Moderna comenzará tercera fase de pruebas de su vacuna, además recibe 472 millones de dólares para su desarrollo
El laboratorio informó que a alrededor de 30,000 personas se les administrarán dósis de 100 microgramos de su medicamento
El laboratorio estadounidense Moderna inicia este lunes 27 de julio la tercera fase de ensayos clínicos de la vacuna contra el coronavirus en la que trabaja desde hace meses.
Moderna informó que a alrededor de 30,000 personas se les administrarán dósis de 100 microgramos de su medicamento.
El principal objetivo de la fase 3 será la prevención del transcurso sintomático del COVID-19, mientras que los objetivos secundarios serán prevenir el desarrollo severo de la enfermedad que requiere de hospitalización.
La Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico (BARDA, por sus siglas en inglés), del Departamento de Salud de Estados Unidos, se ha comprometido a invertir 472 millones de dólares adicionales para el desarrollo de la vacuna y la tercera fase de investigación, anunció Moderna en un comunicado este domingo.
En caso de éxito, la compañía planea iniciar la producción de la vacuna a partir de 2021 y sería capaz de suministrar unas 500 millones de dosis al año, con posibilidad de aumentar el número hasta los mil millones.
¿Cómo funciona la vacuna de Moderna y en qué se diferencia de las demás?
La vacuna, denominada mRNA-1273, representa el ARN del virus, que aunque sea creado de manera artificial y ligeramente modificado contiene el material genético del patógeno en estado puro, en lugar de una solución del virus “debilitado” o sus proteínas.
Al llegar a la célula, el ARN encapsulado empieza a producir la proteína S del virus (spike, en inglés). Las proteínas fabricadas, a su vez, provocan una respuesta inmune que genera células específicas que luchan contra los portadores de estas proteínas y se producen anticuerpos que luego deberían funcionar contra el virus original.
Como la vacuna de ARN es totalmente nueva, no existen vacunas de este tipo, se desconoce cómo va a comportarse en el organismo. Debido a sus posibles efectos secundarios, las vacunas de ARN se consideran riesgosas y son pocas las compañías que hacen grandes inversiones en su desarrollo. A día de hoy, ninguna vacuna de este tipo ha sido aprobada para el uso en humanos.
La vacuna de Moderna generó la capacidad de neutralizar el virus en la mitad de los participantes en la primera fase de ensayos clínicos, mientras que durante la fase 2 todos los vacunados presentaron la capacidad de neutralizar más del 80 % del virus en el plasma de la sangre. Este nivel correspondía con el de las personas recuperadas de coronavirus.
Entre los efectos secundarios destacaron fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, mialgia y dolor en el lugar de la inyección, pero no se observaron reacciones más graves.