Las aceras de Nueva York comienzan a llenarse de comensales
El gobernador Andrew Cuomo adelantó la posibilidad de dar servicio en terrazas en la segunda fase
La ciudad de Nueva York ha permitido la reapertura de los espacios abiertos para comer y beber tras el confinamiento para evitar contagios de COVID-19.
La “nueva normalidad” iba a llegar a los restaurantes neoyorquinos en una tercera fase, pero el gobernador Andrew Cuomo adelantó la posibilidad de dar servicio en terrazas en la segunda fase, a lo que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, agregó que su ayuntamiento facilitaría a los establecimientos la operación porque quiere ver más gente en las calles.
Tres meses de encierro han sumido a los negocios de Manhattan y a otros distritos en una crisis de la que muchos aún no ven salida, sumidos entre el pesimismo y la incertidumbre.
La Gran Manzana es la última región que despierta del letargo en el estado más azotado por el coronavirus, pero su primera fase de reapertura, centrada principalmente en la construcción y la producción, ha puesto a prueba la paciencia y la resiliencia de los restaurantes y tiendas minoristas.
El barrio de Hell’s Kitchen ofrece una imagen a la que el ojo se había desacostumbrado: clientes que platican tranquilamente mientras toman una copa o comen una pizza en mesas desplegadas en la acera.
“Nos estamos preparando para las terrazas. Sacamos las mesas con la fase uno y la gente se queda y se toma algo. También hacemos ‘take out’, y hay gente que se sienta y luego limpiamos. Vamos poco a poco, esperamos que de cara al verano haya más negocio”, dice el chef del restaurante italiano Nittis, Andrea Cinus Napolitano.
Nueva York descubre las terrazas entre el pesimismo y la incertidumbre – https://t.co/PMXugGaK3w pic.twitter.com/CYbFAV4Wmx
— Calientes del Sur (@calientesdelsur) June 14, 2020
A unos metros hay otro restaurante italiano, Il Punto, donde un empleado dice que ellos tampoco tardarán en sacar mesas y sillas fuera pese al espacio reducido en la acera.
En East Village, las terrazas improvisadas en las aceras ha obligado a intervenir a la policía, debido a la concentración de personas, algunas incluso mascarilla, lo que preocupa a las autoridades que tratan de evitar un rebrote de una pandemia que llegó a cobrarmás de 800 víctimas diarias en Nueva York.
A medida que llega el calor, es cada vez más habitual ver a gente tomando algo afuera de los bares. Algunos establecimientos que colocan sillas a la entrada para los clientes que esperan sus pedidos, han visto como ésto se quedan ahí platicando un rato.
En esta relativa vuelta a la normalidad de Nueva York, lo más normal es el ruido de las obras que se han reactivado, unas 32,000 según el ayuntamiento, aunque muchas construcciones nunca dejaron de operar.