¿El cambio del salario mínimo para repartidores de aplicaciones en Nueva York ha sido favorable?
Luego de que la ciudad de Nueva York estableció un salario mínimo de casi $18 dólares por hora para repartidores de comida por aplicación, las compañías como Uber Eats y DoorDash hicieron ajustes con los que al parecer pagan menos
Cuando se dio a conocer que los repartidores de comida por aplicación ganarían un salario mínimo en la ciudad de Nueva York, muchos de estos trabajadores y sus familias festejaron la medida. Tras unos meses desde su implementación, los resultados no son los esperados. Nuevos reportes señalan que los repartidores en la ciudad continúan sufriendo de ingresos bajos, luego de que las compañías de reparto sí les pagan su salario, pero les han reducido las comisiones.
En junio de 2023, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció una regulación en la que se exige que los repartidores de comida ganaran un salario mínimo cerca de $18 dólares por hora. Además, se estableció que este salario inicial aumentaría gradualmente hasta llegar a los $19.96 dólares por hora para 2025.
De acuerdo con una investigación de The Associated Press, algunas de las plataformas de aplicaciones más importantes, que se opusieron al cambio, destacando a Uber Eats y DoorDash, respondieron limitando las horas de los trabajadores, haciendo más difícil que los clientes dejen propinas y cambiando la forma en que se calcula el salario de una semana a otra.
La agencia informativa reportó el caso de un repartidor, Greiber Pineda, que se percató de que la aplicación para la que trabaja como repartidor, Uber Eats, cambió su sistema de pago. Esta modificación ocasionó que, en un día de alta demanda tras 11 horas y media de trabajo, ganará $200 de $300 dólares que esperaba recibir.
Con el modelo anterior, los conductores de entrega de alimentos en Estados Unidos, iniciaban sesión en las aplicaciones cuando querían y ganaban dinero aceptando trabajos de entrega individuales. Si bien muchos podían de estos pedidos generaban alguna ganancia significativa, es posible que otros ni siquiera cubrieran el costo de la gasolina. No obstante, muchos repartidores aceptaban cualquier pedido, porque cuanto más hicieran, podían obtener acceso prioritario a pedidos prémium u otros beneficios en las aplicaciones.
Antes del cambio, la ciudad de Nueva York encuestó a sus aproximadamente 122,000 trabajadores de reparto y descubrió que ganaban $14 dólares la hora en promedio. La mitad de eso provino de propinas y alrededor de $2 dólares se destinaron a equipos y mantenimiento, principalmente para bicicletas eléctricas y ciclomotores.
El salario mínimo de la ciudad de Nueva York aumentó de $15 a $16 dólares por hora. Es evidente que las ganancias resultantes como repartidor ni siquiera se acercaban al salario mínimo de la ciudad.
A pesar de proporcionar un salario mínimo de $17.96 dólares por hora más propinas, los repartidores señalan que ahora ganan menos, con los ajustes que han hecho las aplicaciones. Por su parte, los organizadores laborales y las empresas de aplicaciones dicen que los ingresos promedio han aumentado.
Cuando la ley entró en vigor en Nueva York en diciembre pasado, las populares aplicaciones de entrega anunciaron que los clientes de la ciudad ya no podían agregar una propina durante el proceso de pago, sino que la hacían disponible solo después de que se hubiera asignado un conductor en el caso de DoorDash, o después de que se entregara la comida para Uber Eats.
Las aplicaciones también agregaron tarifas adicionales para los clientes de la ciudad de Nueva York, a partir de alrededor de $2 dólares. Las tarifas a los restaurantes tienen un límite de 23% del precio de compra.
La regla de la ciudad de Nueva York permite que las aplicaciones paguen alrededor de $30 dólares por hora en promedio por el “tiempo activo” que los trabajadores dedican a entregar pedidos, o $18 dólares por hora en promedio por todo el tiempo que permanecen conectados, incluido el “tiempo pasivo” dedicado a esperar una llamada de trabajo. Las aplicaciones no tienen que pagar a los trabajadores que no realizan entregas. Las empresas también pueden decidir retroactivamente cuál de los dos cálculos utilizarán, de modo que los repartidores nunca saben exactamente por qué se les paga hasta una semana después.
Se estima que los neoyorquinos realizan más de 100 millones de pedidos de comida a domicilio cada año.
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