Cómo saber si es mejor tener una cuenta bancaria separada o conjunta con tu pareja cuando te cases

Es importante que tú y tu pareja tengan una comunicación franca para encontrar el mejor método para su dinero: sea teniendo una cuenta bancaria en conjunto o separadas (que eso no significa que no sean pareja sólida)

Una cosa puede ser la relación de pareja en el matrimonio y otra la forma en la que manejen sus finanzas.

Una cosa puede ser la relación de pareja en el matrimonio y otra la forma en la que manejen sus finanzas. Crédito: Quince Creative | Pixabay

Cuando encuentras al amor de tu vida, o al menos a la persona que piensas que lo es, es posible que optes por la idea de que “lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”, tanto así que quieres utilizar una cuenta bancaria en conjunta. ¿Es buena idea o mejor tenerla separada? ¿Cómo saberlo? Las circunstancias, los hábitos financieros y tu perspectiva del dinero son factores que te permitirán encontrar la respuesta adecuada a qué es mejor para ti cuando te cases.

Muchas familias inculcan en sus hijos la idea de compartir, misma que llega a la adultez y se muestra con la pareja. Pero algo que nadie nos dice es que eso implica conjuntar una idea global de lo que significan las costumbres para la persona con la que decidimos compartir nuestra vida. Y cuando se trata de dinero, mezclar las ideas puede resultar complejo y hasta en divorcio.

Por eso es que antes de tomar una decisión meramente emocional, te vamos a mostrar algunas de las implicaciones que tendrías con el manejo de una cuenta bancaria por separado o en conjunto.

1. Cuenta bancaria en conjunto

Esto implicaría que todos los ingresos que tengan en el matrimonio, aun cuando sean por actividades separadas, se juntarían en una sola cuenta bancaria, sin importar quien de los dos gane más. Parece algo sencillo y simple de asimilar, pero la realidad puede ser distinta.

El problema no está en juntar el dinero, sino en el uso consciente y consensuado de los involucrados para evitar algunos de los aspectos de la infidelidad financiera. Cuando logran compaginar sus hábitos financieros en pareja, es posible que alcancen metas más fácilmente, si ambos realmente están comprometidos con el otro, sin importar las ganancias y objetivos individuales.

Por ejemplo, juntar dos ingresos de cinco cifras podría hacer que alcancen una de seis. Si ambos tienen deudas estudiantiles, quizás las paguen más rápido juntos que separados. Comprar una casa puede ser más sencillo. Mentalmente, dos personas se vuelven una con el dinero con ese grado de compromiso. Se requiere de mucha comunicación y confianza.

2. Cada uno con su cuenta bancaria

La idea de ser seres individuales, incluso cuando estén casados, llevaría a que cada uno se haga a cargo de sus propias finanzas y eso a su vez que cada uno tenga su propia cuenta bancaria. Ojo, que tener la responsabilidad de su propio dinero nada tiene que ver con responsabilizarse mutuamente de sus gastos en conjunto como pueden ser las facturas del hogar o las responsabilidades financieras con los hijos.

De alguna manera, este método podría evitar cualquier problema de infidelidad financiera porque, mientras no se toquen las finanzas destinadas del hogar, las compras y deudas de cada uno serían responsabilidad única y exclusivamente de quién las adquirió (en teoría). Es posible que tal vez también se dividan ciertos gastos, por ejemplo, uno de los dos se hace cargo de las facturas del hogar mientras que el otro paga las colegiaturas de los hijos, si así lo convienen.

Cuando se habla de matrimonios de segunda ocasión, tener cuentas separadas es la mejor solución en torno a la familia previa.

3. Híbrido

Elle Martinez, autora de finanzas personales y presentadora del podcast “Couple Money”, propone el modelo “Tuyo, mío y nuestro” que usa con su esposo de 13 años. Tal como ello lo explica, el 90% del dinero después de impuestos de la pareja se deposita en cuentas corrientes y de ahorro conjuntas, y el resto se deposita en sus cuentas corrientes individuales.

Martinez resalta que tener cuentas separadas no significa del todo que no tengan conocimiento de las finanzas del otro. El objetivo primordial de este modelo es pagar todas las facturas, financiar las cuentas de ahorro y trabajar primero con las metas compartidas antes de preocuparse por separar el dinero. Pero también brinda la libertad de tener un excedente de efectivo para gastos personales, como pueden ser traslados al trabajo, comida, compras personales e incluso sorpresas que quieran darse entre sí.

Cada pareja o matrimonio es distinto y es posible que evolucionen sus métodos de ver las finanzas en una cuenta bancaria o en cuentas individuales de manera paulatina. Lo primordial es la comunicación y el trabajo en equipo para encontrar el mecanismo que mejor les funcione.

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