Seguro Social: cómo afectaría a los estadounidenses si se privatiza el servicio jubilatorio y de ayudas sociales

Se vislumbra que los fondos fiduciarios combinados del Seguro de Vejez y Supervivencia y del Seguro de Discapacidad se quedarán sin reservas en 2034

La Seguridad Social enfrenta un momento delicado

El programa de la Seguridad Social requiere de un ajuste para que resulte funcional en los próximos años. Crédito: Spencer Platt | Getty Images

Uno de los desafíos que la administración federal deberá enfrentar tiene que ver con la Seguridad Social, pues cuando el Congreso puso en marcha dicho programa en 1930, las condiciones que prevalecían en el país eran completamente distintas a las actuales, ya que sólo había 6.7 millones de estadounidenses de 65 años o más. Además, la esperanza de vida media era de 58 años para los hombres y de 62 para las mujeres.

Hoy en día, existen 65 millones de trabajadores jubilados con un promedio de vida de 84 años en los varones y 86.6 en las damas.

A dicha cantidad se agregan los supervivientes de trabajadores fallecidos, quienes también cobran prestaciones de la Seguridad Social.

Si a esto le sumamos que para 2035, las personas de 65 años o más ascenderán a 76 millones, entonces se vislumbra un gran problema, pues el dinero que aporten los contribuyentes no alcanzará para cubrir la cantidad de cheques que mensualmente se emiten para los jubilados.

De hecho, un informe sobre los fideicomisarios de la Seguridad Social de 2021 muestra que los fondos fiduciarios combinados del Seguro de Vejez y Supervivencia (OASI) y del Seguro de Discapacidad (DI) se quedarán sin reservas en 2034.

Cambios estructurales

Es por ello que se ha llegado a plantear la necesidad de que antes de llegar a escenario una alternativa sería privatizar a la Seguridad Social con el objetivo de que el dinero que maneja otorgue mejores rendimientos para garantizar el futuro de los retirados. Sin embargo, el tema es muy complejo.

El sistema actual de la Seguridad Social funciona en un marco de reparto, administrado por el gobierno federal. Es decir, los impuestos de la Seguridad Social pagados por los trabajadores actuales ingresan en el fondo general y se utilizan inmediatamente para pagar a los jubilados.

En caso de que se privatizara, el dinero aportado por cada contribuyente se invertiría en una cuenta separada para su jubilación, y su valor fluctuaría con el valor de sus inversiones en el mercado, lo cual además resulta hasta riesgoso.

En el sistema actual, los fondos de la Seguridad Social se invierten en bonos del Estado de bajo riesgo y eso de alguna manera protege el dinero.

La privatización requeriría depositar las contribuciones salariales de los trabajadores en empresas de inversión privadas o en fondos de gestión público-privada, lo cual genera un riesgo mayor.

Sin embargo, algo se debe reajustar próximamente para evitar que en algún momento los fondos de la Seguridad Social resulten insuficientes o se agoten, pues de llegar a escenario, el sistema dependerá totalmente de los ingresos fiscales y con ello no se alcanzarían a pagar todas las prestaciones.

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