La administración Biden defiende a las uniones y sindicatos: protegen el trabajo y elevan los salarios
Biden quiere ser visto como el presidente con más empatía hacia la clase trabajadores, por lo que es un impulsor de la organización sindical
Para nadie es un secreto que la administración del presidente Joe Biden ve con buenos ojos que los trabajadores se organicen en sindicatos y negocien con sus empleadores para conseguir mejores condiciones laborales para ellos y beneficios para sus familias.
Una orden ejecutiva del presidente Biden creó en abril el Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre Organización y Empoderamiento de los Trabajadores, encabezado por la vicepresidenta Kamala Harris y por el Secretario de Trabajo, Marty Walsh, en el que participan más de 20 miembros del gabinete y jefes de otras agencias federales. Su objetivo es facilitar la organización de los trabajadores en todo el país, aumentar su poder en las comunidades desatendidas y aumentar la afiliación sindical.
La medida es la última de varias acciones pro-sindicales tomadas por el presidente, quien se comprometió la noche antes del día de las elecciones a ser “el presidente que trabaje más en favor de los trabajadores que jamás haya visto”.
“Somos, orgullosamente, una administración pro-sindical. Entonces, tenemos que ver qué podemos hacer en torno a la protección de la negociación colectiva, la protección de los derechos de los trabajadores y su calidad de vida y hacerlo de una manera que también nos aseguremos que los trabajadores puedan organizarse, puedan negociar.
“Sabemos que los trabajadores sindicalizados tienen más probabilidades de tener beneficios de jubilación, más probabilidades de tener condiciones de trabajo seguras; los trabajadores sindicalizados ganan $191 dólares más por semana que el trabajador promedio que no es miembro de un sindicato”, ha dicho la vicepresidenta Harris.
El presidente Biden dice a menudo que los sindicatos “construyeron la clase media”, visión que comparte su secretario del Trabajo: “Los trabajadores organizados son buenos para nuestra economía, no se puede negar, los números dicen eso. La disminución de la afiliación sindical es un problema y se puede ver el declive en la clase media como el declive en la membresía sindical en todo nuestro país durante los últimos 50 años, donde ha habido mayor desigualdad, un estancamiento salarial en nuestro país, ha reducido las oportunidades para las personas de color y ha trasladado el poder de los trabajadores a las corporaciones y a Wall Street. Esa es la realidad de la situación de la que estamos viviendo hoy”, dijo Walsh, hijo de inmigrantes y quien reconoce que la afiliación de su padre a un sindicato le permitió estudiar, ingresar a la administración pública y llegar al gabinete del presidente Biden, donde quiere ser la voz de los trabajadores.
Días después de asumir el cargo, Biden firmó una orden ejecutiva que restablecía el poder de negociación colectiva de los empleados federales. Además, pidió enérgicamente al Senado a aprobar, como parte de su American Jobs Plan, la llamada Ley PRO, un proyecto que, según el presidente, alentaría a los sindicatos y “mejoraría drásticamente el poder de los trabajadores para organizarse y negociar colectivamente por mejores salarios, beneficios y condiciones laborales”. La Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley el mes pasado, pero no está claro si el Senado, que está dividido 50 a 50 entre demócratas y republicanos, la aprobará.
En marzo, Biden publicó un video en donde respaldaba el derecho a sindicalizarse de los trabajadores en una planta de Amazon en Alabama y advirtió al gigante minorista en línea para que no interfiriera. Amazon finalmente derrotó la histórica campaña sindical que habría establecido el primer sindicato de la compañía en Estados Unidos.