Lo que realmente ganan los dueños de franquicias Chick-fil-A en EE.UU.
Descubre cuánto ganan al año los propietarios de franquicias Chick-fil-A en EE.UU. y por qué su modelo de negocio es tan único

El Documento de Divulgación de Franquicias de la compañía , de marzo de 2025, muestra que un local independiente típico, abierto durante al menos un año, genera $9.22 millones en ventas anuales. Crédito: Shutterstock
Hablar de Chick-fil-A es hablar de una de las cadenas de comida rápida más queridas y exitosas en Estados Unidos. Con su menú centrado en el pollo y su atención al cliente casi legendaria, la marca ha conquistado tanto a consumidores como a emprendedores. Sin embargo, hay una pregunta que muchos se hacen antes de dar el salto: ¿Cuánto dinero gana realmente un propietario de franquicia de Chick-fil-A?
La respuesta no es tan simple como dar una cifra. Depende de entender el modelo de negocio particular de la empresa, que es muy distinto al de otras franquicias de comida rápida como McDonald’s o Burger King.
Un modelo de franquicia poco común
Chick-fil-A no opera como la mayoría de las franquicias. En lugar de vender el restaurante al franquiciado, la compañía mantiene la propiedad de la ubicación, el equipo y hasta del inventario inicial.
El emprendedor que se convierte en “propietario-operador” no compra un negocio para siempre, sino que obtiene el derecho a administrarlo y a participar en sus ganancias, pero bajo un contrato estricto y renovable.
Para abrir un Chick-fil-A, la inversión inicial que realiza el operador es sorprendentemente baja: apenas $10,000 dólares, frente a los cientos de miles que piden otras marcas. El Documento de Divulgación de Franquicias de la compañía , de marzo de 2025, muestra que un local independiente típico, abierto durante al menos un año, genera $9.22 millones de dólares en ventas anuales. Pero a cambio, la empresa se queda con la mayor parte de los ingresos brutos, cobrando un porcentaje fijo y un canon de arrendamiento.
Ingresos promedio de un Chick-fil-A
Un restaurante promedio de Chick-fil-A en Estados Unidos genera más de $8 millones de dólares anuales en ventas, según cifras reportadas por la propia compañía y analistas del sector.
Esto lo coloca como uno de los restaurantes de comida rápida con mayor facturación por unidad en el país, superando ampliamente a competidores directos.
Sin embargo, ese impresionante volumen de ventas no significa que el operador se lleve una tajada igual de impresionante. Después de pagar el 15% de regalías y el alquiler a la compañía (que puede ser otro 50% o más de las ganancias netas), lo que queda es el beneficio que recibe el operador.
Lo que realmente gana un propietario-operador
Fuentes del sector y exoperadores de la marca coinciden en que un propietario de Chick-fil-A puede ganar entre $150,000 y $250,000 dólares al año en promedio.
En casos excepcionales —como restaurantes ubicados en aeropuertos de gran tráfico o zonas urbanas muy concurridas— los ingresos del operador pueden superar los $300,000 dólares anuales.
La cifra, aunque atractiva, se entiende mejor cuando recordamos que el operador no es dueño del restaurante y no puede venderlo, transferirlo o heredar el contrato. Es, en esencia, un puesto de alta dirección dentro de una marca que factura millones, pero sin la libertad de un propietario tradicional.
Ventajas y limitaciones del modelo
Ventajas:
- Baja inversión inicial: 10,000 dólares frente a los más de 1 millón que puede costar un McDonald’s.
- Marca consolidada, con una base de clientes fiel.
- Soporte total en operaciones, marketing y gestión.
Limitaciones:
- Los ingresos del operador dependen totalmente del contrato y la ubicación.
- Altamente competitivo: solo se aprueba menos del 1% de las solicitudes.
- La compañía mantiene control total sobre el local.
¿Vale la pena?
Para muchos, sí. A pesar de no acumular patrimonio en forma de negocio propio, ser operador de Chick-fil-A ofrece un salario alto, estabilidad y prestigio. Además, la cultura corporativa de la marca, con un fuerte enfoque en el servicio y la comunidad, atrae a emprendedores que valoran más que solo las cifras.
Pero no es para todos. Quienes sueñan con independencia total o con construir un negocio que puedan vender en el futuro probablemente se sentirán limitados. En cambio, quienes buscan un ingreso sólido y una plataforma de gestión empresarial de primer nivel, encontrarán en Chick-fil-A una oportunidad muy difícil de igualar.
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