Cómo hablar de dinero con la persona con la que estás saliendo para descubrir si puede ser una buena pareja
Entablar esta conversación es complicado, pero no imposible. Te damos algunas herramientas para tener este tipo de charla de manera amena y que el tema del dinero no sea un problema en ambos
Conocer a una nueva persona y tener las primeras citas suelen ser un punto de partida para saber si se quiere tener o no una relación con ella. Todos somos capaces de hablar de cualquier afinidad en común, pero dentro de los temas a abordar es muy raro que salgan a relucir las cuestiones de dinero. Te vamos a decir cómo puedes tocar este tópico, sin que la otra persona se sienta invadida y se espante. La sutileza y la inteligencia van de la mano.
¿Qué hacer en la primera cita?
Si en algo podemos estar de acuerdo es que platicar sobre dinero en la primera cita podría ser delicado. Si tu intención es conocer a la otra persona, precisamente no sabes cómo va a tomar que toquen temas financieros, podría sentirse incómodo.
Sin embargo, es posible que toques el tema del dinero de manera sutil, natural y cotidiana, sin que parezca una invasión a la privacidad. Una clave es la hora de la cuenta. Desde la primera cita puedes notar la disposición de tu prospecto sobre cómo aborda la situación, no importa si hablamos de un hombre o una mujer. Este momento puede ser un excelente punto de partida para saber del otro su forma de ver el dinero. Y si dentro de la charla tocan temas sobre pasiones y metas de vida, también podrás tener una perspectiva sobre cómo gasta el dinero y lo que quiere lograr.
A partir de la cita dos en adelante
Conforme vayas saliendo con la persona, tendrás más bases para saber qué tanta apertura hay para tocar temas más profundos, donde la concepción del dinero de ambos pueda salir a relucir.
La creatividad y espontaneidad son primordiales. No por tocar temas de dinero, debes hacerlo con sobriedad. Cambia las preguntas directas por aquellas que aboguen por lo lúdico. En vez de preguntar cuánto ganas o cuánto esperas ganar, puedes intentar jugar con la imaginación y saber lo que el otro haría si ganaran $500 dólares adicionales o qué tipo de deudas priorizarías si las tuvieran. Incluso si quieres generar confianza en tu pretendiente, podrías empezar tú por responderlas.
Si encuentras una cierta renuencia de la otra persona para este tipo de tópicos, es posible que necesites generar mayor confianza con ayuda del tiempo. Sin embargo, tampoco debes tener la sensación de formalizar para tocar este tipo de temas. Para muchas personas el tema del dinero es un tabú y esto mismo te podría dar una perspectiva sobre su visión. Si le cuesta trabajo hablar sobre dinero, es posible que de la misma manera pudiera tener problemas tangibles con el dinero, ya sea por una percepción de que sea malo, algún conflicto con la libertad financiera o las deudas.
Cuándo avanza la relación
Es importante que si la relación comienza a avanzar, el tema de dinero también lo haga. Si llegan a formalizar la relación, ya es momento y no hay vuelta de página de tocar los temas financieros. Si bien tampoco deberías ejercer presión, si tendrías que motivar a tu futura pareja a tener más confianza en resolver algunos temas.
Si después de varias citas y muchas afinidades hay una relación promisoria, es importante que tengan una idea cercana de las habilidades financieras de cada uno. Deben tener claro que todos somos distintos y tenemos capacidades diferentes, incluso para el dinero. Por ejemplo, quizás alguno es más ahorrador que el otro. Eso no tendría que ser un punto de discordancia, sino de planeación conjunta. ¿Cómo pueden aprovechar y compaginar sus habilidades? Hay algunas preguntas que, para este momento, ya deberían plantearse de manera más directa y sin tapujos, con la plena confianza de que no serán juzgados y, por el contrario, querrán aprovecharla para mejorar su economía juntos.
Nadie empieza una relación queriendo terminarla, por lo que es importante que conforme avancen en las citas, el tema del dinero salga a relucir en algún momento u otro, y que no sea un punto de inflexión que pudiera generarles más conflicto que satisfacciones. No provoque en el dinero pueda volverse en el tercero en discordia.
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