window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Fideicomiso viviente: qué es

Aunque casi todos han oído hablar de un testamento, el fideicomiso viviente aporta ventajas que, según el caso, pueden convertirlo en la opción preferida

Fideicomiso viviente

Te explicamos de qué se trata el fideicomiso viviente. Crédito: Shutterstock

Decidir el futuro de tus bienes una vez que ya no estés no es algo que se haga en un rato. Aun así, tener todo claro puede librar a tu familia de gastos, papeleo y discusiones legales. Una herramienta muy útil para lograrlo es el fideicomiso viviente, o living trust. Aunque casi todos han oído hablar de un testamento, el fideicomiso viviente aporta ventajas que, según el caso, pueden convertirlo en la opción preferida.

En este artículo te contamos qué es, cómo funciona, para qué sirve y cuándo merece la pena montar uno. En esencia, un fideicomiso viviente es un documento legal que permite colocar tus bienes dentro de una entidad que, mientras tú estés vivo, se gestiona y se reparte según las instrucciones que tú estableciste, ya sea durante tu vida o tras tu fallecimiento.

Puntos clave

  • Un fideicomiso viviente es una herramienta legal que permite transferir tus bienes a un fideicomiso mientras estás vivo.
  • Te permite mantener el control de tus activos, y distribuirlos sin pasar por un juicio de sucesión.
  • Es una opción revocable y flexible, ideal para personas que desean mayor privacidad y control.
  • Aunque más costoso de establecer, puede ahorrar tiempo, dinero y conflictos familiares a largo plazo.
  • No elimina impuestos, pero sí facilita la gestión patrimonial durante la vida y tras la muerte.

Definición

A diferencia del testamento, que solo arranca cuando mueres, el fideicomiso viviente empieza a funcionar en el momento mismo de su firma. Esa inmediatez le aporta un nivel de control que otros planes sucesorales sencillamente no ofrecen.

¿Cómo funciona?

En un fideicomiso viviente, hay tres roles principales:

  1. El otorgante (grantor): Es la persona que crea el fideicomiso y transfiere sus bienes a este.
  2. El fideicomisario (trustee): Es la persona o entidad que administra los bienes del fideicomiso. En la mayoría de los casos, el otorgante también actúa como su propio fideicomisario mientras está vivo.
  3. Los beneficiarios: Son las personas o entidades que recibirán los bienes cuando el otorgante fallezca o según lo estipule el documento.

Durante tu vida, puedes modificar o revocar el fideicomiso en cualquier momento, lo que lo convierte en un fideicomiso revocable (de ahí su otro nombre común: fideicomiso revocable en vida).

¿Qué tipo de bienes puedes incluir?

Puedes colocar prácticamente cualquier tipo de activo en un fideicomiso viviente:

  • Bienes raíces
  • Cuentas bancarias
  • Acciones y bonos
  • Vehículos
  • Propiedad intelectual
  • Objetos de valor (joyas, arte, etc.)

Eso sí, es necesario transferir formalmente la propiedad de esos bienes al fideicomiso, lo cual implica actualizar títulos, escrituras y cuentas bancarias con el nuevo nombre del fideicomiso.

¿Qué pasa cuando el otorgante fallece?

Cuando el creador del fideicomiso fallece, la herramienta sigue funcionando sin problema. En ese instante, el fideicomisario sucesor que ya se nombró en el texto toma el volante y reparte los bienes tal como se indicó.

Una de las grandes ventajas es que esos bienes no entran en el largo y a menudo costoso trámite judicial de sucesión, conocido como probate, lo que ahorra tanto dinero como meses de espera.

Ventajas del fideicomiso viviente

1. Elimina la sucesión testamentaria (probate): El procedimiento de probate puede demorarse meses, presentar gastos altos y hacerse público ante cualquier curioso. Un fideicomiso viviente salta ese obstáculo porque los activos se entregan de manera privada y rápida.

2. Brinda más privacidad: Los testamentos se convierten automáticamente en documentos públicos; un fideicomiso vivo, en cambio, queda bajo llave. Así, los detalles de tus bienes y a quién se los dejas no se convierten en un espectáculo expuesto a todos.

