Cuáles son los estados de Estados Unidos más afectados por los cierres de bancos
De acuerdo con un estudio, la afectación de los cierres de bancos en los Estados Unidos varía dependiendo de lo que se mida: la cantidad de sucursales cerradas, el número de clientes afectados y la zona de estos cierres en diversas comunidades
Son cada vez más las ciudades que se están quedando sin bancos en su localidad. Desde la crisis bancaria a principios de año, cuando algunos bancos se declararon en bancarrota, incluso las grandes compañías financieras han cerrado sucursales en diferentes zonas de los Estados Unidos. Muchas de estas empresas señalan que estas clausuras son parte de su estrategia de mercado, pero eso no quita que los consumidores tienen cada vez menos sitios donde realizar sus transacciones bancarias. Por su puesto, en un territorio tan amplio como el que tiene este país, hay ciudades que han sido más afectadas que otras por estos cierres bancarios.
Desde el 1 de enero hasta el 31 de julio, un total de 1,144 bancos nacionales y regionales cerraron sus puertas en 49 estados de EE.UU., según datos de S&P Global Market Intelligence. Las afectaciones varían según la localidad y de manera variable.
Aunque California es el estado que tuvo la mayor cantidad de cierres en términos de sucursales, lo cual se puede entender por su extenso territorio, es Nueva Jersey el estado con mayor pérdida per cápita con un total de 83 establecimiento bancarios. Para entender estas cifras, las pérdidas monetarias son más graves en el estado jardín, debido a que su demografía es más pequeña para la cantidad de cierres que ha tenido. A Nueva Jersey, le siguieron Washington DC y Connecticut.
Vermont es el único estado que no ha perdido ni una sola sucursal bancaria, hasta el momento de los registros del S&P Global Market.
La última serie de cierres eleva el total desde 2,019 a 10,680 bancos. Los pequeños bancos regionales representan sólo una ínfima parte de estas clausuras. En cambio, la mayor parte de cierres las llevan PNC Bank, Wells Fargo, Chase y US Bank.
PNC fue el peor banco este año, habiendo eliminado un total de 201 sucursales bancarias en sólo siete meses. Le siguieron de cerca US Bank y Wells Fargo, que cerraron 185 y 160 sucursales, respectivamente.
Los especialistas señalan que es posible que estos movimientos se estén desacelerando. Curiosamente, en 2022, se presentaron un total de 3,066 cierres, casi el triple de los que se han registrado en siete meses este año. Los bancos tenían un total de 78,121 sucursales activas en todo el país a finales de mayo, según S&P.
Por otra parte, tanto Dakota del Norte como Dakota del Sur se vieron notablemente afectadas, sufriendo un promedio de 7.7 y 5.5 cierres de bancos por millón de habitantes.
En el lado positivo de la balanza, los cierres en el sur fueron menos prominentes que en otras partes del país, aunque Alabama experimentó 22 cierres de bancos para su población relativamente pequeña de 5 millones, según los datos del censo de EE.UU. de 2022.
Como mencionamos, algunos de estos bancos han comentado que estos cierres forman parte de su estrategia comercial. Un portavoz de Wells Fargo le dijo al DailyMail esta semana que aunque se están cerrando sucursales en muchas regiones, se está abriendo un número menor en un puñado de mercados exitosos.
“Aunque el número total de sucursales continúa disminuyendo, se están abriendo nuevas sucursales en vecindarios de alto crecimiento de los mercados existentes, lo que nos permite ofrecer más comodidad en las sucursales”, aseguró.
Las compañías bancarias también señalan que la migración de los consumidores al sistema digital ha provocado estos cierres. Los clientes utilizan más las alternativas digitales en aplicaciones y sitio web, tanto de bancos tradicionales como enteramente virtuales, que las transacciones fuera de sucursal han aumentado considerablemente este año.
Un estudio de la Reserva Federal mostró un aumento del 12.4% en las transacciones digitales solo en el primer trimestre de 2020.
El problema es que muchos de los cierres bancarios surgen en comunidades de bajos ingresos. Según la Coalición Nacional de Reinversión Comunitaria (NCRC), un tercio de las ubicaciones que cerraron entre 2017 y 2021 ocurrieron en áreas predominantemente de bajos ingresos y de mayoría minoritaria.
Los residentes tienen que viajar más para llegar al banco más cercano, lo que a menudo afecta más a los clientes vulnerables y de edad avanzada. Estas comunidades corren el riesgo de convertirse en los llamados “desiertos bancarios”, que es cuando los clientes no tienen acceso a un banco o cooperativa de crédito en un radio de 10 millas. Por si esto no fuera suficiente afectación, quedan a merced de préstamos con tarifas altas, como los préstamos de día de pago.
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