Los idiotas ya no serán los primeros

Todos los días me topo a una persona con la que no me gustaría trabajar jamás

El dicho de "mejor malo conocido que bueno por conocer" hace mucho daño.

El dicho de "mejor malo conocido que bueno por conocer" hace mucho daño. Crédito: Shutterstock

Cuando somos jóvenes y nos preparamos para entrar a la fuerza laboral, amigos, familiares y colegas nos recomiendan desconfiar, tener un tono de voz alto y demostrar una actitud combativa para asegurar ser exitosos.

No hay duda de que ser asertivo (no agresivo) y desarrollar una piel gruesa puede ser de beneficio para lograr resiliencia y aumentar nuestra determinación, pero desafortunadamente la gente confunde tenacidad con necedad. Según un estudio publicado por el National Academy of Sciences, adoptar una personalidad que tiende a ser hostil, engañosa y manipuladora, ignorando las preocupaciones y el bienestar de los demás es perjudicial para el crecimiento profesional y las relaciones interpersonales.

No hay duda de que algunas personas piensan que ser dominante, agresivo, conflictivo, echar culpas, no asumir responsabilidad, conspirador y egoísta los hace más propensos a llegar a ser poderosos cuando comienzan su carrera. Sin embargo, ese mito está en peligro de extinción. Existe una transformación en las culturas organizaciones y realmente son las personas positivas, respetuosas, que saben escuchar, están abiertas a nuevas ideas, y que se comunican asertivamente las que logran hacer grandes cosas por su equipo u organización. Más importante aún son bien recordados y construyen puentes hacia nuevas oportunidades.

La mala noticia es que ser un idiota no mata las posibilidades de obtener el poder, ya que todavía existen organizaciones que emplean o promueven a personas desagradables en posiciones poderosas por necesidad, desconocimiento o falta de visión. Muchas veces es el resultado de “es mejor malo conocido, que bueno por conocer”. La buena noticia es que cuando esa actitud de necia y de suero de brea aflora, crea tanto conflicto e impacto negativo que automáticamente se traduce en una desventaja.

Comportarse de forma considerada y colaborativa en un empleo permite solidificar las relaciones, aumentar la confianza y asegurar ambientes de trabajo efectivos. La generosidad, manejar los conflictos efectivamente y negociar diversidad con asertividad es la fórmula mágica para el éxito individual y organizacional.

Las personas que entienden sus fortalezas y oportunidades para mejorarlas son los que queremos y debemos celebrar en nuestro equipo. Antes de reclutar o brindar mejores oportunidades en nuestra organización, miremos los perfiles de estas personas en redes sociales y tomemos el tiempo de escuchar lo que dicen, sus palabras y su conducta. ¿Esta persona vive enamorada de sus logros, requiere atención y validación continua, le fascina el protagonismo, tiene dificultad recibiendo retroalimentación constructiva? Preguntemos cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido en su vida profesional y cómo lo practica.

A diario me encuentro al menos una persona a la que nunca quisiera tener en mi organización y ciertamente jamás le podría dar una recomendación de empleo. De seguro lo mismo piensan todos los que le rodean.

Así que tengamos en cuenta que a pesar de que los tiempos en los que vivimos están llenos de desafíos, serán los que practican amabilidad y no los que juegan sucio quienes se convertirán en seres respetados y bien recordados. Asegúrate que el día que cambies de trabajo te extrañen con respeto, no que haya una fiesta para celebrar que no te verán la cara más nunca.

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