¿El IRS tiene mala reputación para ti? Tal vez deberías preocuparte más por tus impuestos estatales

¿A quién de ustedes, queridos lectores, les gusta pagar impuestos? Me atrevo a decir que a nadie. Eso no quita que seamos conscientes de lo necesarios que son. De todos los órganos de gobierno, el Servicio de Impuestos Internos (IRS) está en la parte más baja de las preferencias de la sociedad. Sí, es desagradable tener la sensación de que hay una institución que te quita parte del dinero obtenido con tu trabajo, pero no es la única. Si bien el IRS no tiene buena fama, tal vez deberías preocuparte más por los departamentos fiscales de tu estado.

La mala reputación del IRS se ve endurecida por la imagen que los medios de comunicación retratan. La representación hiperbólica de que te quitará cada dólar de tu bolsillo que no hayas declarado ha sumado al rechazo colectivo. Claro, es la entidad federal, ¿pero que hay de los departamentos fiscales estatales? Es más fácil tirar la piedra al gigante que a las pequeñas hormigas, aun cuando éstas puedan cavar toda una comunidad por debajo de tus pies, haciendo la tierra más inestable.

Por si no lo tenías claro, el IRS debe cumplir con una serie de procedimientos y un conjunto completo (y complejo) de regulaciones. Las autoridades fiscales estatales podrían no estar sometidas a las mismas normas.

¿Por qué deberías preocuparte más de las agencias fiscales estatales que del IRS?

El IRS tiene prácticamente toda la información de los ingresos de sus contribuyentes. Cuando surge cualquier error en tu declaración de impuestos federales, en la mayoría de las ocasiones, te notificará por medio de cartas certificadas sobre los problemas que detectó. Los resuelves y punto. Para que haya una auditoría, deben surgir inconsistencias frecuentes y reiterativas, por lo que se requiera una investigación a fondo de tus finanzas.

Debido a prácticas controvertidas surgidas en la década de los noventa, se aprobó la Ley de Reforma y Reestructuración del Servicio de Impuestos Internos en 1998. Esta legislación histórica hizo cambios drásticos en la forma en que se aplican las acciones de recaudación de impuestos federales. Hay cinco disposiciones clave de esta extensa ley que finalmente cambiaron el trabajo del IRS:

1. Todas las comunicaciones del IRS deben ser por escrito y enviadas a tu última dirección postal conocida. Los empleados del IRS nunca se comunicarán contigo por teléfono, correo electrónico o redes sociales ni se presentarán en tu hogar o lugar de trabajo sin previo aviso.

2. Los agentes y funcionarios del IRS deben seguir el debido proceso al gestionar tu cuenta. Deben haber hecho varios intentos de comunicarse contigo por correo y darte la oportunidad de explicar tu situación antes de que se embarguen tus salarios o se coloquen gravámenes sobre tus activos.

3. Si no puedes pagar tus impuestos, ahora hay varias alternativas. Los empleados del IRS deben considerar los factores de la situación de cada contribuyente, como el nivel de ingresos y la angustia que afecta las obligaciones de presentación, como enfermedades a largo plazo y violencia doméstica.

4. Si la cantidad que le debes al IRS es tan grande que posiblemente no podrías pagarla bajo tus circunstancias, o la deuda pudiera resultar de una evaluación justa en primer lugar, como cuando se basan en los ingresos anteriores más altos de un cónyuge fallecido, tienes derecho a llegar a un acuerdo con la agencia por una suma menor.

5. Si no estás de acuerdo con alguna decisión que tome el IRS, siempre tienes derecho a apelar y luego escalar al Tribunal Fiscal si no estás de acuerdo con el resultado de la apelación.

Como dijimos anteriormente, el IRS debe cumplir con normas a las que no todas las agencias fiscales estatales están supeditadas. Sin contar que la manera en la que tributan los ingresos puede ser completamente distinta.

Solo siete estados no tienen impuesto sobre la renta: Alaska, Florida, Nevada, Dakota del Sur, Texas, Washington y Wyoming. Tennessee y New Hampshire a menudo se agrupan con ellos, ya que no gravan sus salarios ni los ingresos del trabajo por cuenta propia, pero sí las inversiones.

Y de los 41 estados que tienen su propio impuesto sobre la renta, gravan una gama más amplia de tipos de ingresos. Sus políticas y procedimientos de administración tributaria pueden resultar completamente diferentes de los del IRS.

Los estados están más ávidos de ingresos, por lo que es posible que se tomen más libertades para cobrar las facturas de impuestos atrasadas y no hacerlo siguiendo el debido proceso. Es más probable que un funcionario de tu estado se presente en tu casa o negocio sin previo aviso que el IRS, ya que tus facturas de impuestos tendrían que ser bastante graves y descuidadas durante mucho tiempo para que esto último suceda después de la reforma de la era Clinton.

El Servicio del Defensor del Contribuyente (TAS) y el Inspector General del Tesoro para la Administración Tributaria (TIGTA) son los organismos de control internos que aseguran que el IRS funcione sin problemas, haga cumplir las políticas de manera justa, identifique problemas sistémicos y no desperdicie los recursos de la agencia persiguiendo a los contribuyentes que tienen pocos medios para pagar.

Por el contrario, los departamentos de impuestos estatales solo están sujetos a la Constitución de su estado. Estas agencias cambian sus normas según los designios de las legislaturas estatales, y no con las acciones del Congreso. El gobierno puede tener muy poca supervisión cuando se trata de posibles abusos, sobornos y abusos sistémicos del fisco estatal.

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