Comprar o hacer un lease de un auto nuevo será más caro y complicado en 2024 en Estados Unidos
La apuesta más segura para los que están pensando cambiar de auto en 2024, no es la marca o el modelo de sus sueños, sino la dura realidad de que deben prepararse para la posibilidad de que pasará mucho tiempo antes de que el mercado de financiación de autos nuevos se vuelva más favorable y, peor aún, la posibilidad muy real de que las cosas empeorarán mucho antes de mejorar
Los precios cada vez más altos por la inflación general, tasas de interés en sus máximos históricos, récords de deudas y cuentas con atrasos en los pagos, están llevando a la industria de préstamos para autos – nuevos y usados – de Estados Unidos al borde de una crisis sin precedentes, que podría ocasionar, entre otras cosas, nuevas restricciones, sobre todo para los compradores con bajo récord de crédito.
La noticia quizá no recibió suficiente cobertura, opacada por las guerras en Ucrania y en Israel o los conflictos políticos en el Congreso de Estados Unidos entre republicanos y demócratas, pero la deuda por préstamos para compra o lease de automóviles superó por primera vez la deuda de préstamos para estudiantes, que en los últimos años ha sido un tema de discusión a los más altos niveles financieros y políticos.
Al cierre del segundo trimestre de 2023, la deuda de préstamos para automóviles alcanzó los $1.58 billones de dólares, en comparación con los $1.57 billones de dólares de la deuda de préstamos para estudiantes, según datos reportados por The Wall Street Journal.
Y si ese dato no fuera suficientemente alarmante, la Reserva Federal de Estados Unidos reportó al mismo tiempo que los préstamos para automóviles con morosidad de 60 días o más, aumentaron nuevamente en septiembre por quinto mes consecutivo, y 13.3% en comparación con el mismo periodo del año pasado, la cifra más alta en casi 30 años.
La única señal de alivio fue que entre agosto y septiembre de 2023, la cantidad de impagos de préstamos para automóviles (en los que un prestamista rescinde formalmente un acuerdo después de no recibir pagos) disminuyó ligeramente, aunque en septiembre seguía siendo 31.7% superior a la de 2022.
Cuotas mensuales cada vez más altas
Los problemas de morosidad e incumplimiento en la financiación de autos nuevos y usados es la tendencia más notable del aumento, debido principalmente al promedio del pago mensual.
Según un informe del sitio especializado Edmunds, los consumidores de Estados Unidos pagaron un promedio de $736 dólares por el financiamiento de sus autos nuevos en el tercer trimestre de 2023, un aumento del 4.6% con respecto al año anterior.
También se ha producido un aumento significativo de los pagos de automóviles que superan con creces esa media. La firma Experian informó que en abril de 2023 había tres veces más personas con cuentas mensuales de más de $1,000 dólares al mes, por un préstamo para automóvil, que las registradas en 2019.
Esto se debe a que el índice de precios al consumidor (IPC) en el mercado de autos nuevos se disparó de solo 6.1% de 2010 a 2020, a 22% de enero de 2020 a septiembre de 2023, debido a todos los factores negativos provocados por la pandemia del COVID-19, incluyendo los problemas de suministro de partes y la falta de inventario, además del aumento en las tasas de interés como consecuencia de la inflación.
A pesar de eso, los compradores han optado por vehículos más caros -más del 60% de los vehículos nuevos financiados en el segundo trimestre de 2023 fueron SUVs – , lo que también ha influido en los últimos 3 años al aumento del promedio en los pagos mensuales de la financiación.
Para los consumidores, este escenario significa en términos prácticos que los prestamistas podrían enfrentar pérdidas significativas, ya que les resulta más difícil recuperar los fondos que prestaron, lo que los obligaría a implementar nuevas restricciones y tasas de interés aún más altas de las registradas hasta ahora.
Según el Presidente y CEO de Hyundai Motors en Norte América, el español José Múñoz, el precio promedio de transacción de los modelos de la marca coreana ha aumentado hasta en 50% este año, pero no por qué Hyundai haya elevado los precios, sino que los consumidores eligen ahora con más frecuencia los modelos más lujosos y equipados con las opciones más avanzadas de las tecnologías de seguridad, entretenimiento y conectividad.
Sin alivio a la vista
Ante este escenario con ataques por todos los frentes, que parece ser el camino hacia una crisis generalizada , los expertos consideran que es poco probable que los compradores, concesionarios o fabricantes de automóviles vean mejoras en el corto plazo.
La Reserva Federal ya ha indicado que la tasa de los fondos federales no bajará antes de fin de año. Algunos de los analistas más optimistas predicen que el país podría ver caer la tasa de los fondos a mediados de 2024, pero el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se ha mantenido firme en su afirmación de que no bajarán la tasa hasta que se alcancen varios puntos de referencia, principalmente para controlar la inflación.
Si bien la cadena de suministro parece estar recuperándose, ni siquiera una recuperación total se traducirá en un retorno inmediato al inventario completo de todas las marcas de autos, principalmente las de Estados Unidos – Ford, General Motors y el Grupo Stellantis -, debido a la reciente huelga que afectó la producción de todos sus marcas.
Y no hay garantía de que los inventarios completos resulten en una reducción del precio de los autos nuevos y usados. Debido al aumento sustancial de los precios de los automóviles desde 2020, incluso una disminución significativa daría como resultado precios base (Manufacturer’s Suggested Retail Price, MSRP), históricamente altos.
Además, las instituciones de financiamiento de autos nuevos y usados tienen muy pocas palancas que puedan utilizar para mejorar el entorno crediticio actual. Algunos están recurriendo a nuevas prácticas, como el uso de IA, para identificar nuevas oportunidades y mitigar el riesgo. Los concesionarios de automóviles y las marcas que representan están a merced de varios factores externos sobre los que tienen muy poco control, si es que tienen alguno.
Quizá sea mejor idea no cambiar el auto en 2024.
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