Subcomité de la Cámara investiga cientos de muertes por COVID-19 en empacadoras de carne

La investigación se centra en las acciones de la administración Trump en torno a la protección de los trabajadores de la industria de la carne contra los riesgos relacionados con COVID-19

SANTA PAULA, CALIFORNIA  MAY 21: Butchers at Old Fashion Country Butcher process meat as they work to meet increased demand due to COVID-19 related shortages on May 21, 2020 in Santa Paula, California. There has been greater support for smaller meat operations lately as supply chains from factories have been disrupted. The meat industry is currently working at 70% as COVID-19 risks have kept U.S. plants below capacity for months. The separation of work stations means fewer people on production lines, and 22 meatpacking plants have closed in the last two months as a result of the pandemic. Prices are increasing as a result of all this and many stores are placing limits on meat purchases to avoid people stockpiling. Butchers at Old Fashion Country Butch follow strict wellness checks daily and follow the standard federal safety procedures. "We are much busier," says owner Kent Short. "People are aware there's a shortage and are seeing a resultant price increase. People also want more security in terms of knowing where their meat is coming from. We believe this could go on for another 6-8 months. Meat warehouses have been cleared that could have been stockpiled."  (Photo by Brent Stirton/Getty Images)

SANTA PAULA, CALIFORNIA MAY 21: Butchers at Old Fashion Country Butcher process meat as they work to meet increased demand due to COVID-19 related shortages on May 21, 2020 in Santa Paula, California. There has been greater support for smaller meat operations lately as supply chains from factories have been disrupted. The meat industry is currently working at 70% as COVID-19 risks have kept U.S. plants below capacity for months. The separation of work stations means fewer people on production lines, and 22 meatpacking plants have closed in the last two months as a result of the pandemic. Prices are increasing as a result of all this and many stores are placing limits on meat purchases to avoid people stockpiling. Butchers at Old Fashion Country Butch follow strict wellness checks daily and follow the standard federal safety procedures. "We are much busier," says owner Kent Short. "People are aware there's a shortage and are seeing a resultant price increase. People also want more security in terms of knowing where their meat is coming from. We believe this could go on for another 6-8 months. Meat warehouses have been cleared that could have been stockpiled." (Photo by Brent Stirton/Getty Images) Crédito: Brent Stirton | Getty Images

El Subcomité Selecto de la Cámara sobre la Crisis del Coronavirus lanzó una investigación esta semana sobre la ola de infecciones por COVID-19 que ha matado a cientos de trabajadores en plantas empacadoras en todo el país el año pasado y destacó los peligros de larga duración en la industria de la carne.

Desde el inicio de la pandemia, la industria de la carne ha luchado por contener el virus en sus instalaciones y las plantas de Iowa, Dakota del Sur y Kansas han sufrido algunos de los brotes laborales más grandes del país, señala una investigación de ProPublica.

Los empleados de las empresas cárnicas, muchos de ellos inmigrantes y refugiados, trabajan en cuartos cerrados. Muchos de ellos no hablan inglés y no se les concede licencia por enfermedad pagada. Hasta la fecha, más de 50,000 trabajadores de empacadoras de carne se han infectado y al menos 250 han muerto, según un recuento de ProPublica.

La investigación del Congreso, abierta por el Subcomité Selecto de la Cámara sobre la Crisis del Coronavirus, examinará el papel de JBS, Smithfield Foods y Tyson Foods, tres de las empresas cárnicas más grandes del país que, según el subcomité, se han “negado a tomar precauciones básicas para proteger a sus trabajadores y mostradron un “desdén insensible por la salud de los trabajadores”.

El subcomité está presidido por el representante James E. Clyburn de Carolina del Sur, el demócrata con el tercer rango más alto en la Cámara de Representantes.

En respuesta al anuncio del subcomité, los funcionarios de JBS y Tyson dijeron que las compañías habían gastado cientos de millones de dólares para implementar protecciones contra el coronavirus y aumentar temporalmente el salario y los beneficios de los trabajadores, y esperaban discutir sus esfuerzos de seguridad pandémica con el panel. Smithfield dijo en un comunicado que también había tomado “medidas extraordinarias” para proteger a los empleados del virus, gastando más de $700 millones de dólares en modificaciones, pruebas y equipos en el lugar de trabajo.

El subcomité de la Cámara señaló que los informes de varias organizaciones dejaron ver problemas con la forma en que las empresas empacadoras de carne manejaron la pandemia y con los esfuerzos de cumplimiento de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA). El subcomité citó los informes de ProPublica sobre cómo las empresas cárnicas tomaron por sorpresa a los departamentos de salud pública locales y sobre los esfuerzos del gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, para intervenir cuando los funcionarios de salud locales intentaron cerrar temporalmente una planta de JBS en medio de un brote.

ProPublica también ha documentado cómo las empresas cárnicas ignoraron años de advertencias del gobierno federal sobre cómo una pandemia podría arrasar una instalación de procesamiento de alimentos y describió el papel que las plantas empacadoras de carne, como una instalación de carne de cerdo Tyson en Waterloo, Iowa, han jugado en la propagación del coronavirus en esa comunidad.

La investigación del subcomité también analizará las deficiencias del gobierno federal en la protección de los trabajadores de las empacadoras de carne. “Los informes públicos indican que durante la administración Trump, la OSHA no cumplió adecuadamente con su responsabilidad de hacer cumplir las leyes de seguridad de los trabajadores en las plantas empacadoras de carne en todo el país, lo que resultó en infecciones y muertes prevenibles”, según la carta del subcomité a OSHA.

El subcomité también dijo que la agencia había emitido solo unas “pocas multas insignificantes” y “no mostró urgencia al abordar los peligros de seguridad en las instalaciones de envasado de carne que inspeccionó”. La carta señaló que OSHA había recibido quejas sobre las plantas JBS y Smithfield meses antes de que la agencia realizara inspecciones.

David Seligman, un abogado que ayudó a los trabajadores de empacadoras de carne en Pensilvania a presentar una demanda contra OSHA durante la pandemia, dijo que espera que los esfuerzos del subcomité sean “solo uno de los pasos iniciales” para responsabilizar a las empresas y garantizar que los trabajadores estén seguros. “El daño infligido a los trabajadores de la carne durante esta pandemia, al servicio de las ganancias de las empresas empacadoras de carne y bajo un gobierno que parecía feliz de hacer la vista gorda, es un escándalo grave”, escribió Seligman en un correo electrónico.

En un comunicado, un portavoz del Departamento de Trabajo dijo que la investigación del subcomité está “centrada en las acciones de la administración Trump en torno a la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con COVID-19“, y que la agencia está comprometida a proteger a los trabajadores.

En sus cartas del 1 de febrero a OSHA, JBS, Tyson y Smithfield, el subcomité solicitó documentos relacionados con inspecciones gubernamentales en plantas empacadoras de carne y quejas de COVID-19 presentadas ante las empresas. Se pidió a OSHA que informara al subcomité antes del 15 de febrero.

En esta nota

Covid industria de la carne
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain