Estadounidenses gastan menos en alimentos a la espera del segundo cheque estímulo
El cambio en el gasto en comestibles se produce después de que los $600 dólares de ayuda semanales por desempleo se terminaran en julio
Ante la falta de un acuerdo en el Congreso para aprobar un segundo paquete de ayuda económica por el coronavirus, los estadounidenses sufren por la falta de efectivo y han comenzado a recortar su gasto en comestibles.
El cambio en el gasto en alimentos se produce después de que los $600 dólares de ayuda semanales por desempleo dejaran de llegar en julio. También ha obligado a las tiendas a hacer algo que los clientes no habían visto mucho durante la pandemia: ofrecer descuentos.
Los cheques de estímulo de suma global que los consumidores recibieron en la primavera y el dinero extra por desempleo para las personas que perdieron sus trabajos en la pandemia ayudaron a apuntalar las cadenas de supermercados en medio de cierres generalizados.
Si bien el gasto del consumidor se recuperó entre mayo y julio luego de una caída a principios de la primavera, los analistas dicen que un retroceso más amplio en el gasto en comestibles podría significar ventas más bajas para artículos como ropa y automóviles.
Los ejecutivos de Walmart dijeron que los consumidores están preocupados por sus finanzas y la seguridad laboral a falta de nuevas ayudas de estímulo, lo que lleva a recortar sus gastos.
“La gente percibe que está gastando más dinero en comida, a pesar de comer menos fuera”, dijo el presidente ejecutivo de Walmart, John Furner, en una conferencia telefónica la semana pasada y citada por Fox Business. “Así que reflexionaremos sobre la forma en que planificaremos el resto del año y reaccionaremos a los cambios en las tendencias que vemos en nuestros compradores”.
Otros minoristas, como Stop & Shop Supermarket, también esperan que el crecimiento del gasto del consumidor se vea atenuado en los próximos meses por la incertidumbre económica y la interrupción continua de los eventos deportivos, las cenas en restaurantes y otras facetas de la vida prepandémica.
Gordon Reid, presidente de Stop & Shop, una cadena de supermercados propiedad de Koninklijke Ahold Delhaize NV, dijo que espera que los precios sean un desafío para los consumidores en el último trimestre del año y hasta el próximo año. Si bien Reid no ha visto una conexión directa con la reducción de los cheques de desempleo, dijo que los clientes se han vuelto más conscientes de los precios.
Si bien las ventas de alimentos congelados, cereales, sopa y café, siguen siendo más altas que hace un año, el crecimiento de las ventas se ha desacelerado en comparación con julio y los meses anteriores de la pandemia.
Los estados con mayor desempleo, como Illinois, Nevada y Nueva York, registraron una mayor desaceleración en el gasto en comestibles, de acuerdo con un estudio de IRI CPG Demand Index.
Menos viajes a las tiendas, así como compras más pequeñas por visita, son patrones típicos durante una recesión. A medida que los consumidores gravitan hacia el valor, las empresas de alimentos y los minoristas dicen que se están preparando para ofrecer descuentos que pueden reducir los márgenes e intensificar la competencia.
Las ventas han sido inestables desde marzo, pero las tiendas ahora las están vendiendo artículos de bajo precio a granel y renovando los programas de lealtad que, según dicen, tienen como objetivo ayudar a los clientes a ahorrar dinero.
El estrés financiero podría llevar a que más personas compren en tiendas de dólar, ya que los consumidores de ingresos medios que normalmente no comprarían allí podrían comenzar a hacerlo, según el analista minorista de Morgan Stanley, Simeon Gutman.