Las 4 estrategias preventivas que podrían ayudarte a evitar facturas médicas inesperadas y costosas
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Muchos estadounidenses son los que caen en la sorpresa de pagar mucho dinero por su atención médica, incluso a pesar de tener un seguro de salud. La confusión radica cuando al pagar tus primas mensuales, piensas que sólo por ello tendrás una cobertura amplia, lo utilizas y, posteriormente, recibes facturas elevadas que provienen de tu deducible.
Optar por pagar una prima mensual baja genera que las tarifas por deducible sean altas cuando lo ocupes. Casi la mitad, el 47% de los estadounidenses, no saben cuál es su deducible, según una encuesta de enero de 2020 de HSA Bank.
Para evitar que caigas en este tipo de sorpresas desagradables que pueden vaciar tu cartera de golpe, te aportamos cuatro estrategias preventivas para evitar facturas médicas inesperadas y costosas.
1. Solicita códigos de seguro y aprobación previa
Esto significa que cada vez que tengas chequeos de salud y citas que no sean de emergencia, tengas la costumbre de pedir a tu médico los códigos de seguro asociados con las pruebas y procedimientos que recomienda. Posteriormente, comunícate con tu compañía de seguros para solicitar aprobación previa y confirmar que estas pruebas están cubiertas.
Si descubres que un servicio prescrito que necesitas está fuera de la red, es posible que desees acudir a otro proveedor que sí esté dentro. Si éste es el caso, puedes pedirle a tu proveedor que busque opciones dentro de la red o pedir una remisión de tu médico.
2. Planifica tus recursos de emergencia
“Haz una lista de las salas de emergencia más cercanas en tu área y verifica cuáles están dentro de la red”, dice Karen McDade, directora de planificación financiera de Ashton Thomas Private Wealth, a grow. Dado que los consultorios y los hospitales pueden entrar o salir de la red de tu plan de seguro, es importante que realices este control entre cada 3 a 6 meses.
3. Ten claras las políticas de emergencias (ER) para contratistas
Cuando realices tus verificaciones periódicas con tu compañía de seguros, confirma el desglose de cuáles médicos especialistas te cubre tu póliza durante una emergencia. Usualmente este tipo de médicos, derivados de su propia especialidad, no están cubiertos y/o además tienen sus propias tarifas adicionales por atención, lo que podría generar que una urgencia termine siendo muy costosa para ti.
Con esa información en la mano, en caso de que necesites atención médica, dependiendo de la urgencia del momento, puedes solicitar ver a otro proveedor que esté dentro de la red y que pueda trabajar en un horario diferente o buscar otras opciones de hospital que pueda cubrir tu situación de salud de emergencia sin que te salga muy caro.
4. Tener un defensor de la salud
Un defensor de la salud puede ser un amigo o familiar que, con cabeza fría, tome decisiones médicas y financieras durante un momento de urgencia. Para ello, necesitas llenar un formulario de poder médico (cada estado tiene sus propios criterios burocráticos de validez) e informar a tu equipo médico que esta persona te defenderá, sea en persona o por teléfono, en caso de que lo necesites.
Si además esta persona tiene conocimientos ya sea médicos, financieros y/o legales, sin duda sería un gran defensor, ya que delegar esta responsabilidad a alguien con estas características te dará la tranquilidad de que no sólo tu dinero estará cuidado, sino tu propio bienestar y salud.