Cada vez son más los estadounidenses que prefieren rentar que comprar una casa y ahora sabemos porqué
Las decisiones de las personas no sólo se ven supeditadas a sus propias finanzas (aunque sí)
En otros tiempos, el paradigma de que cualquier persona debía superarse económicamente para comprar una casa y formar una familia está cada vez más lejos de ser una realidad conforme avanzan los años y pasan las generaciones. Y no sólo por cuestiones financieras, las cuales en buena medida condicionan la posibilidad de cumplir estas metas, sino ahora están definidas por propia voluntad, siendo cada vez más el número de estadounidenses que prefieren rentar que ser dueños de su propio hogar.
En 2017, la Oficina del Censo de EE.UU. reportó que la propiedad de vivienda en el país cayó a su tasa más baja desde 1965, llegando a sólo el 62.9% de dueños de su propia casa. Y aunque actualmente este porcentaje ha subido al 67.9%, aprovechando las bajas tasas de interés hipotecarias debido al COVID-19, eso no cambia la elección de que muchos prefieren ser inquilinos y dueños. ¿Sabes porqué? Te damos algunas ideas sobre lo que provoca que esto suceda.
Asequibilidad
Hasta hace unos meses, los precios de la vivienda estaban aumentando mucho más rápido que los ingresos. Si bien ahorita hay una creciente solicitud y compra de viviendas, esto mismo puede generar que la obtención de un crédito hipotecario sea cada vez más exigente, para asegurarse de que las personas que lo solicitan realmente puedan pagar por su casa.
Esto tampoco quiere decir que la asequibilidad de los alquileres sean muy agradables, menos en estos momentos de pandemia, pero sigue siendo más fácil pagar por una renta mes con mes que juntar el dinero suficiente para poder dar el pago inicial por una vivienda, obtener un préstamo hipotecario y solventar los costos de cierre.
Acceso la información
Las actuales generaciones tienen más herramientas para obtener información y aprender de ciertos detalles que antes no se conocían. Por ejemplo, los jóvenes de ahora han podido observar como sus padres perdieron sus casas durante los grandes accidentes económicos. Hoy con el COVID-19 aún presente, se percibe un ambiente de recesión que podría provocar que la historia se repita para muchos que decidan comprar alguna propiedad.
Incertidumbre financiera
Si algo parece ser una certeza en estos momentos, es la incertidumbre. Bigger Pockets asegura que hasta el 80% de los empleados podrían quedar despedidos en los próximos años.
Grandes tiendas han quebrado, el parón económico provocado por la pandemia ha provocado que cada vez más y más personas se queden sin empleo. Sin trabajo, ¿cómo podrían pagar una casa?
Sensación de libertad
La generación millennial prefiere conseguir más un estilo de vida y experiencias que atarse a un sólo lugar. Según Forbes, el 45% de los empleados no planean quedarse en un trabajo por más de 2 años. Es decir, los jóvenes laboralmente productivos prefieren una vida nómada que sedentaria, por ello comprar una casa no está entre sus planes.
Con todo esto, la realidad de hoy en día y la forma en la que las nuevas generaciones, millennial y zeta, ven a la propiedad, es más como una cadena de responsabilidad, una carga, que un sueño. El sueño americano se redefine y ahora prefieren encontrar la libertad financiera y la de viajar, que la de permanecer en una casa a la que podrían terminar por considerar como una cárcel costosa.