Los tipos de fraude más comunes de las compañías de seguros y cómo los podrías evitar

Creemos que una empresa establecida no podría engañarnos, pero no nos debemos confiar

Creemos que una compañía de seguros es una gran decisión, pero debemos cuidarnos de la letra chiquita para no quedar desamparados.

Creemos que una compañía de seguros es una gran decisión, pero debemos cuidarnos de la letra chiquita para no quedar desamparados. Crédito: Gerd Altmann | Pixabay

Las estafas se hacen cada vez más populares en todas las áreas de nuestra vida, pero ni de las empresas te tienes que fiar. Uno de los mayores engaños que surgen con las compañías de seguros se derivan por la letra chiquita. Hay algunas triquiñuelas legales en las pólizas que podrían hacerte pensar que te cubren por cualquier afectación personal, pero que no es así. Te decimos los dos tipos de fraude más comunes con los seguros y cómo las podrías evitar.

1. Compañías de seguros engañosas

Existen seudo empresas que fingen de un estatus legal, pero de no de la formalidad para cumplir con su palabras corporativas. Hay compañías que tienen la imagen de tener coberturas especiales y específicas como ser la de un seguro de salud o de automóvil, pero con coberturas deficientes. Se estima que el fraude de seguros en los Estados Unidos cuesta a los ciudadanos entre $400 y $700 dólares por año en costos de primas, según la Oficina Federal de Investigación (FBI).

La Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio resultó confusa en sí misma, al generar que te inmiscuyas en un laberinto burocrático. Organizaciones sospechosas cuentan con ese desconcierto para vender pólizas de seguro médico que brindan menos beneficios de los prometidos o ninguno en absoluto con políticas completamente falsas.

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2. Términos y condiciones engañosos

Scam detector señala que hay dos razones para que una aseguradora te quiera engañar: con términos y condiciones engañosos con las que no estás familiarizado o si no estás actualizado con información propia de la compañía.

Un ejemplo de una póliza con un contrato con muchas letras chiquitas son los seguros del hogar. En algunas compañías no incluyen contenido sobre tu jardín y patio, artículos como bicicletas, trampolines, entre otros. Si pierdes o se dañan tus pertenencias por robo, por una tormenta o inundación, no podrás presentar una reclamación. Si tienes dudas o no ves alguna información, tienes que verificarla con tu agente. Cualquier entidad financiera está obligada a responder una pregunta directa y proporcionar la información pertinente.

Existe otro ejemplo con los seguros de viaje. Si te roban algo durante tu viaje, primero debes demostrar que era de tu propiedad. Independientemente de cuándo lo hayas comprado, si deseas que tu aseguradora se responsabilice por la pérdida, deberás proporcionar un recibo de tu artículo.

Antes de firmar cualquier papel, cualquier contrato, revisa todas las clausulas de tu posible póliza y resuelve todas tus preguntas con tu agente. Si no estás convencido, no te sientas comprometido y busca la mejor opción para ti. No puede llamarse seguro si tú mismo no te sientes así con la compañía que te debería respaldar.

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