Cómo ayuda a las remesas desde EE.UU. un dólar más fuerte
El dólar estadounidense ha potenciado su valor en los últimos días, incluso alcanzando al euro, lo que provoca pros y contras para las economías de otros países, especialmente los latinoamericanos
En los últimos días, el valor del dólar ha aumentado en comparación con otras divisas internacionales. Expertos han señalado que es un aspecto natural ante el hecho de los aumentos de las tasas de interés que tanto EE.UU. como otros países enfrentan por la inflación. Y cuando se habla de las remesas, es decir, del dinero capitalizado en este país y que es enviado a otras naciones, especialmente latinoamericanas, hay una trascendencia mayor para muchos de los inmigrantes que aquí viven.
La semana pasada, el dólar estadounidense se fortaleció a tal grado que tuvo una paridad intercambiaría de 1:1 con el euro. Esta relación no se había presentado desde hace 20 años. Esto es sólo un aspecto que beneficia a muchos estadounidenses, especialmente aquellos que viajan o planean hacerlo pronto.
El índice del dólar, que es un indicador sobre la fortaleza del dólar frente a un grupo de las principales monedas del mundo, se disparó un 4% en el último mes y casi un 13% en la primera mitad del año. Por el contrario, el euro cayó un 12% en lo que va de 2022.
El anterior aspecto no sólo se ve en la relación dólar-euro, sino en la moneda estadounidense frente a otras de menor capitalización. El dólar es cada vez más fuerte con base en su relación con las monedas de los países latinoamericanos, donde muchos de los residentes de aquí envían efectivo a sus familias en forma de remesas.
Algunos expertos auguran que la fortaleza del dólar persistirá mientras haya un contexto de incertidumbre global, específicamente en torno a la crisis de suministros energéticos en la Unión Europea debido a la guerra en Ucrania.
No sólo Estados Unidos enfrenta inflación y temores de recesión. A pesar de ello, el dólar se robustece ante estos problemas en comparación con otras divisas, por lo que se refuerza como una moneda refugio para inversionistas y ahorradores. Los países más impactados por este ascenso del dólar estadounidense han sido México, Chile, Colombia y Argentina.
El auge del dólar encarece las importaciones para Latinoamérica, lo que perjudica sobre todo a las naciones más dependientes de esos intercambios. En otras palabras, los productos que podían haber costado dos o tres dólares, transformado en pesos, bolívares u otra divisa, sale más caro.
Esta situación, tal como la señaló el economista venezolano Manuel Sutherland, director del Centro de Investigación y Formación Obrera (Cifo), a Univision, “genera una profecía autocumplida”, ya que la depreciación de la moneda local de esos países provoca que compren dólares, depreciando aún más su propia divisa.
La buena noticia en todo esto radica en las remesas. La revalorización del dólar beneficia a quienes ganan en esa moneda y después usan o envían ese dinero fuera de EE.UU. a sus naciones natales. Asimismo, un dólar más fuerte proporciona más poder adquisitivo a quienes viven en Estados Unidos y van temporalmente a sus países de origen.
En pocas palabras, de manera local, los países latinoamericanos recienten el crecimiento del dólar en forma de productos importados más caros. Por el contrario, si habitantes envían dólares a sus familias, ayudan a compensar la pérdida de poder adquisitivo de su moneda local. Todo es un claroscuro.
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