Cómo podría ayudar a la economía de EE.UU. un horario de verano permanente: son pocos los estudios que lo demuestran
Aunque hay estudios que se han hecho en torno a los beneficios económicos del horario de verano, la segmentación sobre sus efectos favorables es limitada y poco aplicable para generalizarla en todo Estados Unidos

Los defensores del horario de verano permanente argumentan que genera efectos favorables en la economía de Estados Unidos. Crédito: Shutterstock
A muchas personas les molestan los cambios de horario, sobre todo por los ajustes que tienen que hacer en sus costumbres para dormir y despertar a realizar sus actividades. Según las autoridades, el objetivo de esta iniciativa es que la ciudadanía ahorre en sus facturas de energía eléctrica, además de que se cree que ayuda a la economía del país. ¿Qué tan cierto es esto? No hay muchos estudios que sustenten que el horario de verano permanente mejore considerablemente las finanzas de Estados Unidos.
El martes 15 de marzo, el Senado aprobó por unanimidad un proyecto de ley que haría permanente el horario de verano a partir de noviembre de 2023. El objetivo de esta iniciativa, que nombraron como Sunshine Protection Act (Ley de Protección de la luz del Sol), es mantener las supuestas ventajas de garantizar una hora adicional de luz solar al final del día durante todo el año, sin más cambios de horario en todos los estados de EE.UU. donde se aplica.
“El proyecto de ley simplemente negaría la necesidad de que los estadounidenses cambien sus relojes dos veces al año”, señala un comunica sobre el proyecto de ley de la oficina del senador de Florida, Marco Rubio. “Muchos estudios han demostrado que hacer que el horario de verano sea permanente podría beneficiar a la economía y al país”.
Según el proyecto bipartidista en el Senado, la Ley de Protección contra la Luz Solar debería impulsar el gasto de los consumidores y cambiar el consumo de energía al brindarles a los estadounidenses una hora adicional de luz solar al final de su jornada laboral.
Sin embargo, aunque el grupo de senadores presenta sus propios estudios que sustentan la necesidad del cambio, otros expertos han señalado que la investigación disponible sobre los supuestos beneficios del horario de verano es limitada, además de que no hay muestras comparativas con otros aspectos de la economía, como sus posibles efectos en los salarios o la inflación.
“Desde una perspectiva económica, creo que los beneficios serán mínimos”, aseguró Kurt Rankin, economista de PNC, a CBS MoneyWatch. “No es algo que va a curar los problemas que enfrenta la economía estadounidense durante el próximo año o dos: las preocupaciones por la inflación, el aumento de las tasas de interés, la escasez de la cadena de suministro”.
Uno de los estudios que cita la hoja informativa de los legisladores es el realizado por el Instituto JP Morgan Chase. En 2016, este análisis descubrió que el gasto de los consumidores cayó un 3.5% después del final del horario de verano en noviembre. Eso sugiere que algunos consumidores reducen sus gastos cuando hay una hora menos de luz al final del día para comprar o hacer sus mandados. Sin embargo, esta investigación sólo se centró en el gasto en Los Ángeles, lo que limita su verdadero alcance en el país.
A pesar de que Rankin sugiere que no hay estudios que sustenten un horario de verano permanente, hay industrias, como la hostelería, que abarca a restaurantes y hoteles, que cree que podrían beneficiarse. La lógica indica que a más luz del día hacia el final de la jornada laboral, impulsaría la demanda de ese tipo de servicios. Además de que les brindaría un apoyo necesario para recuperarse de los efectos de la pandemia.
“Ese es el sector que todavía está teniendo más dificultades para recuperarse de la pandemia, por lo que será útil brindar cierta seguridad a los trabajadores de ese sector”, señaló.
Y si el argumento gira en torno a los presuntos ahorros en las facturas de la energía eléctrica, tampoco hay un fuerte sustento al respecto. Un estudio del Departamento de Energía de 2008 encontró que hubo un ahorro de 0.5% en electricidad por día en las cuatro semanas posteriores a que la nación extendió el horario de verano en 2005.
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Yale en un artículo de 2011 encontraron que el horario de verano en realidad aumentó el consumo de energía en Indiana, porque los costos más altos de calefacción y refrigeración superaron la menor demanda de iluminación eléctrica. Los investigadores escribieron: “encontramos que la lógica de larga data para el horario de verano es cuestionable”.
En resumen, una vez más, el estudio refleja sólo un pequeño fragmento de lo que es todo EE.UU., por lo que no podríamos considerar que sea aplicable para la franja más amplia del país.
Cambiar el horario dos veces al año o mantener uno de forma permanente, sea el de verano o invierno, puede ser una buena o mala idea para muchos estadounidenses, pero no hay un fuerte sustento estadístico sobre que uno u otro favorezca a la economía de Estados Unidos.
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