¿Te atreves a dejar que te critiquen como resolución para 2021?
Pedir retroalimentación a nivel profesional o personal no es fácil, pero es muy necesario para mejorar. Aquí te explicamos cómo hacerlo
Considerando que ya el 2020 se está acabando, es un momento perfecto para ejecutar la fórmula de las 5 Ps: pausar, pensar, preguntar, procesar y planificar para el 2021. Hay muchos que le huyen a la posibilidad de hacer resoluciones por la incertidumbre que el nuevo año traerá. Sin embargo, hay unas cosas que son seguras, y es precisamente nuestra actitud y conducta, pues solo nosotros tenemos control de ellas. Y en la fórmula que mencioné de 5 Ps, la más importante y difícil es preguntar.
La realidad es que en la retroalimentación -para quién la brinda o quién la recibe- puede ser incómoda. Sin embargo, son las emociones alrededor de esa incomodidad como la tensión, conflictos innecesarios, desilusión y hasta arrechuchos los que hay que eliminar.
Todos debemos querer y valorar la retroalimentación. Es uno de los mecanismos más eficientes para lograr ser mejores en lo que hacemos y lograr mayores oportunidades profesionales y personales. ¿Qué podemos hacer para proyectarnos preparados para recibir retroalimentación?
1. Solicitar la retroalimentación
Déjale saber a tu jefe, socio, amigos o colegas que aprecias la retroalimentación y consejos. Comparte cuando prefieres te la brinden y de qué manera. Esto asegura que los demás
se sientan más ávidos de hacerlo y conozcan la forma más efectiva.
2. Agradecer y actuar
Demuestra tu agradecimiento al recibir la retroalimentación y actúa sobre la misma. No hay nada más frustrante que tomarse el tiempo de repetirle un consejo continuamente a alguien y no ver ningún cambio. Se percibe que las sugerencias no están siendo valoradas o se pierde el tiempo. Te pregunto, ¿Cuánto tiempo llevas diciéndole a tu compañero de trabajo que sea puntual o suelte el celular en las reuniones? Ese no merece ni cinco minutos de tu tiempo, ¿verdad?
3. Evita estar a la defensiva
No argumentes la retroalimentación, ni te enfoques en lo que no te gusta. Tómate el tiempo para evaluarla. Conocer discrepancias de pensamiento es un privilegio. Nos ayudan a identificar las expectativas de otros, aprender a manejar diferencias de estilo, y manejar percepciones de otros sobre cómo somos, pues si está desalineada es justo y necesario alinearla.
4. No brindes retroalimentación mientras la recibes
Muchos de nosotros, aunque solicitamos retroalimentación, al momento que escuchamos algo que no nos gusta, verbalizamos algo negativo de la otra persona para no quedarnos mal heridos. Recuerda que, en ese momento, la conversación es sobre tu persona. Ya te llegará el momento, claro, si te lo solicitan, de brindarle retroalimentación a esa otra persona.
Y recuerda que esto también se puede hacer a nivel personal. Pregúntale a tu pareja, tus hijos, tus seres queridos. ¿Qué es eso que a ellos les gustaría ver de tu persona? ¿Es mayor paciencia,
menos celular en la mesa de comer, más alegría, más apertura a diversidad de opinión? Nuestra actitud y conducta está en nuestro control absoluto, y bien atendidas propicia mejores relaciones
personales y profesionales. ¡Hagámoslo una resolución de nuevo año!