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José Oliver: uno de los pocos latinos que ha logrado convertirse en dueño de un concesionario de autos en Estados Unidos

La historia de José Oliver, un dominicano que llegó a Estados Unidos hace más de 20 años y que ahora logró convertirse en dueño de su propio concesionario de autos, es inspiradora. Conoce cómo este inmigrante se convirtió en parte del selecto grupo de 10% de latinos propietarios de un concesionario en EE.UU.

José Oliver: uno de los pocos latinos que ha logrado convertirse en dueño de un concesionario de autos en EE.UU.

Con esfuerzo, dedicación y el apoyo de Chase Auto Loans, José Oliver logró convertirse en uno de los pocos latinos dueños de un concesionario de autos en EE.UU.  Crédito: Cortesía

Hay más de 16,000 concesionarios franquiciados en Estados Unidos. Se trata de un negocio pujante, podría decirse que es clave dentro de la economía estadounidense. No obstante, son pocos los latinos los que llegan a convertirse en parte esta industria. De hecho, solo el 10% de los dueños de concesionarios en el país son latinos.

Uno de ellos es José Oliver, de origen dominicano, que, luego de casi 20 años de esfuerzo y trabajo duro, logró formar parte de este selecto y pequeño grupo de propietarios latinos de concesionarios de autos. Para ser más específicos, de un concesionario de Subaru en Rutland, Vermont.

En SoloDinero te contamos la historia de José Oliver, uno de los pocos latinos que ahora son dueños de un concesionario de autos en Estados Unidos.

Los inicios de José Oliver

José Oliver llegó a Estados Unidos en el año 2001, y no le molesta admitir que vino al país “prácticamente sin nada”. Llegó desde Santo Domingo, capital de la República Dominicana y metrópoli del Caribe, a EE.UU. Para ser más exactos, a un apartamento pequeño, en el que convivió con su mamá y su hermano por unos años.

Su trayectoria en tierras estadounidenses no difirió demasiado de la de millones de migrantes que vienen a este país en busca de un futuro mejor: “Como muchos, empecé a trabajar en restaurantes, trabajé en The Home Depot, en Macy’s, trabajé cortando grama… Todos los trabajos que uno se pueda imaginar, puedo asegurar que los he hecho”.

Siguiendo el ejemplo de su padre, quien era ingeniero de profesión, José Oliver decidió ir a la universidad para estudiar ingeniería civil. Veía en la educación superior una oportunidad para darle un futuro mejor a su familia. Pero los prospectos de lo que podía conseguir una vez graduado lo desanimaron. Para José Oliver, el trabajo de oficina carecía de algo que para él era vital: poder ayudar a las personas. “Eso es lo que me gusta, lo que me da energía”.

La entrada en la industria de los autos

Cinco años después de haber llegado a Estados Unidos, José Oliver consiguió entrar en la industria que le llevaría a la cima: obtuvo un empleo como vendedor de autos en un concesionario en Manchester, New Hampshire.

Yo nunca pensé que iba a hacer eso, se podría decir que llegué accidentalmente. Pero ahí me di cuenta de era lo que me gustaba. Me enamoré de ayudar a las personas. Cada cliente es diferente, viene de un background distinto, cada uno tiene su propia historia. Entendí que, escuchando atentamente, podía apoyar a cada uno”, relata.

El primer mes, José Oliver vendió 30 automóviles. Al cabo de un año, tenía un récord increíble de ventas: de aproximadamente 25-30 automóviles al mes. En el negocio de la venta de carros, estos son los números que importan, los que demuestran si eres apto o no. Y José era perfecto para este negocio. Prueba de ello: al año, recibió su primer ascenso.

“Tenía un equipo de 12 vendedores bajo mi supervisión, a los cuales tenía que ayudar y enseñarles el proceso de vender autos. En poco tiempo, logramos convertirnos en el equipo número uno de la tienda donde estábamos”, dice con orgullo. Su desempeño lo llevó a aprender acerca de finanzas, de lectura de puntajes de crédito, de calificación de préstamos para la adquisición de autos, y a nuevas promociones, convirtiéndose en gerente de ventas.

“Cinco años después de que empecé, me di cuenta de que este era el negocio en el que iba a estar toda mi vida”.

Un factor esencial en la vida de José Oliver: Chase Auto Loans

Luego de años de haber llegado a Estados Unidos, José Oliver empezó a investigar cómo podía convertirse en socio de una organización y cómo se podía comprar una tienda. No es un trabajo fácil, y reconoce que esta fue una de las barreras que tuvo que sortear como latino: “No hay mucha información para minoridades, por eso no son pocos los que dicen que no es posible lograr esto. Lo difícil es encontrar el acceso a capital, alguna institución que te ayude, que te guíe para esto que he hecho, que es comprar un concesionario”.

