Con o sin segundo cheque de estímulo, cuánto dinero tendría que contener el paquete de ayuda económica para reactivar la economía
Un estudio señala que el paquete de estímulo que podría aprobar el Congreso se quedará cuatro o cinco veces más corto que el necesario para enfrentar de manera realista la crisis
La oferta bipartidista en el Congreso para un paquete de estímulo económico es de $908billones de dólares, pero de acuerdo con un artículo de los economistas Adam Hersh y Mark Paul encargado por Groundwork Collaborative, un grupo de expertos económicos progresistas, revivir realmente la economía de los Estados Unidos podría requerir tres, incluso cuatro veces eso.
Los investigadores estiman que el Congreso necesitaría aprobar entre $3 y $4.5 trillones de dólares a corto plazo para que la economía alcance su máximo potencial, de acuerdo con una nota publicada por el portal Vox.
“La economía nos ha brindado todas las herramientas que necesitamos para abordar la crisis, y solo necesitamos que los legisladores abran las chequeras del gobierno de Estados Unidos”, dijo Paul, economista político del New College of Florida y miembro del Instituto Roosevelt.
Si bien la Reserva Federal ha tomado medidas extraordinarias, como recortar las tasas de interés y reanudar las compras de valores, para impulsar los mercados y la economía utilizando las herramientas que tiene disponibles, el Congreso no ha seguido su ejemplo. Es probable que eso cause daños a largo plazo y una recuperación más lenta, dejando atrás a las personas que se encuentran en la parte inferior de la escala económica.
Hersh y Paul argumentan que la mejor manera de evitar este escenario es que los legisladores inyecten billones de dólares en la economía para lograr el pleno empleo y crear una nueva normalidad que sea mejor para todos los estadounidenses.
Los investigadores también dicen que es importante promulgar disparadores automáticos que renovarán partes clave de un paquete de estímulo económico mientras sea necesario. Los $600 adicionales por semana en el seguro de desempleo expandido terminaron en julio y otros programas de estímulo expirarán a fines de año. Pero eso no se debe a que la pandemia haya terminado. Es porque el Congreso estableció plazos arbitrarios, y demasiado optimistas sobre cuándo ya no sería necesario el apoyo.
La economía de Estados Unidos agregó 245,000 puestos de trabajo en noviembre. Antes de la pandemia, eso habría sido una cantidad considerable, pero en el momento actual, es insuficiente. El país todavía está 10 millones de empleos por debajo del nivel que tenía antes del coronavirus y si este ritmo de recuperación se mantiene, pasarán años antes de que se recuperen esos puestos de trabajo.
La economía no es tan mala como algunas personas temían al comienzo de la pandemia (la tasa de desempleo actual es del 6.7 %), pero no es la ideal. Esa cifra oculta la cantidad de personas que han renunciado a la búsqueda de empleo y abandonaron la fuerza laboral por completo. Las mujeres, en particular, están abandonando la fuerza laboral a un ritmo alarmante. Si la tasa de participación de la fuerza laboral igualara la tasa de 2007 antes de la Gran Recesión, Hersh y Paul estiman que la tasa de desempleo sería del 13 por ciento, casi el doble de la cifra oficial.
Salir de ese agujero requeriría billones de dólares, aunque la cantidad exacta depende del multiplicador; básicamente, cuánto podría obtener el gobierno federal por su dinero.
Una forma particularmente efectiva de aumentar ese multiplicador sería brindar asistencia en efectivo, como los cheques de estímulo de $1,200 dólares que se entregaron a muchos estadounidenses en la primavera. El dinero que va a quienes más lo necesitan es generalmente un estímulo más exitoso, porque esas personas tienden a gastar el dinero y devolverlo a la economía en lugar de ahorrarlo.
Una incógnita con respecto a los multiplicadores como las transferencias directas es el efecto del distanciamiento social: mientras el virus se siga propagando, los hábitos de gasto estarán lejos de ser normales y la economía no podrá volver a la normalidad.
Pero la conclusión principal es que el Congreso debería inyectar mucho dinero y hacerlo rápido, para reparar el daño causado por dos recesiones que llegaron en el lapso de aproximadamente una década. Una lección importante de la Gran Recesión es que los esfuerzos de estímulo fiscal fueron insuficientes y la recuperación fue lenta, como escriben los analistas.
Algunos críticos señalarán el déficit federal y dirán que tal gasto agregaría demasiado a la deuda del país y pondría en peligro la economía estadounidense a largo plazo. Los republicanos en el Congreso utilizan este argumento, alegando que los planes de los demócratas para un paquete de estímulo económico son demasiado costosos.
Pero los republicanos aprobaron un proyecto de ley de recortes de impuestos que benefició de manera desproporcionada a las corporaciones y a los ricos en 2017, sin preocuparse mucho por los $1.5 billones que se proyecta agregará a la deuda. La Reserva Federal ha dicho que planea mantener bajas las tasas de interés durante mucho tiempo, lo que significa que los costos de los préstamos se mantendrán bajos.
El Congreso está casi seguro de quedarse corto con la aprobación de un nuevo paquete de estímulo económico. Si el país hubiera controlado el coronavirus y si el Congreso hubiera implementado apoyos económicos que se basaran en métricas de recuperación en lugar de esperar que las cosas estuvieran bien para julio o diciembre, el panorama en Estados Unidos podría ser bastante diferente de lo que es ahora.