Los típicos errores en los que incurren los jubilados pensando que su dinero es eterno
El dinero siempre será finito, incluso en la edad adulta y sin importar los planes de tu retiro
Muchos trabajadores en Estados Unidos, sin importar a lo que se dediquen ni los ahorros que pongan en sus cuentas de jubilación o sus aportaciones al Seguro Social, desean sin dudar que llegue el momento de su jubilación. Tal vez porque ven a muchas personas adultas viajando sin parar y disfrutando de la vida, es que puedan generarse una idea errónea de la cantidad de dinero que podrían tener en su retiro.
Es importante considerar que si no comienzas a ahorrar desde temprana edad o no estás registrado en el Seguro Social lo más joven posible, va a ser difícil que consigas tener una mensualidad que pudiera cubrir las necesidades propias de la edad. Pero dejando de lado ese punto que en Solo Dinero hemos mencionado con anterioridad, en esta ocasión nos enfocamos en los errores que incurren los jubilados pensando que su dinero es eterno y que podrían malgastarlo o dejar que se les escape unos cuantos dólares por ignorancia o negligencia. A fin de cuentas, estás retirado y el dinero llega solo, ¿qué podría salir mal?
1. No cambiar a inversiones de bajo riesgo
Tal como tus cuentas para la jubilación 401(k) o IRA, las inversiones son formas de hacer crecer tu dinero a largo plazo, no a corto. Todas las inversiones son un riesgo, pero se minimizan cuando esperas resultados en un periodo de tiempo amplio. Entonces, cuando dejas dinero en inversiones de alto riesgo, estás arriesgando mucho dinero que podrías necesitar para cuestiones de salud o diversión. Para este punto, es recomendable dejar tus ahorros en lugares menos lucrativos, pero tampoco tan volátiles como son los bonos.
2. No aprovechar las exenciones de impuestos en la venta de sus casas
La característica de la mayoría de los jubilados es que cambian de residencia y para ello venden su casa y compran una nueva sin entender que pueden perder mucho dinero en cuestiones fiscales. Los propietarios de viviendas pueden obtener una ganancia libre de impuestos de hasta $250,000 dólares para contribuyentes individuales y de $500,000 dólares para parejas casadas de acuerdo con las reglas propias del IRS.
El problema radica en que, para aprovechar la exclusión de impuestos, debes haber sido propietario durante por lo menos dos de los cinco años antes de la venta y tener una declaración presupuestal conjunta. También existen otros requisitos relacionados con el estado de presentación de impuestos y el calendario que los prejubilados deben comprender antes de publicar una casa.
3. Ir de inmediato por una hipoteca inversa
Una hipoteca inversa es una forma de préstamo con base en el valor de tu casa. Estos fondos pueden recibirse en suma total, pago mensual fijo o línea de crédito. El saldo del préstamo vence y es pagadero cuando el prestatario fallece, se muda en forma permanente o vende la casa, según Investopedia.
Pero al agotar el capital de una vivienda y acumular intereses, si decides cambiarte, tendrás que pagar por el préstamo, además de reducir el valor de lo que podrías haber obtenido por la compra de tu casa. Por eso es mejor primero tener claro que harás en el futuro para tomar una mejor decisión. Si piensas vivir en tu residencia y no quieres heredarla, entonces es posible que saques provecho a este recurso, pero sino es así, piénsalo dos veces.
4. Inscribirte a Medicare posterior a la fecha límite
Después de cumplir 65 años o dejar de trabajar posterior a esa edad, tienes siete meses para registrarte en el programa. Si superas esa fecha límite, entonces te arriesgar a perder la elegibilidad, tener cobertura limitada y pagar una multa del 10% por inscripción tardía, lo que sería lo mismo regalar varios cientos de dólares.
Sin contar que, dependiendo de la parte de Medicare en la que te inscribes, podrías estar pagando una prima mensual con recargo, a parte de la que se ajusta con base en tus ingresos.
5. Caer en estafas
Cheapism recomienda que las personas mayores siempre mantengan el control de su dinero y activos y nunca inviertan en nada que no entiendan. La tranquilidad que deja la edad y la confianza en sus finanzas hacen que las personas adultas sean especialmente vulnerables a caer en estafas.