Luego de mucha indagación, se puso en contacto con la Asociación de Concesionarios de Minorías en Estados Unidos (NAMAD, por sus siglas en inglés), quienes, a su vez, le dieron pie para que contactara a Arabah Woodberry, directora ejecutiva de Chase Auto Loans.

Arabah Woodberry es una parte esencial de la historia de José Oliver, pues trabaja directamente con la NAMAD para ayudar a los dueños de concesionarios de origen minoritario a establecer sus negocios y manejar sus finanzas.

José Oliver: uno de los pocos latinos que ha logrado convertirse en dueño de un concesionario de autos en EE.UU.
Parte del éxito de José Oliver, de que pudiera convertirse en uno de los pocos latinos dueños de un concesionario de autos en EE.UU., se debe al apoyo que obtuvo de Chase Auto Loans.
Crédito: Cortesía

“Los dueños de concesionarios afroamericanos y latinos representan un porcentaje pequeño de la industria automotriz, y por lo general no cuentan con las herramientas o recursos para adquirir un concesionario. La falta de historial de propiedad, así como de acceso al capital, se ha convertido en una de las barreras más grandes, pues los concesionarios se vuelven más costosos cada día”, explica Woodberry para SoloDinero.

Es aquí donde entra en escena Chase Auto Loans, un programa de financiamientos que ofrece una amplia gama de soluciones comerciales que permite a los dueños de concesionarios obtener financiamiento para inventarios, así como inversiones llevadas a cabo de forma diferenciada y moderna.

A través de este programa, “Chase está ayudando a personas como José para que puedan hacer crecer sus negocios y construir riqueza para sus familias, facilitándoles acceso a capital para hacer más accesible su propiedad de un concesionario”, explica Woodberry.

“(Arabah Woodberry) se sentó conmigo, me preguntó que es lo que quería conseguir, a dónde quería llegar, esas son las cosas que tenía que ver. Chase me ayudó a encontrar la dirección a la que quería ir”, relata José Oliver.

Hace ya un año y medio de este fortuito encuentro entre José Oliver y Chase Auto Loans, y Oliver asegura que no se ha sentido discriminado por ser hispano.

En el negocio de carros, lo que importa es lo que produces, no de dónde vienes. No siento que haya sido discriminado por mi raza o por mi color de piel, y he hecho amistades con turcos, africanos, japoneses… Lo único que importa es lo que haces en el día, eso es lo que te define”, asevera José Oliver.

Un futuro de orgullo para José Oliver y de inclusión económica para Chase Bank

José Oliver se despierta todos los días poco antes del amanecer. A las 6:30 AM, ya está en su oficina dentro del concesionario de Subaru. En la quietud de la mañana, observa detenidamente todos los reportes y cuentas de banco. “El esfuerzo no termina ahora”, piensa. Su lema de vida podría resumirse en la siguiente frase: “Para hacer cosas de valor en la vida, hay que sacrificarse”.

Tiene ya tres hijos: una niña de 11 años, y dos niños, uno de 6 años y otro de tres. Le gustaría que algún día se interesen por el negocio, sigan su legado, y den oportunidades a todas las minoridades que se lo merezcan.

Creo que mis hijos van a estar orgullosos. Mi hija ha visto, desde que tiene cinco o seis años, que no he ido a juegos de basquetbol, de lacrosse o de fútbol soccer, porque he tenido que trabajar, y creo que está muy orgullosa de mí. No siento que me haya perdido de nada, porque al estar con mi familia, siento que lo he tenido todo, pero sí es cierto que hay que trabajar duro, ahorrar, tener la certeza de que llegarás a donde quieres. Hay mucha gente que dice que esto es imposible, pero si trabajas con cabeza y honestamente, en Estados Unidos todo se puede”, dice Oliver.

Para José Oliver, la mayor barrera que los latinos pueden enfrentar en EE.UU. es el miedo. El miedo al fracaso, a no poder reunir las cantidades de dinero necesarias para obtener un financiamiento, el miedo al qué dirán, que es quizás lo que más paraliza. Por ello, reafirma su compromiso para dar oportunidades a los latinos en Vermont, donde vive. 

“Me encanta la fuerza de trabajo de los latinos, su familiaridad, su cultura, y me gustaría que haya una mayor presencia de latinos donde estoy. Soy partidario de darle una oportunidad a todo el que se lo merezca y quiera trabajar”.

Por su parte, JPMorgan Chase está comprometida con avanzar hacia una economía más inclusiva. Así lo afirma Woodberry, quien asegura que, para ello, están enfocados específicamente en reducir la brecha de la riqueza entre las comunidades afroamericanas y latinas a través de un compromiso de equidad racial de $30 mil millones de dólares, cuyo fin es expandir el acceso a la banca e impulsar la inclusión financiera.

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