Cuál es la diferencia entre los bonos del Tesoro a corto y a largo plazo, más allá del tiempo

Hay bonos del Tesoro de Estados Unidos que van desde menos de un año hasta más de 10 años, sin embargo, los plazos no son su única diferencia a considerar a la hora de decidir en cuál invertir

bonos del tesoro

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos son de las inversiones más seguras en el país. Crédito: Shutterstock

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos es una de las inversiones más seguras en las que cualquier persona podría meter su dinero. Estos bonos son una especie de préstamo que los particulares le brindan al gobierno federal para ayudarlos a financiar sus programas y proyectos gubernamentales. Hay de dos tipos: bonos a corto plazo y a largo plazo. ¿En qué se diferencia, más allá del tiempo de duración?

Los bonos del Tesoro pagan intereses semestralmente y, cuando el bono vence, se reembolsa el valor nominal del bono al propietario. Los bonos a corto plazo suelen ser aquellos que vencen en tres años o menos a partir de su compra; los bonos de mediano plazo vencen entre tres y 10 años y los bonos a largo plazo son aquellos que vencen más de 10 años.

La diferencia evidente entre cada uno de estos bonos es el plazo de tiempo antes de su vencimiento, pero no es el único. Otro punto diferencial intrínseco entre los bonos a corto plazo y los bonos a largo plazo es el tipo de riesgo que adquiere el inversor.

Aunque los bonos del Tesoro a largo plazo tienen un potencial de crecimiento mayor que los bonos a corto plazo, también están más expuestos al riesgo de precio y la fluctuación de las tasas de interés. Debido a que el dinero invertido en el bono está inmóvil por un período de tiempo más largo, existe una mayor probabilidad de que las tasas de interés cambien significativamente en algún momento durante el plazo del bono.

En este sentido, los bonos a corto plazo están menos sujetos a la volatilidad de las tasas de interés, también puede perder oportunidad de crecimiento. Cuando estos bonos vencen, los inversores pueden reinvertir su dinero: si las tasas cayeron para esas fechas, el potencial de retorno será menor; pero si las tasas suben, les favorecerían.

Según algunos inversionistas, el riesgo de la caída de las tasas de interés pueden recuperarse más fácilmente si se retienen los bonos a largo plazo hasta el vencimiento.

Otra diferencia es que los bonos del Tesoro que vencen a un año o menos no te pagan ningún interés. Estos bonos, conocidos también como letras del Tesoro o T-bills, se compran a un precio con descuento de su valor nominal. La ganancia radica en que, al vencimiento, este bono se vende al valor nominal completo. Su ventaja y desventaja al mismo tiempo, es que sabes exactamente cuánto vas a recibir cuando tu bono venza.

Es importante que los inversores tomen en cuenta estas características en cada uno de los bonos para elegir el que mejor le convenga. Si crees que necesitarás el dinero, quizás te convengan los bonos a corto plazo; pero si estás seguro de que este dinero no lo sacarás en el futuro, tal vez te convenga comprar bonos de 10 a 30 años de duración.

También son muy funcionales para gastos programados, como la universidad de un hijo o la compra de una casa, por lo que puedes programar que el bono venza en la fecha en la que tú desees retirar los fondos. Así, no sólo tienes disposición de tu dinero en el momento en que el que tú quieres, también podrías tener un estimado de cuánto dinero recibirás para ese tiempo.

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