3. Prepara la ruta si hay incapacidad: Si el otorgante deja de poder tomar decisiones por enfermedad o accidente, el fideicomisario sucesor pasa al mando sin tener que pedir permiso al tribunal.

4. Ofrece flexibilidad y control: Mientras estés vivo y en plenas facultades, puedes modificar, añadir, sustituir o incluso disolver el fideicomiso sin demasiados trámites.

¿Tiene desventajas?

Sí, como cualquier herramienta legal, el fideicomiso viviente no es para todos y tiene algunos puntos que deben considerarse:

Podrías seguir necesitando un testamento: Un testamento residual puede ser útil para cubrir activos que no fueron transferidos al fideicomiso.

Mayor complejidad inicial: Crear un fideicomiso viviente es más complejo y costoso que redactar un testamento simple.

Necesitas transferir activamente tus bienes: Si no colocas ciertos activos dentro del fideicomiso, esos bienes podrían acabar en probate.

No elimina impuestos sucesorios: Aunque ayuda con la administración de bienes, no evita el pago de impuestos federales sobre el patrimonio, si aplica.

¿Cuándo conviene crear un fideicomiso viviente?

Un fideicomiso viviente puede ser una buena opción si:

  • Tienes bienes significativos o propiedades en varios estados.
  • Quieres evitar conflictos familiares tras tu fallecimiento.
  • Te importa que la distribución de tu patrimonio sea privada.
  • Te preocupa la incapacidad mental o física en el futuro.
  • Deseas que tus seres queridos reciban los bienes rápidamente y sin demoras legales.

También es muy útil para personas que tienen dependientes con necesidades especiales o desean establecer condiciones específicas sobre cómo y cuándo se distribuyen sus bienes.

Conclusión

El fideicomiso viviente es mucho más que un documento legal: es una forma de tomar control de tu legado en vida. Aunque no todos necesitan uno, para muchas personas representa una solución inteligente, moderna y privada para manejar su patrimonio, evitar disputas legales y proteger a sus seres queridos.

Antes de tomar una decisión, lo mejor es consultar con un abogado especializado en planificación patrimonial. Así podrás determinar si esta herramienta se ajusta a tus necesidades, tus bienes y tus objetivos personales.

FAQs

¿Cuál es la diferencia entre un fideicomiso viviente y un testamento?

Un testamento solo entra en vigor al fallecer y generalmente requiere un proceso legal llamado probate. El fideicomiso viviente entra en vigor en vida, evita el proceso judicial y ofrece mayor privacidad.

¿Qué bienes puedo incluir en un fideicomiso viviente?

Puedes incluir propiedades, cuentas bancarias, inversiones, vehículos, obras de arte y otros activos valiosos. Es importante transferir la titularidad legal de esos bienes al fideicomiso.

¿Puedo cambiar o cancelar un fideicomiso viviente?

Sí. Si es un fideicomiso revocable, puedes modificarlo o cancelarlo en cualquier momento mientras estés vivo y tengas capacidad legal.

¿El fideicomiso viviente me ayuda a evitar impuestos?

No directamente. Un fideicomiso viviente no elimina los impuestos sucesorios o patrimoniales, aunque sí puede facilitar la administración de tus bienes y evitar gastos judiciales.

¿Necesito un abogado para crear un fideicomiso viviente?

No es obligatorio, pero sí es altamente recomendable. Un abogado especializado en planificación patrimonial puede asegurarse de que el documento esté bien redactado y cumpla con las leyes estatales.

¿Qué pasa si no transfiero todos mis bienes al fideicomiso?

Los bienes que no hayas transferido al fideicomiso podrían pasar por sucesión testamentaria (probate). Por eso, muchas personas crean también un “testamento residual” para cubrir esos activos no incluidos.

¿Quién administra el fideicomiso cuando yo muero?

El fideicomisario sucesor, que tú mismo designas en el documento. Esta persona se encarga de distribuir los bienes a los beneficiarios según tus instrucciones.

Fuentes

En esta nota

Glosario Financiero
Contenido Patrocinado