La inflación provoca un recorte salarial del 3% en septiembre a millones de trabajadores en Estados Unidos

Durante los últimos meses, hemos vivido dos aspectos ambivalentes en la economía de Estados Unidos: una buena oferta laboral, con aumentos significativos en los salarios; y, al mismo tiempo, una inflación histórica no vista en más de 40 años. Debido a esto, un nuevo reporte de gobierno encontró que hubo un recorte salarial del 3% en septiembre.

La semana pasada, el Departamento de Trabajo informó que las ganancias promedio por hora de todos los empleados en realidad disminuyeron un 3% en septiembre con respecto al mismo mes hace un año, cuando se tuvo en cuenta el impacto del aumento de los precios al consumidor. En pocas palabras, la inflación ha sido tan fuerte que ni los aumentos del salario han podido combatirla, al contrario, resulta insuficiente.

Sobre una base mensual, las ganancias promedio por hora cayeron un 0.1% de agosto a septiembre, al tener en cuenta el aumento de la inflación, según el informe.

“Este resultado se deriva de un aumento del 0.3% en los ingresos promedio por hora combinado con un aumento del 0.4% en el Índice de Precios al Consumidor para Todos los Consumidores Urbanos (IPC-U)”, aclara el informe.

El gobierno dijo el jueves que el índice de precios al consumidor, una medida amplia del precio de los bienes cotidianos, como la gasolina, los comestibles y los alquileres, subió un 0.4% en septiembre respecto al mes anterior. Los precios subieron un 8.2% sobre una base anual.

En este sentido, el trabajador estadounidense típico se encuentra peor hoy que hace un año, a pesar de que haya tenido un incremento de salario en los últimos meses a un ritmo más rápido desde hace mucho tiempo.

La inflación ha reducido rápidamente el poder adquisitivo de los trabajadores. Es por esta razón que ni los grandes aumentos de salario hayan sido suficientes para solventar las necesidades básicas de los hogares estadounidenses. La vivienda, los combustibles, los servicios básicos y la alimentación han subido al grado de que es difícil ponerse al día, especialmente para las familias de bajos ingresos.

Aunque los hogares continuaron experimentando cierto alivio el mes pasado en forma de precios más bajos del gas, que cayeron un 4.9% en septiembre con respecto al mes anterior, otras ganancias de precios demostraron ser persistentes y obstinadamente altas. El costo de los comestibles subió un 0.7%, colocando el aumento de 12 meses en un 13%. Los consumidores pagaron más por artículos como cereales, pollo, leche y verduras frescas.

No obstante, es importante aclarar que aumentar los salarios para combatir la inflación no es la solución, es una más de las causas. En abril de este año, casi el 27% de los economistas encuestados por The Wall Street Journal dijeron que el crecimiento de los salarios representa el mayor riesgo inflacionario este año.

Todo se vuelve un círculo de incrementos: las empresas que están pagando más para atraer y retener a los trabajadores en un mercado laboral competitivo, deberán trasladar los aumentos de precios a los consumidores para compensar estos incrementos internos.

En pocas palabras, los aumentos de salarios podrían estar fomentando que también la inflación permanezca alta, de acuerdo a los expertos.

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