Hispanos representan el 19% de todas las muertes por COVID-19 en Estados Unidos
De acuerdo con un análisis de la agencia AP, los latinos mueren de coronavirus a edades mucho más jóvenes que otros grupos étnicos en el país;
El coronavirus ha desnudado las desigualdades económicas y raciales en los Estados Unidos, de acuerdo con un análisis de datos de la agencia de noticias Associated Press, que reveló que el 19% de los muertos por la pandemia son de origen hispano.
Casi 600,000 estadounidenses han muerto por coronavirus, de acuerdo con el conteo que realiza la Universidad Johns Hopkins, esa cifra es mayor que la población de Baltimore o Milwaukee.
En la primera ola de muertes por la pandemia, en abril de 2020, los afroamericanos fueron la comunidad más golpeada, cuando comenzaron a morir a tasas más elevadas que las de otros grupos étnicos o raciales cuando el virus pegó fuerte en ciudades con gran población afroamericana, como Detroit y Nueva Orleans.
El verano pasado, durante un segundo aumento, los hispanos fueron los más afectados, con una gran proporción de muertes, impulsadas por infecciones en Texas y Florida. Y para el invierno, durante la tercera y más letal etapa, el virus se había apoderado de toda la nación y las diferencias raciales en las tasas de mortalidad semanales se habían reducido tanto que los blancos eran los que estaban en peor situación, seguidos de cerca por los hispanos.
Los afroamericanos representan el 15% de todas las muertes por COVID-19, los hispanos el 19%, los blancos el 61% y los asiáticos el 4%. Esas cifras se acercan a la composición de los grupos raciales en la población de Estados Unidos (12% de afroamericanos, 18% de hispanos, 60% de blancos y 6% de asiáticos), pero el ajuste por edad arroja una imagen más clara de la desigualdad.
Afroamericanos e hispanos tienen menos acceso a la atención médica y tienen una salud más precaria, con tasas más altas de afecciones como diabetes e hipertensión arterial. También tienen una mayor participación en trabajos considerados esenciales, en los que no pueden trabajar desde casa y tienen más probabilidades de vivir en hogares hacinados, donde los miembros de la familia que trabajan son propensos a exponer a otros al virus.
Los negros y los hispanos son, en promedio, más jóvenes que los blancos, por lo que es lógico pensar que tendrían menos probabilidades de morir a causa de una enfermedad que ha sido brutal para los ancianos. Pero eso no es lo que está pasando. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que los nativos americanos, los latinos y los negros tienen de dos a tres veces más probabilidades que los blancos de morir de COVID-19.
El 37% de las muertes de hispanos fueron menores de 65 años, frente al 12% de los estadounidenses blancos y el 30% de los negros. Los hispanos de entre 30 y 39 años han muerto cinco veces más que los blancos del mismo grupo de edad.
Los expertos en salud pública ven estas disparidades como un fuerte mensaje de que Estados Unidos necesita abordar las desigualdades profundamente arraigadas.
“Si queremos honrar el alto precio que han pagado 600,000 personas, no regresemos a la normalidad. Vayamos a algo que sea mejor de lo que éramos”, dijo el doctor Clyde Yancy, vicedecano de diversidad e inclusión en la facultad de medicina de la Universidad Northwestern en Chicago.
Las brechas en las tasas de vacunación en el país también persisten, con afroamericanos e hispanos rezagados, dijo Samantha Artiga de Kaiser Family Foundation, una organización de investigación de políticas de salud no partidista.
Los expertos dicen que hay una profunda desconfianza en el sistema médico público entre los afroamericanos debido a un historial de trato discriminatorio y el temor a la deportación entre los latinos, así como una barrera del idioma en muchos casos.
El análisis de AP de los patrones raciales y étnicos del brote se basó en datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud sobre muertes por COVID-19 y estimaciones de población de la Oficina del Censo de 2019.