Burger King se suma al respaldo hacia la comunidad LGBTQ+ con un nuevo sándwich
La cadena de restaurantes de comida rápida piensa donar $250,000 dólares para la campaña de Derechos Humanos en torno a la comunidad. Este apoyo también se visualiza como una afrenta directa a Chick-fil-A
Hace unos días, Burger King anunció que donaría 40 centavos de cada pedido de su nuevo sándwich de pollo frito a la Campaña de Derechos Humanos del mes de junio para celebrar el orgullo LGBTQ+. Esta campaña es la más grande en el país en cuanto derechos civiles de la comunidad.
Junio es el mes para apoyar el Pride y la compañía se quiere sumar a la lucha de sus derechos humanos. Invita a todas las personas a comprar un sándwich de pollo Ch’King en su cadena de restaurantes para demostrar su respaldo.
Por medio de su cuenta de Twitter, Burger King señaló que este producto está disponible incluso los domingos, haciendo clara referencia a la competencia Chick-fil-A, restaurante especializado en el sándwich de pollo, pero que es conocido por estar cerrado los domingos.
the #ChKing says LGBTQ+ rights!
— Burger King (@BurgerKing) June 4, 2021
during #pride month (even on Sundays 👀) your chicken sandwich craving can do good! we are making a donation* to @HRC for every Ch'King sold 🏳️🌈
Esta cadena de comida rápida, propiedad de Restaurant Brands International, anunció que donará hasta $250,000 dólares o las ganancias de 625,000 sándwiches a la Campaña de Derechos Humanos, como parte de la promoción de este mes.
Burger King presentó el sándwich de pollo frito el pasado 3 de junio, uniéndose a las guerras de sándwich de pollo en curso que han visto a marcas como Popeyes, también propiedad de RBI, alcanzar ventas récord. Este entorno comercial sobre los platillos de ave, que comenzaron en 2019 con el sándwich de pollo Popeyes, fueron intentos de robarle participación de mercado a Chick-fil-A. De hecho, desde su lanzamiento, el producto de la cadena propiedad de RBI comenzó a ganar en preferencia del consumidor.
El anuncio oficial de Burger King se produjo sólo unos días después de que The Daily Beast informara que el director ejecutivo de Chick-fil-A, Dan Cathy, era uno de los mayores donantes de la National Christian Charitable Foundation (NCF), reconocido por ser uno de los principales grupos de cabildeo contra el nuevo proyecto de ley LGBTQ+ en el Congreso. La Ley de Igualdad haría ilegal la discriminación de personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero en la mayoría de los entornos. Según se informa, cuenta con el apoyo de más del 65% de los estadounidenses y ya ha sido aprobada en la Cámara de Representantes.
Cathy fue reconocido en 2012, cuando declaró sobre el debate acerca del matrimonio homosexual: “estamos invitando al juicio de Dios sobre nuestra nación cuando le damos un puñetazo y le decimos que sabemos mejor que tú (él) en lo que constituye un matrimonio”, entre otras cosas, condenando el matrimonio homosexual.
En ese entonces y tras la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo del presidente Obama, Chick-fil-A enfrentó amenazas de boicot de la izquierda y apoyo de la derecha. Como reacción, la cadena dejó de donar a varias organizaciones benéficas cristianas anti-LGBTQ en ese momento.
Ante esto, parece ser que la batalla de los sándwiches adquiere un tinte social muy definido, donde a pesar de que Chick-fil-A ha llevado la delantera con su especialidad, Popeyes y ahora Burger King entran al duelo, no sólo para mejorar sus ventas, sino para equilibrar la balanza en torno a los derechos de la comunidad LGBTQ+.
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