¿Es correcto utilizar mis ahorros personales para comenzar un emprendimiento?
Echar mano del dinero guardado por años puede representar un alto riesgo sin la planeación adecuada
Aspirar a una independencia financiera es el sueño de muchas personas que anhelan iniciar una nueva aventura laboral sin la necesidad de rendirle cuentas a alguien más, pero con la responsabilidad de poner en juego un capital que puede ser fruto del ahorro de toda una vida, por lo que si no se cuenta un buen plan de emprendimiento, la apuesta luce muy arriesgada, incluso con más posibilidades de perder.
El usar los propios ahorros tiene una serie de consideraciones a favor y en contra que por ningún motivo deben dejarse de lado para tomar la mejor decisión, al final de cuentas hay mucho en juego.
Sin presión por intereses
Cuando se buscan fondos para financiar un emprendimiento, la fuente primaria para capitalizarse es a través de un préstamo bancario, sobre el cual se debe pagar una tasa de interés, lo que se evita al exponer el capital propio.
Repartición de propiedad
Cuando no se cuenta con el capital suficiente y se evita recurrir a un préstamo bancario, el paso natural es buscar socios inversores que apuesten al proyecto, lo que al final implica una reducción en el reparto de las eventuales ganancias, cifras que al final puede no resultar tan atractivas si se hacen en solitario, asumiendo todos los riesgos, pero gozando de los beneficios totales.
Impacto inmediato
Estar en una sociedad con otros inversores o depender de un financiamiento bancario retrasa el proceso de arranque del proyecto al tener que completar todo el papeleo y los acuerdos que lleven al adecuado flujo del mismo, situación que no sucede cuando uno mismo es el dueño del tiempo para comenzar.
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Proporción de ahorros
Al momento de iniciar un proyecto personal, más que la cantidad en la inversión, lo importante es el porcentaje de los ahorros que se están comprometiendo en el emprendimiento, los cuales al final podrían poner en apuros el patrimonio personal en caso de que las cosas no salgan como se esperan, al menos en un inicio.
Fondo de emergencia
Depositar buena parte de los ahorros a un nuevo proyecto por ningún motivo debe sacrificar apartados básicos y fundamentales como un fondo de gastos para imprevistos. La pandemia, por ejemplo, ha venido a destacar la importancia de contar con una reserva en este sentido, por lo que exponer esos recursos para invertirlos, no solo representa un riesgo, también es una irresponsabilidad.
No comprometer el futuro
Es común ver los años de retiro lejanas y en ocasiones parece fácil echar mano de los fondos de jubilación como las cuentas 401(k) o IRA Roth, las cuales tienen ventajas a largo plazo, por lo que hacer retiros antes de tiempo, no solo reduce los beneficios, también es susceptible a penalizaciones fiscales.
Deudas
Si se tiene la intención de comenzar un negocio propio es importante hacerlo sin deudas de por medio, al menos no del tipo que comprometan una parte considerable de los ingresos. Pensar que un emprendimiento es la solución para solventar compromisos económicos adquiridos con anterioridad, es temerario y la mayoría de las veces una receta al colapso financiero.
Estimaciones precisas
Uno de los errores más frecuentes que se suelen hacer en los emprendimientos es no hacer los cálculos correctos de los gastos que se tendrán en el camino, así que es común que imprevistos se vayan acumulando al paso del proyecto y que terminan sacando de presupuesto el plan inicial, lo que ya de inicio representa comprometer la inversión.