo lo acordado se documente por escrito para dejar constancia de los compromisos asumidos y evitar posibles disputas futuras.

Ejemplo de la aplicación de la cláusula de fuerza mayor

Imaginemos que una empresa en Estados Unidos ha firmado un contrato con un proveedor en China para la compra de un cargamento mercancías que se entregará por mar. El contrato entre ambos incluye la cláusula de fuerza mayor que exime del cumplimiento en caso de circunstancias imprevisibles y ajenas a la voluntad de cualquiera de las dos partes.

Supongamos que antes de la salida programada del barco ocurre una fuerte tormenta en el Mar de China Meridional, que causa graves daños e interrumpe las rutas marítimas. Esto provoca que el proveedor no pueda cargar las mercancías en el barco según lo previsto y la salida se enfrenta a un retraso indefinido.

En esta situación la cláusula de fuerza mayor del contrato entre las partes puede eximir al proveedor de su obligación de entregar la mercancía a tiempo, pues una tormenta es un acontecimiento imprevisible y ajeno a la voluntad del proveedor; que ha hecho imposible el cumplimiento del contrato. La cláusula de fuerza mayor puede prever la suspensión del contrato hasta que cambien las circunstancias o su rescisión si el retraso se prolonga durante un período determinado.

La importancia de anticipar e identificar eventos de fuerza mayor

Es vital determinar qué tipo de circunstancias estarán cubiertas por la cláusula de fuerza mayor. Las disposiciones suelen cubrir desastres naturales como huracanes, terremotos, inundaciones y perturbaciones climáticas, a veces denominadas “casos fortuitos”. Otros eventos cubiertos por la cláusula de fuerza mayor pueden incluir: guerra, terrorismo o amenazas de terrorismo, disturbios civiles, huelgas o interrupciones laborales, incendios, enfermedades, epidemias o brotes médicos, así como la reducción de los medios de transporte.

Es importante saber que los tribunales tienen a interpretar las cláusulas de fuerza mayor de forma restrictiva; es decir, que solo se cubrirán los eventos enumerados y eventos similares. Por ejemplo, si bien los actos de terrorismo pueden ser un evento de fuerza mayor especifico, esto no implica necesariamente que un tribunal también exima del cumplimiento de una parte basándose en “amenazas” de terrorismo. Así que es muy importante especificar cualquier tipo de circunstancia que prevea que podría impedir o dificultar la celebración del contrato.

Conclusiones

La cláusula de fuerza mayor es un recurso esencial para proteger a las partes de un contrato frente a eventos extraordinarios que imposibiliten su cumplimiento. Su correcta redacción y aplicación pueden ser decisivas para evitar litigios y facilitar soluciones equitativas ante situaciones imprevistas.

Es fundamental que las empresas y particulares incluyan la cláusula de fuerza mayor de manera detallada en sus contratos, identificando con precisión los eventos cubiertos y los procedimientos a seguir en caso de invocarla. Esto no solo aporta seguridad jurídica, sino que también permite afrontar de mejor forma los riesgos inherentes a cualquier relación contractual.

FAQs

¿Cuál es la diferencia entre fuerza mayor y Pacta Sunt Servanda?

La fuerza mayor entra en conflicto con el concepto de “pacta sunt servanda”, del latín “los acuerdos deben cumplirse”, un concepto clave en el derecho civil e internacional con análogos en el derecho consuetudinario. No se supone que sea fácil eludir la responsabilidad contractual y demostrar que los eventos fueron imprevisibles. Las amenazas humanas como las capacidades de guerra cibernética, nuclear y biológica, o los desastres naturales, han planteado interrogantes sobre qué es y qué no es previsible en sentido legal.

¿Cuál es el efecto de la invocación de la cláusula de fuerza mayor?

Cuando se invoca una cláusula de fuerza mayor las obligaciones contractuales de ambas partes suelen retrasarse o suspenderse mientras dure el evento. Esto significa que ninguna de las partes puede ser considerada responsable por el incumplimiento de sus obligaciones contractuales mientras dure el evento de fuerza mayor.

¿Cuándo no se aplica la cláusula de fuerza mayor?

Si el evento o circunstancia estuvo bajo el control de la parte que solicita la cláusula de fuerza mayor, como una huelga o la imposibilidad de obtener los permisos necesarios, la cláusula podría no ser aplicable. Además, esto también podría aplicarse durante el evento o circunstancia que imposibilita o impide la ejecución del contrato, pero que era previsible al momento de su celebración.

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