Cómo saber si deberías pedir o aceptar ayuda financiera de tus padres, si vives solo o en pareja

Especialmente durante los primeros meses de la pandemia, muchos jóvenes solteros o casados padecieron de problemas financieros, por lo que incluso regresaron a casa de sus padres. En el mejor de los casos, sus progenitores les ayudaron con algo de dinero para mantenerse. Ahora que las cosas mejoran lentamente, ¿es bueno pedir o aceptar ayuda financiera de tus padres, si vives solo o en pareja?

Para algunas parejas, aceptar dinero de los padres puede ser un punto de discordia. Cuando estás soltero, la toma de decisión es más sencilla; pero cuando estás casado puede generar una disputa de dinero. Si hablamos de tus padres, tal vez para ti esté bien o no sea un motivo de problema, en cambio, para tu cónyuge, podría ser un signo de que se involucran demasiado en tu relación.

“En este caso, la pareja al que no le gusta que los suegros le den dinero está poniendo un pensamiento y un significado detrás del gesto“, señala Clare Dubé, consejera de trabajo social financiero, al portal Northwestern Mutual.

Antes de recibir cualquier apoyo, es primordial que las parejas hablan sobre si deben aceptar ayuda financiera de sus padres o cuánto deberían aceptar. En muchos casos en los que las parejas pueden discutir por este tema, tiene que ver por su educación financiera: mientras uno posiblemente fue educado para ser financieramente independiente, el otro quizás esté acostumbrado al apoyo de la familia en cualquier circunstancia.

“Cada miembro de la pareja vendrá con sus propios puntos de vista y percepciones, y ninguno debe ser avergonzado o juzgado por cómo se siente sobre el tema“, acota Dubé.

Luego de que quede claro los sentimientos de cada uno en torno al tema, podrán determinar qué decidirán al respecto. Dubé recomienda que haya un documento que respalde la ayuda económica, incluso aunque el dinero sea un regalo.

Si tú y tu pareja no necesitan o no quieren el dinero, asegúrense de rechazar la oferta de manera respetuosa. Si los padres insisten, podrían desviar esa generosidad hacia una donación a una organización benéfica.

También es válido que te acerques con tus padres de manera privada y mantengas una conversación similar a la que tuviste con tu pareja. Expón los motivos por los cuales no aceptes el apoyo financiero e invítalos a expresar su sentir, su razón y a cómo pueden llegar a una decisión conjunta que no afecte su relación familiar. Aquí lo importante es agradecer la buena voluntad y dejar abierta la puerta para cuándo en realidad se necesite.

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