Demócratas enfrentan divisiones internas de cara a negociaciones por acuerdo de estímulo
Los demócratas perdieron al menos 10 escaños y no lograron desbancar a ni un solo republicano, algo prácticamente impensable de cara al 3 de noviembre
Pese a que Joe Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos, los resultados en las elecciones no fueron lo que esperaban los demócratas de la Cámara de Representantes, que regresaron a Washington con la moral abajo después de un desempeño electoral poco satisfactorio y buscando formas de enfriar las tensiones internas que marcarán al próximo Congreso.
Los demócratas perdieron al menos 10 miembros en funciones y no lograron desbancar a ni un solo republicano, algo prácticamente impensable de cara al 3 de noviembre.
Los líderes demócratas tratan de descifrar qué salió mal el 3 de noviembre y cómo quitar la presión para ayudar a facilitar sus objetivos legislativos y políticos en los próximos meses, como evitar el cierre del gobierno y tratar de que se apruebe su paquete de ayuda para el coronavirus, algo que, incluso, les ha pedido el presidente electo.
En una carta a los demócratas el lunes, la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, hizo un llamado a la unidad con la advertencia de que las divisiones internas solo empoderarían a los republicanos, socavarían las posibilidades de los demócratas de aprobar otra ronda de alivio del coronavirus antes del cambio de legislatura y amenazan las perspectivas del partido en las próximas elecciones especiales al Senado en Georgia.
“Creemos que podemos convencer a otros de nuestro punto de vista. Si abogamos por la unificación, podemos avanzar”, escribió Pelosi.
“Nuestro Caucus saca fuerza de las conversaciones en curso que tenemos continuamente para construir consenso y asegurar que la legislación que presentamos respete el pensamiento y los valores de todos los Miembros”, agregó. “Espero que continuemos este diálogo productivo”.
Sin embargo, de acuerdo con un análisis publicado este lunes por el portal The Hill, los resultados han provocado un ajuste de cuentas interno, con los moderados culpando a los liberales por estropear el mensaje del partido; los liberales retrocedieron en defensa de los esfuerzos por dinamizar la base progresista, y todos se sienten cada vez más frustrados porque las acusaciones posterioreshan salido a la vista.
“La parte más difícil de eso es encontrar el foro para hablarlo”, dijo el lunes el representante Jared Huffman. “No hay diferencias insuperables. Todos estamos en el mismo equipo y estoy convencido de que habrá una solución bastante fácil si nos escuchamos los unos a los otros. Esto va a ser un desafío para nosotros”.
Liderazgo en duda
Algunos moderados, como la representante Abigail Spanberger, una legisladora de Virginia que logró una victoria en su segundo mandato, han advertido que la agenda de sus colegas de “extrema izquierda”, como los esfuerzos para prohibir el fracking y el traspaso de los fondos de la policía a los servicios comunitarios, puso en peligro a todos los demócratas en el caucus.
“Perdimos miembros que no deberían haber perdido”, dijo Spanberger durante una reunión varios días después de las elecciones, en un audio obtenido por The Washington Post.
Los progresistas contraatacaron, argumentando que su plataforma había energizado la base del partido, encaminando el escenario hacia la derrota del presidente Trump, el objetivo principal de los demócratas en este ciclo.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez, lna superestrella liberal de las redes sociales, fue un paso más allá, criticando a los líderes del partido y a los gestores de campaña por lo que ella consideraba una estrategia de divulgación digital mediocre. Otros liberales han advertido que abandonar su agenda supone el riesgo de hacer que el partido sea irrelevante en el futuro para llamar a los votantes más jóvenes atraídos por esas políticas de izquierda.
“El futuro, creo, es claramente progresivo multirracial y multiétnico”, dijo el domingo el representante Ro Khanna, miembro prominente del Caucus Progresista, en una entrevista con MSNBC. “Ahí es donde está la base, ahí es donde están los jóvenes”.
Otros legisladores señalaron que los demócratas mantuvieron el control, ganaron la Casa Blanca y lograron avances en el Senado.
“Son campañas políticas; cada estado es diferente ”, dijo el representante G.K. Butterfield, todavía tenemos en la mayoría (de la Cámara)”.
Para un partido que pronosticaba una victoria aplastante el 3 de noviembre, fue una noche decepcionante. Su reducida mayoría en la Cámara ha minado el colchón que permite las deserciones demócratas, lo que podría complicar los esfuerzos para hacer pasar ciertos proyectos de ley a la cámara baja en el próximo Congreso.
Sin embargo, las consecuencias políticas han sido más inmediatas.
La presidenta del Comité de Campaña del Congreso Demócrata Cheri Bustos, dijo que no buscaría un segundo mandato y Pelosi, de 80 años, también ha recibido algunos disparos, incluso cuando nadie la ha desafiado.
La representante Elissa Slotkin, que cumple su primer mandato y ganó su reelección por menos de 4 puntos porcentuales, dijo a Politico que no respaldaría a la presidenta por otro período de dos años y pidió un “nuevo liderazgo” en el partido . Un puñado de otros moderados le han dicho a The Hill que ellos también quieren que Pelosi se vaya.
Aún así, una abrumadora mayoría del caucus parece seguir apoyando a Pelosi, encantada con la victoria de Biden y lista para sacar adelante los temas más duros de la agenda.