Taxistas de Nueva York ahogados en deudas se manifiestan con huelga de hambre en contra de Uber y Lyft

En el último año, se registraron nueve suicidios de taxistas que con la pandemia de Covid-19 aumentaron su deuda por el permiso para circular ante la falta de trabajo, y más con la competencia de Uber y Lyft

Aunque Uber y Lyft han crecido en Nueva York, los taxis amarillos son emblemáticos para el turismo de la ciudad.

Aunque Uber y Lyft han crecido en Nueva York, los taxis amarillos son emblemáticos para el turismo de la ciudad. Crédito: Pixabay

Los taxistas de Nueva York, quienes manejan esos emblemáticos vehículos amarillos que caracterizan a una de las ciudades más grandes del país, están en huelga de hambre. ¿Los motivos? Luego de que nueve compañeros se han suicidado en los últimos años, se manifiestan por la estrecha competencia que han provocado las plataformas de Uber y Lyft, tratando de que el gobierno les reduzca la fuerte carga de deuda que la gran mayoría de los choferes tienen.

Desde la semana pasada, algunos choferes de estos taxis llamativos, que todo aquel que visita Nueva York los relaciona con la ciudad, decidieron emprender una huelga sin comer, sumado a dormir en sus propios vehículos amarillos, a unos metros del Ayuntamiento. Los conductores solicitan que el alcalde Bill de Blasio acepte una propuesta para reducir la deuda de los compañeros taxistas, misma que para algunos ha alcanzado más de los $700 mil dólares por su licencia de taxi.

En el periodo del exalcalde Michael Bloomberg, entre 2002 y 2013, se decidió aumentar el número de licencias para taxistas, conocidas como medallones, que hasta ese momento costaban entre $110 y $140 mil dólares. La convocatoria generó varias subastas que generó una burbuja al inflar los precios de las licencias.

Era como “comprar un pedacito de la Gran Manzana”, aseguraba Bloomberg. Resultó atractiva esa oportunidad, sobre todo tomando en cuenta que la gran mayoría de los conductores son extranjeros.

Sin embargo, en esos años, no se contempló que la competencia aumentaría y, por ende, limitaría las ganancias de los taxistas. Mientras las deudas seguían su curso en aumento, entraron a la ciudad Uber, Lyft y otras plataformas de alquiler de coches a lo largo de la última década, lo que provocó que los choferes de los vehículos amarillos no obtuvieran las suficientes ganancias para solventar sus deudas. Ni los medallones valen lo que antes.

Y luego llegó la pandemia de Covid-19, obligando un encierro para evitar el aumento de contagios, y con ello que los taxistas redujeran aún más sus ingresos ante la falta de personas en las calles. Esto no sólo generó que las deudas aumentaran, también lo hicieron la angustia, la ansiedad, la depresión y las preocupaciones que llevaron a la muerte a nueve conductores durante el último año.

Los compañeros conductores decidieron unirse en solidaridad por los fallecidos y buscando un alivio sobre sus deudas, aunque eso signifique que incluso arriesguen su salud. Entre los manifestantes, se encuentran personas adultas que con el pasar del tiempo han visto como han crecido sus deudas. Por ejemplo, Quadratullah Saberry, afgano, ha conducido durante tres décadas y a sus 70 años adeuda todavía $300 mil dólares. Él se ha sumado a la huelga de hambre a pesar de padecer de presión alta y diabetes, enfermedades que podrían agudizarse si no come, “pero asumo el riesgo”.

Los taxistas han propuesto que la ciudad, a la que pertenece la Comisión de Taxis y Limusinas que regula el sector, salga garante de los préstamos, que se reestructurarían a un monto principal de no más de $145 mil dólares, con pagos mensuales de $800 dólares.

La propuesta de los taxistas cuenta con el respaldo de la delegación de Nueva York en el Congreso, entre ellos el líder demócrata en el Senado federal Chuck Schumer, que junto con Alexandria Ocasio-Cortez ha enviado una carta a de Blasio pidiendo el apoyo de la ciudad para los trabajadores del volante.

A principios de septiembre, el gobierno de Nueva York anunció que usaría un presupuesto de $6 mil millones de dólares, que recibió de los fondos de recuperación de Covid-19 provenientes de la administración de Joe Biden, para brindar un “cheque de estímulo” de $5,000 dólares que beneficiara a artistas, taxistas y personas sin hogar.

Dentro del plan se incluyó un alivio de $65 millones de dólares para la industria de los taxistas en dificultades, quienes además ya tenían un duro golpe a sus finanzas previo a la pandemia ante la fuerte competencia que significa Uber y Lyft. Sin embargo, este apoyo es insuficiente para los reclamos legítimos que actualmente esgrime el sector.

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