Cómo una recesión puede convertirse en una buena oportunidad para comprar una casa

Ante la posibilidad cada día más alta de que ocurra una recesión en Estados Unidos —temor que ha sido expresado por financistas de Goldman Sachs, la Reserva Federal e incluso empresarios multimillonarios como Elon Musk—, quizás te estés preguntando si este escenario económico puede convertirse en una buena oportunidad para comprar una casa en Estados Unidos.

La respuesta a ello es: puede ser. La verdad es que comprar inmuebles en medio de una recesión puede ser beneficioso en ciertos aspectos, pero también debes examinar tus propias finanzas y tu capacidad de adquirir un préstamo a la hora de tomar una decisión tan importante.

En SoloDinero te explicamos cómo una recesión puede convertirse en una buena oportunidad para comprar una casa y qué debes tener en cuenta.

¿Por qué comprar una casa en recesión es una buena oportunidad?

La principal razón por la que comprar una casa en recesión es una buena oportunidad es debido a que, por lo general, los precios de las viviendas suelen bajar. Por lo tanto, es probable que, en el mercado de bienes raíces, los vendedores estén dispuestos a disminuir los precios de venta.

A su vez, es posible hallar propietarios que decidan vender a fin de liquidar sus deudas hipotecarias. De igual manera, los bancos pueden vender casas cuyas hipotecas hayan sido ejecutadas. La venta de estas propiedades suele hacerse a precios bajos.

De acuerdo con un reporte de The Balance, el precio promedio de las casas en enero de 2007 era de $322,000. Al año siguiente, cuando comenzó la recesión económica, los precios bajaron. Para el 2009, el precio de las viviendas era de $257,000.

¿Y los préstamos hipotecarios bajan durante una recesión?

Comprar una casa, en la mayoría de los casos, implica solicitar un préstamo hipotecario. De ser así, debes saber que las tasas de interés de las hipotecas suelen bajar durante una recesión. Esto es debido a que el gobierno de Estados Unidos probablemente estimule la economía disminuyendo las tasas de interés, lo que repercutirá en una disminución de las tasas hipotecarias.

Como ejemplo del impacto de esta medida, la tasa fija de un préstamo hipotecario bajó 1.15% durante la recesión de 2008, lo que implicaría una reducción de los pagos mensuales considerable.

¿Cuáles son las desventajas de comprar una casa durante una recesión?

Las casas cuya hipoteca ha sido ejecutada puede requerir, en muchas ocasiones, de reparaciones inevitables que las hagan habitables, así que es posible que debas pensar en que la compra de la vivienda y el préstamo no son los únicos gastos que tendrás.

Asimismo, si estás pensando en comprar un inmueble para obtener algún tipo de ganancia, es posible que una recesión no sea el momento más indicado para ello, pues los precios no serán los óptimos. En ese caso, debes ver la inversión en una vivienda a largo plazo para poder obtener ganancias atractivas.

Por otra parte, ten en cuenta que, aunque la Reserva Federal aseguró que los bancos podrían mantener los préstamos durante una recesión, es posible que los mismos se otorguen, en su mayoría, a las personas con buen historial de crédito, pues en recesión aumenta el riesgo de impago de los préstamos.

Por tanto, si vas a comprar una casa, asegúrate de que tu puntaje de crédito sea óptimo (de 700 puntos en adelante) a fin de garantizar la aprobación del préstamo hipotecario.

Cosas que debes tener en cuenta si una recesión ocurre en 2023

El promedio de duración de las recesiones luego de la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con datos recopilados por Kiplinger, es de 11 meses. Esto es algo que debes tener en cuenta a la hora de plantearte la compra de una vivienda.

Sin embargo, las expectativas del mercado inmobiliario ante un escenario de recesión son variadas. Expertos señalan que el mercado se mantendría robusto, pues la demanda de casas es alta y las tasas hipotecarias se encuentran relativamente bajas, lo que estimula la solicitud de préstamos para adquirir viviendas.

Asimismo, las instituciones financieras estadounidenses se han preparado para disminuir los efectos de un hipotético colapso como el ocurrido entre los años 2007 y 2008.

Por ello, la perspectiva de un desplome de bienes raíces parece causar menos pánico entre inversionistas, bancos y clientes. De hecho, economistas aseguran que la caída de los precios será ínfima, pues la falta de suministro de casas acolchonará el derrumbe de los precios.

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