La diferencia entre un préstamo garantizado y uno no garantizado, ¿cuál te conviene más pedir?
Cada uno de estos productos están pensados para fines específicos
Todos tenemos ciertas emergencias por las que recurrimos a un préstamo. Sin embargo, no todos estos productos financieros tienen las mismas características ni tienen los mismos objetivos. Existen los préstamos garantizados y los préstamos no garantizados. Si quieres saber cómo sacarles provecho para mantener sanas tus finanzas personales, debes tener claras las diferencias entre cada uno.
Préstamo garantizado
La mayor característica de este préstamo garantizados es que están protegidos por un activo, es decir, este producto financiero requiere del artículo comprado como lo es una casa o un automóvil como garantía. En este sentido, el prestamista tiene el derecho de retener la escritura o el título hasta que el préstamo se pague en su totalidad. También pueden utilizarse acciones, bonos o propiedad personal como garantía, según la cantidad del préstamo.
Una hipoteca, una línea de crédito con garantía hipotecaria, un préstamo para automóvil o para botes son los productos más comunes de préstamos garantizados. Sus características primordiales y por lo que son buscados es que tienen tasas más bajas, límites de endeudamiento más altos y términos de pago más extensos, sin embargo, por estos detalles es que requieren que sus prestatarios tengan niveles altos en su puntaje de crédito.
Préstamo no garantizado
Tal como su nombre lo indica, no requiere de ningún artículo para asegurarse de que pagarás tu préstamo. Los productos más comunes en este rubro son las tarjetas de crédito, los préstamos estudiantiles o personales, aunque existen otros más riesgosos como los préstamos de pago al día. Por sus propias características es que este tipo de préstamos tienen tasas de interés más altas que los garantizados.
De acuerdo con GreenPath, el prestamista sin garantía confía en que puedes pagar el préstamo gracias a tus propios recursos financieros, en el que serías juzgado por las cinco “C” del crédito:
- Carácter: puede incluir puntaje de crédito, historial de empleo y referencias.
- Capacidad: ingresos y deuda corriente.
- Capital: dinero en cuentas de ahorro o inversión.
- Garantía: (Collateral): activos personales que se ofrecen como garantía como lo es una casa o un automóvil.
- Condiciones: los términos del préstamo.
Si bien no tienen un artículo o producto como garantía para que pagues la deuda, no liquidarlas te puede generar problemas con la ley, más allá de tu puntaje de crédito, del cual puedes tener una marca irreparable.
Elegir el tipo de préstamo va a depender de tus propias necesidades e intereses, pero tomando en cuenta las características de ambos sabrás mejor qué es lo que requerirás y su forma de solventarlas.